Desde su formato, “Cantarureando canterurías” es un libro dual. En su primera portada, se presenta el cancionero completo de Chabuca Granda, con temas tan populares como “José Antonio” o “La flor de la canela” y otros quizá menos conocidos. Su segunda portada, para la que solo basta darle la vuelta al libro, nos introduce a un conjunto de letras inéditas –una mezcla de cancionero, poemario y testimonio–, que ven por primera vez la luz pública.
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Pero “Cantarureando canterurías”, también es dual en su aproximación a Chabuca Granda como personaje. Porque además de su muy completa recopilación de la obra escrita de nuestra cantautora, sumada a un gran archivo fotográfico, el libro se atreve a indagar en sus contrastes y matices, en aquellas facetas de la artista que pueden parecer contradictorias.
Aportan en ese sentido los textos introductorios de personajes como Susana Baca, Lucho González, Raúl R. Romero, Carmina Cannavino o Julio Mendívil. Este último, profesor de Etnomusicología de la Universidad de Viena, señala en su ensayo:
“El año 1978, [Granda] delata su vena conservadora al apoyar públicamente la feroz dictadura del general Augusto Pinochet en Chile, un apoyo que relativiza apenas cuatro años más tarde en una entrevista con el afamado periodista peruano César Hildebrandt. Chabuca parece moverse en una ambivalencia política que se refleja tanto en la que imagen pública que construye como en las canciones que compuso. Las que hizo en homenaje a Javier Heraud, el joven poeta guerrillero asesinado por el ejército peruano en la selva del país en 1961, por ejemplo, abordan el tema de la injusticia y la violencia política”.
El apunte de Mendívil resulta muy interesante porque, desde hace algunos años, se ha polemizado mucho con el respaldo mostrado por Chabuca a Pinochet en su momento. Una postura que, vista aisladamente, puede parecer reprochable; pero que justamente por eso conviene analizarla en su contexto.
“Chabuca habló muchas veces de eso, y solía decir que no tenía ningún problema en cambiar de opinión –explica Adriana Miró Quesada, directora de este proyecto–. Luego de que se refirió a Pinochet pasó el tiempo y se supieron cosas, así que ella asumió que había tenido una opinión con la que ya no estaba de acuerdo”.
¿Era entonces un personaje marcado por la dualidad, escindida entre el tradicionalismo conservador y el progresismo artístico? “Más que una dualidad, yo diría que era una forma de ser original, con contrastes y matices, pero completamente libre. Si te pones a pensar, ella fue una limeña de ascendencia europea, pero que una crianza en la sierra. Todo eso te hace entender lo que fue su vida, y la hace mucho más compleja y rica”, agrega Miró Quesada.
LEYENDA EXPANSIVA
Los textos inéditos incluidos en “Cantarureando canterurías”, libro editado por el Grupo Editorial Cosas, la Fundación BBVA y la Asociación Cultural Chabuca Granda, son en su mayoría hallazgos de la hija de Chabuca, Teresa Fuller, y del historiador Ricardo Rojas, quienes desde hace años han asumido el trabajo de rescatar, organizar y preservar la enorme cantidad de piezas manuscritos o escritas a máquina que fue acumulando la autora de “Fina estampa”.
“Aunque yo no soy ninguna crítica literaria, y a pesar de que ella siempre dijo que no se sentía poeta, hay unos textos que para mí están a la altura de los mejores poetas que uno puede conocer”, señala Adriana Miró Quesada. Menciona, por ejemplo, uno titulado “La puerta negra”, que en el libro aparece en su añeja hoja mecanografiada.
“Cuando llegó la hora de zarpar, supimos
que era tarde. El primer signo fueron dos águilas
devoradas por una gaviota. El segundo nos acometió
cuando alzamos el ancla: un cadáver de niño
subió junto con ella, azul, sin ojos, abrazado por las algas.
Sin embargo, pusimos proa hacia las Islas Lejanas.
Después de muchos años, los naturales recogieron
en la orilla nuestros mejores sueños,
entre los restos de la nave que creímos eterna.”
Y entre las muchas facetas de Granda Larco que nos descubre el libro, hay un aspecto más a destacar por su editora: que Granda supo hacerse un espacio preponderante dentro de la escena musical y cultural peruana, muy masculina y, en muchas ocasiones, directamente machista.
“Creo que consiguió su lugar gracias a su talento y a su carácter tan libre –opina Miró Quesada–. Tenía una libertad y una fuerza absoluta, que no paraba nadie. Hoy se habla mucho del empoderamiento femenino, pero en su época Chabuca logró imponerse sin solicitar un cupo, sin pedir la que consideren”.
Por todo lo dicho, “Cantarureando canterurías” no solo es un documento bibliográfico de colección, sino que posee una carga humana valiosísima. Porque representa un recorrido por la Chabuca que conocemos y la que aún está por descubrir. Una duplicidad que expande aún más a un personaje que ya es leyenda.
El dato
“Cantarureando canterurías” puede adquirirse en las principales librerías o en la página web del Grupo Editorial Cosas: https://cosas-suscripciones.cosas.pe/products/cantarureando-canterurias-cancionero-y-letras-ineditas-de-chabuca-granda
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