ALBERTO SERVAT
1979 - Kramer vs. Kramer, de Robert Benton.
La joven Meryl Streep se enfrenta a Dustin Hoffman, verdadero monstruo del método en los años 70. Interpreta a una mujer que abandona a su familia para buscarse a sí misma. La intensidad de su interpretación se encuentra en la segunda parte del filme y en el proceso judicial. No hay forma de simpatizar con ella pero Streep se las arregla para permanecer íntegra en sus convicciones. Es entonces que logra conmovernos. Primer Oscar de su carrera.
1982 - La decisión de Sophie (Sophie's Choice), de Alan J. Pakula.
Esta es probablemente su actuación más acabada en la primera etapa de su carrera. Interpreta a una sobreviviente de los campos de concentración que llega a Estados Unidos en busca de refugio. Sin embargo no puede escapar de su consciencia. Brillante desarrollo del personaje, interpretado sin histrionismo sino de una manera emocional. La contraparte la ofrece Kevin Kline en una soberbia y exaltada actuación como el desequilibrado Nathan.
1983 - Silkwood, de Mike Nichols.
De la mano del maestro Nichols, Streep se interna en un drama contemporáneo y realista. Interpreta a Karen Silkwood, una obrera expuesta a la radiación. Desglamorizada y sin brillos aparentes, la actriz se apoya únicamente en un guion sólido donde los parlamentos son esenciales. Notable entrega a un personaje gris.
1987 - Ironweed, de Hector Babenco.
Esta es una película que tuvo grandes problemas de metraje y que sufrió mutilaciones debido a las exigencias de la distribución y exhibición. Junto a Jack Nicholson, Streep se transporta a los años 30 y se convierte en uno de esos personajes productos de la Gran Depresión. Un mendiga alcohólica que muchas veces encuentra un lugar para dormir a cambio de algún favor sexual. Hay dos escenas en las que todo el talento de la actriz se pone de manifiesto: cuando entona una canción imaginando que todos la aprecian y cuando finalmente alquila la habitación de un hotel de poca monta y toma un baño. Ninguna actriz de su generación puede ir de un registro a otro con tanta facilidad. Brillante.
1990 - Poscards from the Edge, de Mike Nichols.
Nuevamente bajo la guía de Nichols, Streep rinde homenaje a un Hollywood devastador y poco alentador. Interpreta a Suzanne Vale, una actriz que sale de rehabilitación y se refugia en el hogar de su madre, una vieja estrella (Shirley MacLaine) incapaz de conformarse con el olvido. Amargada y cínica, poca ilusión le queda y tiene que conformarse con reírse de sí misma. Se basa en una novela (autobiográfica) de Carrie Fisher.
1995 - Los puentes de Madison County (The Bridges of Madison County), de Clint Eastwood.
Bajo la dirección de Clint Eastwood y acompañada por él en la pantalla, Meryl Streep compone el mayor papel romántico de su carrera. Es Francesca Johnson, un ama de casa que encuentra inesperadamente y brevemente el amor. La sencillez de la puesta en escena en perfecta armonía con el tono controlado de las actuaciones convierte ese drama en una lección cinematográfica. Streep se entrega por completo a su personaje y su Francesca es simplemente inolvidable.
2002 - Las horas (The Hours), de Stephen Daldry.
Soberbia narración a cargo de Stephen Daldry en la que tres historias convergen. A Meryl Streep le toca la historia contemporánea y aunque no es el episodio más atractivo visualmente, su actuación minimiza el trabajo de sus compañeras (es superior incluso a Nicole Kidman, quien obtuvo el Oscar por esta cinta). Hay un solo instante donde la grandeza de Meryl Streep no tiene comparación y es cuando contempla el suicidio de Ed Harris. Es a través suyo, de su mirada, de su expresión, que somos testigos de un momento devastador.
2006 - El diablo viste a la moda (The Devil Wears Prada), de David Frankel.
De todos sus intentos por hacerse odiosa, ninguno más a su medida que el papel de Miranda Priestly (ligeramente basada en la editora de moda Anna Wintour). Aquí Streep es siniestra, dramática, ligeramente vulgar y todopoderosa. Hay una completa transformación porque en la vida real la actriz es mucho más cercana a cualquier ama de casa que a una editora implacable de una revista fashion.
2008 - La duda (Doubt), de John Patrick Shanley.
Para Meryl Streep el histrionismo no consiste en gritar o repetir sus frases con estridencia. Y lo pone de manifiesto en este drama teatral donde interpreta a la hermana Aloysus con gran energía y economía de gestos. Principal acusadora en una causa de pedofilia, nada amilana a su personaje. Por supuesto, una actriz de su calibre se luce mucho más cuando recibe la réplica apropiada. Y en la cinta hay una escena compartida con Viola Davis, interpretando al papel de la madre del menor supuestamente abusado, que no puede ser mejor.
2009 - It's Complicated, de Nancy Meyers.
Un personaje muy cercano a la Meryl Streep de carne y hueso. Un ama de casa que se ha quedado sola. Interpreta a Jane Adler, una mujer divorciada y cuyos hijos emprenden su propio camino. Entonces, decide remodelar su casa. Buen planteamiento de Nancy Mayers para construir un universo alrededor de la protagonista, quien debe enfrentar los coqueteos de su ex marido y una propuesta mucho más formal por parte del arquitecto encargado de la remodelación de la casa. Sencilla y divertida, Streep sabe seguir siendo grande.