En el 2020, durante la cuarentena, Luis Llosa (Lima, 1951) vivió una experiencia transformadora, en Juan Dolio, República Dominicana. Aislado de su familia y amigos, sus largas caminatas por la playa lo llevaron a un profundo viaje interior. Durante este proceso, revivió recuerdos distantes pero cruciales para su vida personal y profesional. Fue en este regreso al pasado que descubrió una historia de más de cinco décadas digna de ser compartida. Así nacieron las primeras líneas de “Secretos de un latino en Hollywood”, una obra que nos invita a ver el detrás de las cámaras de Hollywood y el camino que recorrió el realizador peruano para alcanzar sus sueños en la industria.
“Mis hijos siempre me decían que debía compartir con más gente las historias que les contaba en la sobremesa. Asociaba escribir un libro de memorias con el ocaso de una carrera y no me sentía ni me siento en esa etapa. Uno asocia a veces memorias a lo póstumo. No me animaba, pero me quedé varado en República Dominicana cuando cerraron los aeropuertos. Fui por unos días para firmar un contrato, pero me tuve que quedar. Allí, con tanto tiempo libre, surgió la idea”, confiesa.
La génesis
Llosa Urquidi desarrolló su amor y respeto por el séptimo arte asistiendo a las proyecciones del cineclub del Ministerio de Trabajo. No obstante, la idea de dedicarse plenamente a este oficio surgió en el Ambassador, una sala comercial, tras ver la película “La pandilla salvaje” (1969) de Sam Peckinpah.
Con poco más de 20 años, comenzó a escribir guiones y a dirigir cortometrajes. Su primer proyecto significativo fue colaborar con un documental dirigido por Ricardo Roca Rey, un reconocido director de teatro de la época. Este trabajo no solo le permitió demostrar su talento, sino que también logró convencer al distribuidor cinematográfico Juan Barandiarán de financiar tres de sus proyectos.
En 1974, Llosa se unió como asistente de producción a un proyecto en República Dominicana, colaborando con el productor francés Christian Ferry, conocido por películas aclamadas como “Soplo al corazón” y “King Kong”. Juntos intentaron llevar a la pantalla la historia de la guerra de Canudos, un conflicto histórico en Brasil. El proyecto no prosperó, pero le dejó valiosas lecciones.
Tras esta experiencia en República Dominicana, el cineasta participó en la adaptación cinematográfica de la novela de Mario Vargas Llosa “Pantaleón y las visitadoras” (1975). El Nobel peruano, su tío, escribió el guion y dirigió la película junto a José María Gutiérrez Santos. Luis Llosa colaboró como asistente de producción, mientras que el renombrado diseñador de modas Óscar de la Renta, ya un referente internacional, creó el vestuario para las visitadoras.
“Él se ofreció desinteresadamente a diseñar el vestuario, ya que la película se iba a rodar en La Romana, donde tenía una casa. También nos acompañó a hacer el casting de las visitadoras en un lugar donde se daba ese servicio. La actriz Katy Jurado, quien interpretó a La Chuchupe, la regenta de Pantilandia, también asistió para ver cómo era un burdel en la realidad. De hecho, varias de las mujeres de ese lugar trabajaron como extras en la película”, revela.
Encuentro con la pantalla chica
Antes de Hollywood, Llosa conquistó la televisión. Su primera oportunidad en este medio llegó con “La torre de Babel”, en la que se desempeñó como director y productor, mientras Vargas Llosa asumió la conducción.
Poco tiempo después, apareció en su vida “Gamboa”, una serie policial que le brindó la posibilidad de explorar su pasión por el cine, aunque fuera desde la televisión. El objetivo, según el cineasta, era crear una propuesta de acción exportable, pero con raíces y sabor peruanos: “¡Un Kojak con mucho cebiche!”, enfatiza.
De esta etapa, Llosa Urquidi asegura tener anécdotas suficientes para escribir un libro entero, pero una en particular permanece vívida en su memoria y puso en peligro su vida. Durante el rodaje de una escena que simulaba el final de una persecución entre dos autos en el Callao, un hombre armado irrumpió en el set, y la balacera ficticia se convirtió en una verdadera.
“Desde lo alto de un segundo piso, un delincuente ebrio disparó, exigiendo que se retirara la policía. Al principio, todos pensaron que era parte de una improvisación, pero al darse cuenta de que era real, corrieron a ocultarse. Los verdaderos policías de la PIP que nos asistían intervinieron rápidamente, persiguieron al delincuente y entraron en un edificio en construcción. De allí salieron dos delincuentes más, también armados. Finalmente, uno fue embestido por la policía y el otro quedó herido. Con la adrenalina a tope, arrastré al camarógrafo para seguir a los policías y grabamos todo lo que estaba ocurriendo. Sabíamos que esas imágenes no podían aparecer en la serie, así que decidimos borrarlas”, recuerda.
Ante el rotundo éxito de sintonía, “Gamboa” se convirtió en un programa diario para enfrentar a la competencia. Este éxito resultó ser un peldaño crucial en la carrera de Luis Llosa y en su búsqueda por llegar a Hollywood.
La siguiente apuesta televisiva de Luis Llosa fue “Carmín”. Aunque al principio se mostró reacio a hacer una telenovela diaria, aceptó la propuesta de Genaro Delgado Parker bajo ciertas condiciones: los personajes debían ser jóvenes, la serie se grabaría en exteriores con una sola cámara, como si fuera cine, y la trama tendría elementos de humor, combinando romance juvenil con comedia de situaciones al estilo de los sitcoms estadounidenses.
“Tradicionalmente, la protagonista debía ser una actriz consagrada y madura, pero elegí a Patricia Pereyra, quien en ese entonces era una joven sin experiencia. Tenía un talento natural para la actuación y se veía muy bien en cámara. A Genaro no le gustó la idea. Eso sí, uso esa carta para intentar imponer un galán de renombre internacional como pareja de Patricia, trayendo a Carlo Simancas, alto y atractivo. Sin embargo, como la química entre Simancas y Patricia no funcionó, decidí despedirlo y busqué una alternativa rápidamente. En ese momento, Roberto Moll estaba en Lima. Lo convoqué y quedó”, añade.
Cine en Perú
En ese tiempo, Panamericana TV vendía capítulos de “Gamboa” a la cadena Spanish International Network (hoy Univisión) para su emisión en Estados Unidos, a través de una representante que también adquiría contenido para el canal. Durante una feria en la que productores y compradores exploran oportunidades de compra o coproducción, Roger Corman, el legendario productor y director estadounidense conocido por descubrir talentos como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Jack Nicholson, mostró interés en la serie de acción peruana producida por Llosa.
“Cuando uno empieza a hacer cine, en cualquier parte del mundo, sueña que te va a tocar la puerta a Roger Corman y te va a dar tu primera oportunidad como se la dio a gente muy establecida de Hollywood. De hecho, siendo muy joven, alguna vez le mandé un guion, y nunca obtuve respuesta. Pero aquel día, en la feria, le llamó la atención una escena en la que disparaban desde un helicóptero, había balacera, toda una cosa muy dinámica de acción. Preguntó dónde se había hecho eso, y nos contactó”, narra. “Unos días después vino con su hijo muy jovencito. Lo llevé a la Casa Dasso, estaba haciendo ‘Carmín’, y le mostré otros capítulos de ‘Gamboa’. Pensé que iba a solicitar nuestros servicios de producción, pero me pidió que le dirija y le produzca una película. Había esperado ese momento durante mucho tiempo”, reconoce el realizador.
“Misión en los Andes” fue la primera película que Luis Llosa realizó para Corman y también el primer filme hecho en Perú en superar el millón de espectadores.
“Fue un reto enorme porque era una película difícil. Con un presupuesto de 100 mil dólares, hicimos que pareciera cara. Grabamos en Cusco, Arequipa, Lima, Paracas y Huancayo. Y ese esfuerzo tuvo su recompensa. Gracias a ella, la CCA (Creative Artists Agency), una de las agencias más importantes de representantes de Hollywood, se interesó en mí”, destaca.
El debut de Sandra Bullock
“Fuego en el Amazonas” fue el segundo proyecto que Luis Llosa hizo con Corman y marcó el debut de Sandra Bullock como protagonista en un filme. Como en otras producciones, esta no estuvo exenta de anécdotas.
“Sandra fue una verdadera revelación, una sorpresa, porque demostró ser una excelente actriz. En una secuencia, su personaje toma ayahuasca y hay una escena erótica muy intensa con Sheffer. Para lograr el realismo, decidieron tomar ayahuasca de verdad, guiados por un chamán que también aparecía en la película. Cuando Roger Corman se enteró de que Sandra iba a protagonizar ‘Máxima velocidad’ junto a Keanu Reeves, decidió guardar ‘Fuego en el Amazonas’ para venderla después, anticipando que el nombre de Sandra crecería. Y efectivamente, así fue”, recuerda.
“Más adelante, Sandra, preocupada de que la escena de desnudo pudiera perjudicar su carrera, solicitó que se reeditara la película para eliminarla. Sin embargo, Corman se negó, ya que esta había sido vendida en su versión original”, añade.
Cámara, acción
Luego de varios meses de entrevistas con productores y estudios de Hollywood, Luis Llosa finalmente encontró la oportunidad que había estado esperando. Baltimore Pictures, la empresa detrás de Diner (1982) y Rain Man (1988), ganadora del Oscar con Dustin Hoffman y Tom Cruise, lo contrató para dirigir “Sniper”.
Después de “Sniper”, Luis Llosa recibió el guion de “El Especialista”, escrito por Alexandra Seros, basado en una novela de John Shirley y producido por Jerry Weintraub, una leyenda en Hollywood. Sylvester Stallone fue elegido para el papel principal de Ray Quick. Inicialmente, Cameron Díaz fue considerada para el rol de May Munro, pero se la consideró demasiado joven. Sandra Bullock también hizo casting para el papel, pero como acababa de coprotagonizar “Demolition Man” (1993) con Stallone, se decidió optar por Sharon Stone.
Entre egos
El cineasta peruano recuerda que el ego de Stone era enorme, y Stallone no era una persona fácil de tratar. En una escena de la ducha que había sido diseñada para ser particularmente candente, Stallone se negó a que Stone estuviera encima de él.
“Era una escena que no podía repetirse, por eso todos debíamos estar de acuerdo. En uno de los momentos, ella debía estar encima, pero él no quiso. Al final, no cedió. Ella intentó seguir el guion, pero él no la dejó”, recuerda Llosa.
La soberbia de Stallone también llevó a la eliminación de una escena crucial para Llosa: la secuencia en la que el personaje de Sharon Stone tiene sexo con Tomás León (Eric Roberts), el hombre que ordenó el asesinato de sus padres.
“La escena era intensa y erótica, cargada de tensión, y Stone hizo un trabajo extraordinario. Visualmente, era impresionante. Sin embargo, Stallone se opuso a que la escena permaneciera en la película, argumentando que el interés romántico del protagonista no debía estar en la cama con otra persona. Algunos especulan que Stallone también temía que el físico de Eric Roberts, quien era fisicoculturista, pudiera eclipsar al suyo. Aunque esto es una especulación, es cierto que el ego puede influir incluso en las decisiones de personas inteligentes y cultas”, explica.
Su paso por Hollywood, le trajo a Llosa momentos gratos y grandes satisfacciones, pero también algunos sinsabores, como el que describe en su libro. Durante la preproducción de “El Especialista”, unos delincuentes en Lima intentaron secuestrar a sus hijos, que en ese tiempo eran unos niños.
“Aunque no llegó a mayores, viví el terror de sentir a mi familia expuesta a una violencia gratuita, motivada por los diarios que anunciaban que el presupuesto de la película que yo dirigía era de 50 millones de dólares. La gente creía que todo ese dinero era mío, y no era así, yo era un asalariado. Ni por asomo tengo esos millones”, asegura.
Los primeros años, como cineasta incipiente, no fueron fáciles para Luis Llosa ni para su familia. El dinero que ganaba en trabajos eventuales no le permitían contribuir con lo suficiente en los gastos del hogar. En esos momentos, su primera esposa, Patricia Pinilla, fue una pieza fundamental para poder seguir persiguiendo sus sueños.
“Mientras yo intentaba salir adelante, ella con abnegación y entrega y una cosa de sacrificio muy generosa mantenía la casa en esos primeros años. Apoyó y compartió incondicionalmente mi sueño de hacer cine”, rememora con gratitud.
Inicios de Jennifer López
“Anaconda” fue la tercera película para Hollywood de Luis Llosa. Esta se convirtió en una franquicia con cinco entregas y marcó el debut en un rol protagónico de Hollywood de Jennifer López. En este filme también participó el ganador del Oscar Jon Voight.
“A sugerencia de mis productoras, tuve primero una entrevista con Antonio Banderas para el rol que luego interpretó Voight. No llegamos a un acuerdo porque los tiempos del rodaje y sus compromisos no coincidieron”, recuerda el realizador nacional. “Con Jennifer López nos reunimos en el hotel donde me alojaba, en el Four Seasons Hotel de Los Ángeles, en Beverly Hills. Llegó puntual. Me pareció una mujer inteligente y decidida a tomar su carrera de actuación muy en serio. Me parecía muy buena para el papel”, destaca. “A la salida del hotel, nos despedimos y el valet parking fue por su auto. En medio de limosinas y autos de lujo, vi venir un carrito destartalado y bullanguero. Era el de Jennifer”, remarca.
Quemar etapas
Cuando sintió que el éxito que habían tenido “Sniper”, “El especialista” y “Anaconda” se estaba convirtiendo, paradójicamente, en una situación limitante, Llosa entendió, que debía tomar una decisión radical y definitiva. Comprendió que Hollywood no había sido la meta sino solo una etapa en un recorrido más largo. Y en esa ruta sigue actualmente.
¿Dejó Hollywood o Hollywood lo dejo a usted? “Fue un divorcio de mutuo disenso. Hollywood, seas actor o director te encasilla. Quise contar la historia de ‘Manco Inca’, toqué algunas puertas, pero no resultó. Ahí es donde decidí intentar el cine independiente, y surgió ‘La Fiesta del Chivo’, que fue una coproducción de Inglaterra y España, luego vino la que considero mi película más personal, que es ‘Tatuajes en la memoria’, que se estrena este 29 de agosto a nivel nacional”, asiente.
Llosa no busca que “Secretos de un latino en Hollywood” sea una prédica ni un discurso vehemente sobre cómo hacer cine. Su intención es inspirar a los jóvenes que, hoy en día, persiguen el sueño de incursionar en el cine y la televisión. Mientras tanto, impulsado por la adrenalina de construir un mundo nuevo en la pantalla, continúa explorando un espacio lleno de posibilidades, donde los sueños siguen tomando forma.
Herencia artística
Luis Llosa está casado con la cantante Roxana Valdivieso y es padre de tres hijos: Micaela (de su primer compromiso), Sebastián y Mateo.
“Sebastián tiene una carrera bastante enrumbada en el canto. Estos días hará un concierto en México, y en el caso de Mateo, dirige comerciales, y también tiene la idea de hacer cine. Desde chicos han estado expuestos a este a: yendo a los conciertos que hacía Roxana, y a los sets de grabación donde yo hacía películas o televisión. Y Micaela, empezó en el mundo audiovisual, ahora hace varias cosas. Tiene unos talleres que llama la búsqueda espiritual y viajes periódicos a Huaraz, donde tejedoras confeccionan sus productos de alpaca. También tiene un programa en Canal Plus TV. Creo que la ruta artística prevaleció para que mis hijos hagan de eso un modo de vida también”, remarca.
Historia de un puñete
En el capítulo 3 de “Secretos de un latino en Hollywood”, Luis Llosa rememora un hecho ocurrido el 12 de octubre de 1976: el puñetazo que Vargas Llosa le propinó a Gabriel García Márquez, un acto que marcó el fin de una amistad que había perdurado durante años.
“Tuve el privilegio de ser testigo de la amistad entre Mario, mi hermana Patricia Llosa, Gabriel y su esposa. Vivían en la misma cuadra, en Barcelona, y solíamos ir al cine juntos una o dos veces por semana. Era una etapa formativa y muy especial para mí. Lo que describe el libro ‘Genios’ de Bayly es pura ficción. La gente no debe tomarlo, literalmente, ya que como novelista tiene la libertad de decir lo que quiera sin que necesariamente sea verdad. Mi versión de los hechos está narrada en mi libro, aunque no ha sido corroborada por nadie, considero que es la más cercana a la realidad. No entraré en detalles para evitar spoilers”, subraya.