México (EFE)
Las historias de migración, narcotráfico y violencia triunfaron hoy en la primera edición de los premios Fénix del cine iberoamericano, con unos galardones bastante repartidos, en una noche de reivindicación y recuerdo a los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos.
Y es que el grito "Todos somos Ayotzinapa" y "Vivos los queremos" se ha repetido constantemente en discursos, canciones y frases intercaladas por miembros de la comunidad cinematográfica y artística de México y del resto de Iberoamérica.
"Es tan terrible lo que han hecho, es tan absolutamente espantoso lo que han hecho, que verdaderamente no sé qué más decir", dijo la actriz española Marisa Paredes, quien subió al escenario para entregar un premio y aprovechó para hablar de los 43 estudiantes de magisterio pertenecientes a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
"Espero que cuenten algo algún día, si es que se atreven, o que ustedes, que el pueblo, consiga que se sepa la verdad y que vuelvan vivos. Me duele mucho todo esto", añadió sobre esta desaparición producida el 26 de setiembre, tras una violenta noche en Iguala en la que también murieron seis personas y 25 resultaron heridas a manos de policías y miembros del crimen organizado.
La situación de violencia por la que atraviesa México fue destacada también en los premios, pues "La Jaula de Oro" y "Heli" fueron dos de las cintas más premiadas, con tres y dos galardones respectivamente, en estos galardones que reconocen al cine de América Latina, España y Portugal, así como a los profesionales que lo realizan.
LA MÁS PREMIADA DE LA NOCHE
La historia del complicado viaje de unos jóvenes guatemaltecos a EE.UU. en el tren "La Bestia", del español Diego Quemada-Díez, fue la más premiada de la noche con el galardón a la mejor película, sonido y edición.
Y la cinta del también mexicano Amat Escalante, "Heli", que trata sobre la espiral de violencia en la que cae una familia cuya hija se enamora de un policía relacionado con el narcotráfico, ganó los premios al mejor guión y al mejor director.
Mientras que la argentina "Jauja", de Lisandro Alonso, que partía como una de las favoritas, solo consiguió el premio al mejor actor para Viggo Mortensen, por su papel del capitán Gunnar Dinesen, un colono danés que emprende un viaje genocida por la Patagonia.
El premio a la mejor actriz, por su parte, fue para la brasileña Leandra Leal, quien en "O lobo atrás da porta" interpreta a Rosa, la sospechosa del secuestro de una niña.
La última película del cineasta español Álex de la Iglesia, "Las brujas de Zugarramurdi", ganó dos premios, al mejor diseño de arte y a la mejor música.
En el resto de premios, la mejor fotografía fue para la cinta argentina "El ardor" de Pablo Fendrik; la brasileña "Tatuagem" de Hilton Lacerda ganó el premio al mejor vestuario; y "Sobre la marxa", de Jordi Morató, el premio al mejor largometraje documental.
En la gala también se entregaron cuatro galardones que ya estaban preestablecidos, uno de ellos para el cineasta mexicano Arturo Ripstein por una trayectoria de más de medio siglo haciendo cine.
"Un premio a la trayectoria es cuando alguien ya terminó, pero me complace decir que me falta un poco de trayectoria. La semana próxima empiezo mi próxima película", contó en su breve discurso de agradecimiento.
El premio, que simboliza un huevo del ave Fénix, una escultura diseñada por el brasileño Artur Lescher, "simboliza lo que me han costado esos cincuenta años", añadió el cineasta mexicano.
Por otro lado, el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana ganó el galardón al mejor festival iberoamericano de cine, mientras que el premio al trabajo crítico fue para el brasileño José Carlos Avellar.
Además, la película "No se aceptan devoluciones", del mexicano Eugenio Derbez, ganó el premio a los exhibidores tras haberse estrenado en 19 países y obtener una taquilla total en Latinoamérica de 57 millones de dólares (44,7 millones de euros).