El cine, como juego y adivinanza, es un recurso que Hollywood visita de vez en cuando. Y las novelas de Agatha Christie son, a menudo, una inspiración fílmica: mezcla entretenimiento sofisticado y algo de aristocracia clásica, mansiones de estilo inglés y familias de personajes sospechosos. Este es el terreno en que se mueve la última película escrita y dirigida por Rian Johnson (“Looper”, “El último jedi”).
La historia, ideada por el director de “Brick” (2005), apela al recurso de la familia totalmente dependiente de la riqueza de uno solo de sus miembros. En este caso, se trata del autor de ‘best sellers’ de misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer). Por su parte, sus hijos Linda (Jamie Lee Curtis) y Walt (Michael Shannon) son administradores de una fortuna que también es aprovechada por Ransom (Chris Evans), único nieto de Harlan.
“Entre navajas y secretos” tiene un buen inicio. El viejo Harlan es encontrado muerto en su habitación, aparentemente habiéndose cortado la garganta. Ante esta muerte inesperada, la casa se pone de cabeza, con toda la familia siendo interrogada por el detective Benoit Blanc (Daniel Craig), especie de versión norteamericana de Hércules Poirot, pintoresco investigador de los libros de Christie.
Johnson hace lo que el cine de clave oculta, de trama macabra, y de pesquisa en base a la pregunta: ¿quién lo hizo?, viene haciendo desde las películas de Hitchcock. En este caso, un mecanismo narrativo reconstruye la historia una y otra vez, en base a las distintas perspectivas individuales de cada miembro de la familia. Este es ya un recurso viejo, que Johnson desempolva con espíritu lúdico y humildad de artesano.
“Entre navajas y secretos” no es un filme serio ni dramático. Es más bien el comentario mordaz a la hipocresía familiar; la mirada cáustica que con humor negro desnuda la codicia de unos hijos pérfidos. La cámara de Johnson se regodea en ellos casi hasta la parodia. Sin embargo, es en el rostro de Harlan y de Marta (Ana de Armas), la enfermera sudamericana del anciano, que el filme tiene sus logros mayores.
Y en efecto, como han señalado ya algunos comentaristas, a veces la elección del elenco es un logro decisivo. Pues, bien, este es el caso. La estupenda la sinfonía de perfiles tiene con Ana de Armas el contrapunto que faltaba, en la medida en que ella representa la inocencia. En medio de la jungla de intereses maliciosos y de traiciones morbosas, Marta, la bella inmigrante, se convierte en la víctima ideal de la trama.
Rian Johnson hace un filme lleno de guiños y referencias al pasado –a Christie, pero también a los Estudios Ealing–. Y en efecto, esta es una apuesta por un cine de artilugios antiguos, hechos de vueltas de tuerca y de reto a la inteligencia rápida del espectador. La pregunta que tendríamos que hacer es si esta fábula, con sus sorpresivas pistas visuales y ágiles diálogos afilados es más que un frívolo ejercicio de estilo.
“Entre navajas y secretos” no es un filme serio ni dramático. Es más bien el comentario mordaz a la hipocresía familiar; la mirada cáustica que con humor negro desnuda la codicia de unos hijos pérfidos.
Este no es, ciertamente, un divertimento vacío. Entre su intriga perversa, enarbola una crítica al materialismo, una defensa de los desvalidos. Pero el problema es que, a pesar de ello, se alarga demasiado y acusa cierto tono infantil. Lo más adulto de la cinta está en el escritor que interpreta Plummer y su amistad con la enfermera que encarna De Armas. Lamentablemente es poco lo que vemos de ellos juntos. La historia también pierde algo de interés hacia la mitad, debido a la revelación muy temprana del misterio principal. Rian Johnson se mueve entre una traviesa ligereza y ciertos chispazos de gozo creativo. Y si bien el saldo es positivo, este no deja de ser un título menor en su filmografía.
LA FICHA
Título original: “Knives Out”.
Género: thriller, comedia.
País y año: EE.UU., 2019.
Director: Rian Johnson.
Actores: Daniel Craig, Ana de Armas, Christopher Plummer, Jamie Lee Curtis.
Calificación: ★★ 1/2.