Un centro comercial abierto, con pisos a desnivel y una plaza central que articulará todas las actividades con el Museo Pedro de Osma forma parte de un colosal proyecto urbanístico que modificará, en un lapso aproximado de dos años, la fisionomía de Barranco. Así describe Pedro Pablo Alayza, director del museo, el nuevo Centro Cultural Pedro de Osma, que dotará de una dinámica distinta a esta institución icónica del distrito. “La idea de este ‘barrio’ cultural es que uno podrá llegar allí a ‘perder’ el tiempo, a reunirse, a pasear, de tal manera que la experiencia no se agote en ver un cuadro”. El complejo turístico, comercial y gastronómico –diseñado por el arquitecto Jaime Lecca y Nómena Arquitectura, ganadores del concurso que convocó a 12 prestigiosos estudios nacionales y extranjeros- incluye una sala de teatro para 400 personas, un hotel tres estrellas, estacionamientos subterráneos “y las facilidades que todo museo necesita para renovarse”, explica Lecca.
El proyecto del Centro Cultural Pedro de Osma no solamente suplirá un vacío en la oferta cultural de Barranco –e incluso se articulará con diversas iniciativas del distrito- sino que será el gran soporte financiero de la Fundación Pedro y Angélica de Osma Gildemeister, que opera con fines sociales y benéficos. “El proyecto es interesante para la ciudad pero también para la fundación, que necesita una renta permanente que le permita seguir subvencionando a 39 instituciones de ayuda a niños y ancianos en el país”, señala Óscar de Osma, sobrino nieto del primer propietario del palacete francés de 1906 (Pedro de Osma y Pardo), casa de una de las mayores colecciones de arte virreinal de Latinoamérica.
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