Percy Zorrilla: el escultor que busca revelar el orden oculto de la naturaleza a través de los metales

“Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera. Macrocosmos y microcosmos se enlazan. El orden oculto que busca revelar mi obra está expresada en una geometría ordenadora que busca ser metáfora de la la materia elevándose a lo espiritual”, dice el artista desde el vértice que forman Camino Real con Miguel Dasso: observa ese par de anillos de bronce, acero inoxidable y concreto que flotan en un ojo de agua. Está allí desde diciembre del 2004 cuando él personalmente lo trajo para que aquella fuente, esa geometría con base circular, se quede allí metaforizando la maternidad.

Dice también que la presencia de sus obras en la selva de cemento nunca es arbitraria. “El entorno con sus características transmite y se muestra según su morfología. Luego se puede integrar una obra por contraste o por armonía utilizando el lenguaje formal, de los materiales, del acero, del bronce o del color. Igual ocurre con la composición y el uso de los espacios”, explica, antes de embarcarse en un tour de force por otros espacios públicos del Perú, Argentina, Canadá, España, Alemania y hasta Vietnam donde tiene diseminada su obra.

Es Percy Zorrilla (Lima, 1971), egresado de la facultad de escultura y pintura de la PUCP que encuentra en el fierro, el mármol y otros materiales duros las superficies idóneas para encontrar interacción entre los elementos de la naturaleza, especialmente el fuego, la tierra y los movimientos tectónicos que la sacuden, en una suerte de llamado a las fuerzas gravitacionales para atenazar los objetos. Lo hace cortando y plegando planchas hasta revelar volúmenes, vacíos, relieves y sombras en un su proceso que opera a partir del diseño previo o sobre la marcha: su encuentro con la materia —los procesos técnicos, las ideas— obedecen a un orden oculto que solo se revela cuando las formas geométricas terminan de desplegarse en en el espacio, dice.

FRACTURA DÚCTIL

Así, para la muestra que tenía previsto inaugurar en La Galería de San Isidro el 1 de abril —y que por la expansión del coronavirus se ha postergado de manera indefinida—, Zorrilla trabajó una serie de esculturas en mediano y gran formato: ahí están, por ejemplo, esas cuatro láminas oscuras y verticales de “Designio nocturno”, la serie de planos que en lenta expansión lateral configuran “Espera ante la puerta de la noche”, ese juego de formas que se curvan, transmutan e iluminan en un " Designio" o los bloques de acero mutuamente tensionados en peso, fuerza y gravedad visual para “S/T”.

Formas que se fuerzan en ritmo envolvente. Curvas en azul. Metáforas de viento y agua en materia dúctil. Rítmicas y monumentales, en mediana y gran escala, reelaboran tridimensionalmente el lenguaje pictórico de un autor cuya obra ha sido calificada como ‘filodurista’. ¿Qué es eso? “Es una caracterización que se refiere al uso de contornos definidos en el metal pintado los cuales, al ser reiterativos en mi obra, determinaron que se las identifique con esta tendencia propia de la abstracción geométrica y que se acuñó en los años 50 y 60 como una oposición al expresionismo abstracto de la época”.

Confeso admirador del constructivismo ruso, en la obra del profesor Zorrilla —enseña en un colegio de Cieneguilla— también son rastreables guiños explícitos al ensamblaje de objetos industriales metálicos de desecho del británico sefardí Anthony Caro, a las esculturas cinéticas colgantes del neoyorkino Alexander Calder, al constructivismo impreso en el arte escultórico del ruso Naum Gabo, a las construcciones tridimensionales con base en las matemáticas y el método científico del también ruso Pevsner.

BRILLO Y ETERNIDAD

Pero la influencia más contundente, sospechamos, procede del escultor cubista alemán Jörg Plickat, autor de casi un centenar de esculturas instaladas permanentemente en el espacio público, a menudo en diálogo con importantes edificios históricos. Así, Zorrila también tiene un puñado de aceros clavados en el suelo de Büdelsdorf, costa báltica alemana. También ha dejado una escultura en Andalucía y Almería. En British Columbia, Canadá. Tiene otra en en la capital de Vietnam. Dos más en Argentina —Resistencia y Córdoba—. Y en Lima, además de los anillos de Dasso, una en San Miguel y la que está en el Parque de los Ingleses de Barranco.

“Quiero mostrar las fuerzas implícitas que hay en la tierra, aquellas que se expresan a modo de ritmos y formas, fuerzas telúricas que configuran por geometría un registro de significados utilizando el hierro oxidado como tierra en devenir, o el acero inoxidable que se eleva sobre la gravedad de la materia”, dice. La idea, claro, es ver los objetos en vivo y en directo. Pero las actuales circunstancias nos obligan a verlas momentáneamente por Internet. Cosa de esperar: por tenacidad y resistencia mecánica el acero resiste una eternidad, felizmente.

MÁS INFORMACIÓN

Debido a la cuarentena que se cumple actualmente en el Perú para frenar el avance del Covid-19, es imposible ir a visitar la exposición “Pacha Kamaq - Alma que anima al mundo” , que iba a inaugurarse el 1 de abril. Sin embargo, amantes del arte pueden ver las obras de manera virtual en la página de La Galería.

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