Fusionar la moda y la joyería para vestir al público con arte

Dentro de la Galería Ginsberg se encuentra una fusión entre la artesanía y la moda destinada a ser una celebración para las madres. A puertas de celebrar su día especial, la diseñadora de moda Ani Álvarez Calderón y la joyera Andrea José abren un Pop Up en pleno corazón de Miraflores.

“Esto es parte de una larga conversación entre diferentes disciplinas de arte que ocurren dentro de la galería. Una fusión más que se puede llegar a ver aquí. Además de ser una ocasión para poder ofrecer a las personas una muestra de este trabajo”, menciona Arianne Carrillo, hija de la diseñador de moda Ani Álvarez Calderón, en entrevista con El Comercio.

La palabra clave es: colaboración. Una característica importante que ahora pone en vitrina creaciones de la línea BENEAI como vestidos, chaquetas, pantalones, carteras, accesorios complementarios y algunos elementos home, a disposición del público. Además de joyas que se inspiran en las llicllas y que son fabricadas con oro proveniente de mineras responsables que le dan importancia al trabajo de las mujeres.

“Es un hilo conductor que, a grandes rasgos, es hermoso. Son prendas hechas por mujeres, inspiradas por mujeres y para mujeres. Es un círculo que se cierra de manera perfecta, la manera más pura de explicar la reciprocidad”, comenta Andrea José.

Como parte de las fusiones que son una constante en estos proyectos albergados en la galería ubicada en Miraflores, es la unión entre la artista Ani Álvarez Calderón y su hija Arianne Carillo, quienes más allá de ofrecer prendas elaboradas con diseños que resaltan la cultura peruana, ofrecen una experiencia completa bajo la línea BENEAI, que surgió hace cuatro años.

“Queremos ayudar a preservar la técnica ancestral del arte kené que se ha transmitido durante muchas generaciones a través de la práctica continua. Ahora, celebrar esto junto a las personas que nos apoyaron es un gran regalo por el Día de la Madre”, menciona Carillo.

Esta colaboración es consecuente con la tradición de la Comunidad Shipibo Conibo de Ucayalli, de donde es originaria esta técnica, al realizar textiles que representan las propiedades curativas y vibraciones energéticas de las plantas terapéuticas de la Selva Amazónica, únicamente entre madre e hija.

“Este arte no solo está en la ropa, aquí en Lima vemos los murales que muestran parte de este arte, parecen escondidos, pero están presentes en nuestra sociedad. A nivel internacional, tenemos a Sara Flores, quien nos representa en el extranjero”, nos cuenta Carillo sobre esta experiencia que junto a su madre preservan a través de la moda.

Además del Pop Up, al entrar a la Galería Ginsberg nos recibe una exposición que nos muestra la consecuencia de las decisiones del ser humano en su conjunto, “Utopía Planitia”, creación de la artista española Sandra Val, la cual alberga una fusión del conocimiento del pasado, una visión crítica del presente y un futuro que invita a la reflexión.

Esta primera muestra que ofrece la galería, estará disponible hasta el 1 de junio, también busca abordar temas como el agotamiento de los recursos naturales, al igual que la distopía generada por un mundo más frío debido al avance de la digitalización. Concebir un mundo más interconectado, sacrificando los rasgos que nos hacen humanos para garantizar la supervivencia de las generaciones futuras.

“Detrás se esconde la idea de no perder de vista aquello con lo que hemos convivido desde el principio de la civilización. Algo que nos caracteriza en demasía. Por ello siempre trabajo en cerámica o porcelana, algo cotidiano que aún mantiene al hombre en contacto directo con sus creaciones”, menciona la artista Sandra Val.

El imaginario que envuelve ambos proyectos refleja una preocupación por preservar la cultura a través del arte, mostrando una conexión profunda con las tradiciones y un compromiso con la sostenibilidad cultural. Dos características que son necesarias si es que se habla de moda o arte moderno.