Luego de una estancia de más de trece años en España y Gales alimentándose de arte, en el 2013 Alejandra Bernales retornó al Perú para montar Mundo de Barro, un espacio de creación de piezas de cerámica tan originales y artísticas como funcionales. “Un sueño hecho realidad”, asegura la diseñadora y artesana peruana.
“Después de estudiar en la Escuela de Cerámica Francisco y Jacinto de Alcántara, en Madrid, y vivir un tiempo en Gales, regresé al Perú. Mi familia nacía, moría, se casaba y yo estaba lejos. Me agarró una cosa rarísima, un bicho emocional terrible. No esperaba venir, pensaba hacer mi vida allá, pero volví, y abrí mi estudio en el garaje de la casa de mi mamá. Allí estuve como un año. Llegaron más alumnos, el taller creció orgánicamente, entonces buscamos otro lugar. Ahora Mundo de Barro está en Miraflores”, destaca Bernales Wiesse.
Su afición por el arte y, en especial, la cerámica viene desde niña. Inicialmente, fue su tía, la ceramista Carmela Wiesse, quien le acercó a este noble y ancestral oficio. Posteriormente, fue la ceramista Malena Amézagas.
“Por cuestiones del destino, empecé a practicar en el taller de Malena, con quien estuve como cinco años. Era como una madre para mí. Allí me di cuenta que esto no era un trabajo, sino algo terapéutico. Me ayudó mucho a nivel personal”, asegura.
En Mundo de Barro, Alejandra enseña técnicas de construcción y decoración en cerámica de alta temperatura, pero sobre todo, aclara, es un taller al que la gente va a pasarla bien, en plan terapia.
“Esto te desconecta, aunque sea por un rato, de todas las cosas que siempre tenemos en nuestra cabeza. Va más allá de hacer una pieza increíble o de ser un gran artista”, enfatiza tras reconocer que al principio tuvo reparos en dedicar su vida al arte.
“Pensaba que abrirse a los demás, de la manera tan personal, como lo hace un artista, era complicado. Me daba pudor. Después me relajé y creé mi propio estilo. Mundo de barro es cerámica lúdica. Hacemos cosas divertidas, con mucho color, con un estilo personal y mensajes alegres. Tenemos la jarrita con la frase: “Agüita para el corazón”, y tazas que dicen: ‘Me muero por ti’, ‘Me tienes pescadita’, ‘Me haces florecer’, ‘Corazón valiente’, ‘Siempre positivo’. A la gente le encanta”.
Mundo de barro es más que un espacio de trabajo y creatividad para Alejandra. Es su refugio de paz y un diario reencuentro con la felicidad.
“Es mi hijo. Yo no tengo hijos, y no sé qué haría sin mi taller. Aunque tiene sus retos, me divierto, la paso bien, soy feliz. La cerámica te enseña tolerancia a la frustración, algo que necesitamos a gritos en nuestra sociedad porque no sabemos hacer las cosas imperfectas. Te enseña a que no siempre las cosas salen bien, que algo puede rajarse o salir de un color diferente al que esperabas”.
Junto a 41 ceramistas, Alejandra Bernales participará en la VI edición de la Feria de Cerámica Contemporánea, El Mercado, en el Cultural Station del Británico, en Miraflores, los días 15, 16 y 17 de diciembre.
Sus creaciones se pueden adquirir a través de la página web de Mundo de Barro y de sus redes sociales. También de forma presencial en la tienda Dédalo.