Leandro tiene 16 años y nunca se imaginó que su quinto de secundaria sería dictado a través de clases remotas. “Siento que ahora todo es más sencillo, pero nos costó un poco adaptarnos”, dice el joven que este año lo ha catalogado como el más flexible de toda su estadía en el colegio particular Señor de la Misericordia de Barrios Altos, en el Cercado de Lima.
“Al principio fue algo complicado porque mi colegio no contaba con una plataforma virtual que funcione al 100%. Solo la usábamos para marcar asistencia o hacer algunos trabajos. Pero al poco tiempo del anuncio de la pandemia nos actualizamos y los profesores empezaron a enviar más correos, mandar tareas y la comunicación y las clases se volvieron más fluidas”, cuenta el joven a El Comercio.
#TúSíSabes, una campaña educativa de El Comercio en favor de los escolares
En Villa El Salvador, Katerin de 14 años cursa el segundo de media. La adolescente coincide con Leandro en que el proceso de adaptación no fue fácil ni para los estudiantes, ni para los profesores de su colegio. “Las clases de Aprendo en Casa las empezamos a complementar con videos que los profesores mandaban. Para mi fue muy difícil y hasta me sentí un poco frustrada”, explica la joven del colegio nacional José Carlos Mariátegui.
“En mi caso, las tareas se compartían por WhatsApp y algunas veces por correo. Incluso algunos compañeros presentaban sus tareas mandando fotos de sus libros o cuadernos. En mi casa compartimos la laptop y los celulares con mis hermanos para que nadie se pierda las clases”, explica Katerin.
Leandro y Katerin son parte de los 9 millones de niños, niñas y adolescentes de colegios públicos y privados de todo el país que han cambiado significativamente sus rutinas y formas de aprendizaje durante este año escolar, que desde el 6 de abril arrancó de manera remota debido a la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus.
Los retos
Pero este año, el reto no solo ha sido el de impartir conocimientos, sino el de velar por la salud emocional de los estudiantes y docentes ante los efectos de la llamada nueva normalidad y la forma en la que se han desarrollado durante este atípico 2020.
Desde la dirección general de Gestión Descentralizada del Ministerio de Educación (Minedu), José Carlos Vera explica que este año se ha implementado una estrategia orientada al desarrollo social y emocional de los alumnos y docentes, algo que se espera priorizar durante el 2021.
Por ejemplo, se han habilitado líneas de apoyo para profesores que atraviesan por momentos de duelo ante la pérdida de familiares, estrés debido a la carga laboral, crisis familiares o de adaptación ante los nuevos sistemas de dictado de clases. Asimismo, se han transformado las estrategias de convivencia que antes se enfocaban solo en el sistema presencial, de tal manera que los psicólogos del Minedu puedan monitorear y actuar ante posibles casos de violencia o abusos en las casas a través de llamadas o visitas presenciales en conjunto con las Demunas y autoridades municipales.
En este sentido, la exministra de Educación, Marilú Martens, señala que además de crear estrategias es importante fortalecer los canales de comunicación no solo con docentes y alumnos, sino también con los miembros del grupo familiar que han tomado un rol protagónico en el desarrollo académico de los estudiantes. “El Minedu ha implementado una estrategia rápida e innovadora, pero no debe descuidar el tema comunicacional. Es prioridad llegar a todas las familias para que comprendan cómo funcionan y cómo se van a desarrollar estas estrategias”, señala.
En esa línea, Martín Acosta ha sido el encargado de reforzar los aprendizajes de su primo André de 11 años, y, muchas veces, ha tenido que explicarle el funcionamiento de herramientas tecnológicas como las de videoconferencias o servidores de correos electrónicos, además de explicar las clases que enviaban los profesores.
“Llegó un momento en el que tenía que ver los videos antes que André y buscar algunas cosas en Internet para que mi primo las pueda entender. Yo sabía que estaba cumpliendo un rol importante y fundamental y que no debía flaquear”, explica Acosta.
Además, dice que muchas veces se sintió un poco perdido para orientarse en la parte emocional o de desarrollo social del niño. " Siento que los niños no han aprovechado este año en su totalidad y como cuidador siento que André se puede ver afectado en su pase a secundaria, eso en algún momento se va a sentir y no sé cómo podremos ayudarlo en el lado social y de desarrollo para la adolescencia. En el colegio no se toca mucho el tema y es un poco desesperanzador no encontrar ese tipo de información”, acota.
Para Martens, la prioridad de este 2021 debe ser diseñar planes de contingencia para evitar este tipo de vacíos y para que, en cambio, se afiancen otros tipos de conocimientos y dimensiones como la emocional o la cívica. “Aún hay mucho que aprender, capitalizar y sistematizar. Ha sido un año difícil, pero no dejemos que nada se pierda porque esto nos va a servir para mejorar los planes educativos y estrategias que el Minedu va a implementar. Esperamos que cada uno de ellos se ajuste a la diversidad del Perú y de nuestros escolares”.
Capacidad de adaptación
Por otra parte, Idel Vexler, también exministro en la cartera de Educación señala que este año escolar no se debe dar como perdido y resalta el rol de los docentes y la capacidad que han tenido para adaptarse a los cambios a pesar de las dificultades y las brechas existentes dentro del sector.
“Muchas veces no se han tenido los recursos adecuados y los docentes han enfrentado hasta 12 horas de trabajo seguido. Incluso, muchos de ellos han debido de utilizar recursos propios para poder llegar a sus alumnos”, señala Vexler.
Por ejemplo, Yeni Flores, docente con más de 16 años de experiencia en educación inicial explica que tuvo que hacer una especie de trabajo de campo para poder evaluar qué metodología impartiría en su centro educativo de Villa El Salvador. “Yo considero que no hemos tenido una capacitación adecuada y que se ha dejado un poco a criterio de cada maestro poder ver cómo llegaban a sus alumnos. En mi caso yo hice llamadas telefónicas, comunicaciones por WhastApp y correo electrónico para ver qué medio era el que más favorecía a los padres. Asimismo, me capacité en el uso de plataformas virtuales y nuevas herramientas”, señala la docente.
Flores no solo comparte su punto de vista como docente, sino también como madre de familia y señala que, al tomar un rol protagónico en la educación de su hija y ser mano derecha del profesor, funge de mediadora para evitar que la sobrecarguen de asignaciones y actividades que le puedan producir estrés y que sean adversas para su desarrollo como adolescente.
Para evitar este tipo de situaciones, Vexler propone otorgar vacaciones absolutas durante el mes de enero. “Lo que ahora se requiere es descansar de un año tan complicado, tan tenso y tan difícil como el que se está terminando. Luego de eso, se pueden preparar con calma para el año escolar 2021 que también va a seguir siendo a distancia de manera general hasta junio o julio” señala.
“Sin duda alguna este año se han dejado de lado algunos conocimientos del currículo, pero se han ganado otros logros de comportamientos y desempeño socioemocionales como la perseverancia, escucha, diálogo y resiliencia, importantes para el desarrollo de los estudiantes”, agrega.
Mal Invisible
Tanto Marilú Martens como Idel Vexler señalan que el Ministerio de Educación tiene que hacer lo posible para evitar que los escolares interrumpan su escolaridad. “La deserción escolar es un problema amplío que se ha visto acentuado por la crisis económica y la pandemia, ya que los ambientes se han visto más hostiles para los niños, niñas y adolescentes”, explica Vexler.
Cifras del Minedu señalan que 75.539 estudiantes de primaria abandonaron las clases en el 2020, según data consignada en los padrones oficiales hasta inicios de diciembre. Mientras que 75.950 alumnos de secundaria abandonaron las clases en este año. Vale indicar que en este nivel y a pesar de la pandemia, las cifras se han reducido respecto al 2019.
En tanto, Martens explica que es necesario crear planes educativos que contemplen estrategias que se adapten a cada sector de la población y que permitan que los estudiantes continúen con sus estudios de inicial, primaria y secundaria. “El Minedu tiene estrategias educativas muy buenas, pero tiene que desarrollarlas con una mirada más asequible a la población y a la diversidad que se tiene para los estudiantes de las ciudades y de las zonas rurales”, acota la educadora.
A poco de concluir el año escolar, Leandro continúa con sus clases de refuerzo de comunicación y matemáticas con la finalidad ingresar a la universidad. Katerin confía en que para el 2021 podrá tener una mejor conexión a Internet para poder avanzar con sus tareas y espera poder manejar mejor el estrés y ansiedad que le generan la sensación de no aprender lo suficiente.
Mientras que André espera volver a las clases presenciales porque este 2020 le ha parecido triste y monótono sin sus amigos a los que solo ha visto a través de la pantalla de su computador durante los 10 minutos diarios de recreo. Y Yeni ya ha tomado la decisión de capacitarse más y mejor para poder darles una mejor educación a sus alumnos y, a la vez, concentrará sus energías en encontrar un punto medio con el maestro de su hija de 12 años para no sobrecargarla.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta, como ya lo dijo el ministro Ricardo Cuenca durante su intervención en el 78° Consejo Directivo de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se dio a inicios de diciembre, y durante sus intervenciones en Palacio de Gobierno durante el balance del primer mes de gestión del presidente Francisco Sagasti, es que se trabajará en un posible retorno gradual, seguro y flexible, y para ello priorizará la atención de los protocolos sanitarios en las instituciones educativas, mejorará la conectividad y aplicará un enfoque territorial con el apoyo de los diversos sectores del Estado.
#TúSíSabes es la campaña que El Comercio ha iniciado en favor de la educación de los y las estudiantes. Una de las principales acciones será poner a disposición todas nuestras plataformas –impresas y digitales- para producir y publicar contenido audiovisual dirigido a alumnos de cuarto y quinto de secundaria. Los que quieran unirse a esta causa pueden escribir a: tusisabes@comercio.com.pe
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