Las últimas noticias sobre una posible paralización de las operaciones del Metropolitano han reflejado, entre otros aspectos, la ausencia de infraestructura de transporte público masivo en la ciudad capitalina. Situación similar se vivió el año pasado con los corredores complementarios, dejando como única segunda opción el uso del transporte tradicional. Sin embargo, décadas atrás, la idea que dio luz a la construcción del Metropolitano era en realidad un proyecto para habilitar casi una decena de sistemas similares.
Fue hace más de veinticinco años, en la época del alcalde Alberto Andrade, cuando se propuso construir en la capital nueve Corredores Segregados de Alta Capacidad (Cosac). Así lo recordó a El Comercio Luis Quispe Candia, fundador de la oenegé Luz Ámbar. El entrevistado contó que las autoridades limeñas buscaban retratar el sistema integrado de la ciudad de Bogotá (Colombia), conocido como el proyecto Transmilenio. También se habría considerado lo visto en Curitiba (Brasil) y su Red Integrada de Transporte.
Estos sistemas fueron desarrollados con apoyo del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cosa que -contó Quispe Candia- motivó a las autoridades peruanas a iniciar con los proyectos de transporte masivo. El fundador de Luz Ámbar precisó que entonces -entre 1999 y el 2003- se planteó entonces la construcción de nueve Cosac. El primero de ellos dio vida al servicio del Metropolitano, que puso en marcha sus operaciones en el 2010, durante el último año de la gestión del entonces alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio. Este sistema de transporte -que aún no está entregado por completo (ver nota) tras más de catorce años- recorre desde Chorrillos hasta Chimpu Ocllo, en Comas.
Discontinuidad
“Cuando [Luis Castañeda Lossio] ganó [las elecciones municipales], vio con buenos ojos esta idea [de construir los Cosac] y continuó hasta que se inauguró el Metropolitano, el Cosac I. Sin embargo, ya deberíamos tener el Cosac II, el Cosac III y así hasta el IX”, criticó Quispe Candia. Roxana Rocha, actual regidora de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), expresidente ejecutiva de Protransporte (actualmente, la Autoridad de Transporte Urbanos para Lima y Callao) y exasesora del Viceministerio de Transporte, también describió que durante la gestión de Castañeda Lossio se planteó continuar la implementación de los demás Corredores “con carriles segregados, tarifas electrónicas y buses de gran capacidad”.
Según los entrevistados, con la llegada de Susana Villarán a la alcaldía, y con el Metropolitano – el primer Cosac de los nueve propuestos- en operación, se continuó con la implementación del segundo Corredor Segregado. Se trataba de una ruta conocida como la ‘segunda línea’ del Metropolitano, que estaba planificada para unir al distrito Este de Ate Vitarte con el Callao, en el Oeste. Sin embargo, inició un debate entre la MML y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) porque la ruta propuesta se superponía en gran parte con la Línea 2 del Metro de Lima.
De hecho, el Archivo de El Comercio deja en evidencia ya existían disputas internas en el Concejo Municipal sobre la elaboración de este Cosac. Precisamente, el 17 de octubre del 2018, El Comercio informó que el Concejo había dilatado el proyecto de corredor entre Santa Anita y el Callao. Este Diario reveló que Protransporte no tenía una fecha estimada de entrega, pese a que se estimaba empezar las obras en el 2009, tras dos años de haberse presentado el estudio de factibilidad en el 2007.
“Se avanzó el Cosac II, pero lo dejaron porque había una superposición con el trazo del Metro. Pudo haber funcionado perfectamente, en muchas partes del mundo hay dos tipos de servicios en una misma ruta, pero los usuarios son diferentes. Lo que hubo fue un discurso político, de no dar concesiones a empresas extranjeras y respaldar a lo local, a los micros, las combis, etc.”, dispuso Quispe Candia. “Se descartó el Cosac II, y se implementaron los correderos complementarios. Son buses de doce metros de largo [las unidades del Cosac están cerca a los 30 metros de largo] que no se trasladan por corredores segregados, pero utilizan las mismas rutas que se habían planificado [para los Cosac]”, comentó la regidora metropolitana.
Para dicha nota, también declaró Juan Tapia, del Centro de Investigación y Asesoría del Transporte Terrestre, comentando que se había planteado la construcción del corredor, pero que esa posibilidad fue descartada por la implementación del tren eléctrico. Por su parte, Roberto Vélez, gerente general de A Movernos y vocero de tres de las cuatro concesionarias del Metropolitano, declaró para esta nota de manera similar: “si bien originalmente se iban a construir nueve Cosac, solamente se hizo uno. Quedó todo en nada porque llegaron los Metros. El mismo gobierno declaró los Metros de interés nacional y, por lo tanto, le quitó las competencias a la MML y pasó al MTC”. Fue en febrero del 2012 cuando se conoció la decisión final de Protransporte y la MML, dejando de lado la elaboración del Cosac.
Nuevos proyectos
Roxana Rocha informó a El Comercio que, si bien no se está continuando concretamente con el plan de los nueve Cosac, la comuna ha impulsado tres proyectos de corredores segregados. “Hemos visto la necesidad de crear nuevas vías, como el corredor de la Vía Expresa Norte que toma toda la avenida Universitaria, y establecer una vía expresa pública exclusiva el transporte”, precisó. Asimismo, retrató que “otra vía es la que va a interconectar la estación del Metropolitano con la estación Gamarra de la Línea 1 del Metro”. Finalmente, “la tercera es la continuidad de la Vía Expresa [Luis Fernán Bedoya Reyes], para conectar con la carretera Panamericana Sur. Esa va a tener un corredor mixto, con un carril segregado [para el transporte público]”.
La regidora municipal dispuso que si bien no se les está denominando Cosac a estos proyectos, cumplen con el mismo objetivo. “De alguna manera, lo que está haciendo la MML es de dotar de esa infraestructura de transporte a la capital”, detalló la funcionaria. Asimismo, criticó que “la ATU, en cinco años [de funcionamiento] no ha tenido una apertura a crear nuevas infraestructuras de transporte masivo”.