Gino Alva Olivera

El asfalto de la avenida 25 de Junio, en , separa dos obras viales que son, en realidad, peligrosas trampas para los vecinos: una vereda de 70 centímetros de altura que ocupa toda una esquina y una pista que conduce a una caída de 1,63m.

Las fotografías de la espigada vereda, que circulan por redes sociales desde hace unos días, se viralizaron después de que fueron compartidas en el portal satírico El Panfleto.

El Comercio fue al lugar y lo que encontramos fue mucho más grave: los niños más pequeños del barrio tienen que escalar la acera, mientras que los adultos mayores prefieren evadirla.

“Para bajar y para subir la gente prefiere ir por la pista”, dijo Trinidad Matta, quien vive en esta zona hace más de tres décadas.

Como es evidente, la obra no cumple con el Reglamento Nacional de Edificaciones, documento avalado por el Ministerio de Vivienda.

Esta norma señala que las veredas deben tener una altura de entre 15 cm y 20 cm, y en el caso de que sean de 30 cm o más, “deberán estar provistas de parapetos o barandas de seguridad”.

La esquina de los 70 centímetros de altura, en la manzana K, tampoco tiene rampa para personas con discapacidad ni señalización que alerte a los transeúntes.

La rampa lateral que debería permitir a personas en sillas de ruedas alcanzar la vereda es una empinada pendiente casi imposible de sortear. Augusto Vásquez, un experimentado deportista con discapacidad, no pudo subirla sin ayuda.

“Esta es una fuente potencial de accidentes y caídas de las personas, es un error [de diseño] que perjudica la accesibilidad no solo a personas con discapacidad, sino a la mayor parte de los ciudadanos”, dijo a este Diario el arquitecto David Pezo.

La norma señala que si la altura de una vereda excede los 30 cm, deben colocarse barandas. Esta mide 70 cm y tampoco tiene señalización. (Foto: Alonso Chero)
La norma señala que si la altura de una vereda excede los 30 cm, deben colocarse barandas. Esta mide 70 cm y tampoco tiene señalización. (Foto: Alonso Chero)

—La obra de Milton—

La vereda fue concluida en la gestión de Milton Jiménez Salazar, elegido por el partido Solidaridad Nacional para el período 2015-2018.

Jiménez Salazar, ahora regidor de Puente Piedra, ya había sido alcalde del distrito dos veces: en 1995 por Cambio 90-Nueva Mayoría y en 1998 por Vamos Vecino.

En diálogo con este Diario, el ingeniero Freddy Ramos, quien fue gerente de Inversiones Públicas en el período de Jiménez, reconoció que “ahí sí faltó una baranda al menos, son cosas que se escapan a veces a los ingenieros, uno no puede estar controlando todas las obras”.

Lamentablemente, esta esquina seguirá siendo una zona de riesgo, por lo menos durante el 2020. El gerente de Comunicaciones de Puente Piedra, Ricardo Villar, explicó que el presupuesto para este año ya está asignado.

“Para el 2020 no se va a solucionar, salvo que encontremos otra fuente de financiamiento al presupuesto participativo. Sí, lo más probable es que este año siga igual. Pero esta obra fue hecha por la gestión anterior y genera que gastemos muchos más recursos en corregir estas cosas”, dijo.

El actual alcalde de esta comuna es Rennan Espinoza Venegas, de Somos Perú, hijo de Rennan Espinoza Rosales, exalcalde de Puente Piedra y virtual congresista.

—A irse con cuidado—

La noche del 7 de octubre del año pasado, los vecinos de 25 de Junio fueron perturbados por el chirriante sonido de los frenos de un automóvil y, segundos después, por el seco golpe del vehículo contra el asfalto de la pista en la intersección de la mencionada avenida y un pasaje de la manzana L, también construido en el período del exalcalde Jiménez, que termina con una caída libre.

Así quedó el vehículo que el 7 de octubre del año pasado se despistó y cayó sobre la avenida 25 de Junio. Pudo haber sido una tragedia. (Foto: El Comercio)
Así quedó el vehículo que el 7 de octubre del año pasado se despistó y cayó sobre la avenida 25 de Junio. Pudo haber sido una tragedia. (Foto: El Comercio)

Por esta zona todos los días circulan los peatones, pero no cuenta con bloques de concreto que restrinjan el acceso ni señalización que llame a las personas a andar con más cuidado. En otras palabras, se trata de otra potencial fuente de accidentes viales.

“En casos extremos como este se debe cortar la conexión de las calles utilizando elementos de seguridad que eviten accidentes”, concluyó el arquitecto urbanista Aldo Facho Dede.

En el 2014, en el pasaje no había pista (imagen superior). Esta fue construida en la gestión de Milton Jiménez y ahora luce como la foto inferior. El desnivel en su extremo izquierdo es notorio.
En el 2014, en el pasaje no había pista (imagen superior). Esta fue construida en la gestión de Milton Jiménez y ahora luce como la foto inferior. El desnivel en su extremo izquierdo es notorio.

La casa de Silvia Ortiz Astete está a pocos metros de la pista, y ella cuenta que ha visto más de un accidente en el lugar. “Los taxis que vienen de otro lado muchas veces no saben que no hay otra salida y se van de frente”, declaró.

“Lo que sí debió hacerse [en esta pista], y tienes razón en eso, es un muro o un parapeto, ahí faltó una mayor comunicación, creo. No es que trate de justificar, pero los que usan esa escalera son los vecinos nada más. Me parece raro que haya habido un accidente”, reconoció Freddy Ramos.

Milton Jiménez también admitió lo evidente: “Definitivamente [la pista es peligrosa], pero [el proyecto] lo hizo la gestión entrante. La mía debió mejorarlo, claro”.

Según la Municipalidad de Puente Piedra, tampoco se ha establecido en el presupuesto para este año la modificación de esta obra. La calle seguirá siendo peligrosa.


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