Lima es la ciudad de los baches, pero hay un distrito que se lleva el mérito de tener calles con más de 60 huecos cada una: Chorrillos. No cualquier tipo de hoyos, sino unos tan grandes que pueden romper la dirección de un auto, como nos dijeron los conductores que pasaban por ahí. Cavidades de más de un metro de largo y hasta 12 cm de profundidad, que permanecen por años en vías importantes que conectan incluso con centros de salud.
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Aquí, como en otras zonas de Lima, se parchan las pistas, pero al poco tiempo la tierra vuelve a abrirse.
La calle de 60 baches a la que nos referimos en este reportaje es igual a un campo minado: para atravesarla en auto hay que zigzaguear entre los huecos para evitar daños en el vehículo. Se trata de la avenida Santa Anita, ubicada a la mitad del mapa de Chorrillos. En solo una cuadra pudimos contar 50 baches.
La Av. Santa Anita conecta la urbanización Los Cedros de Villa con el inicio de la avenida Defensores del Morro (antes Huaylas), y pasa por tres mercados de gran afluencia, una clínica y otros centros de salud. Además, es una ruta alterna que evita el tráfico del óvalo de La Curva de Huaylas, pero los 60 baches que contamos –repartidos en menos de 300 metros– perjudican a los usuarios que deben movilizarse hacia estas zonas.
Si bien la Av. Santa Anita es un solo caso, esa arteria termina representando el problema del mal parchado de pistas que hay en gran parte de la capital.
El sector más perjudicado es el del transporte público, cuyas unidades se dañan con el impacto y cuyos pasajeros respiran el polvo que dejan los vehículos en su paso por los baches.
Esta vía ha sido parchada varias veces y los huecos se vuelven a abrir. “Lo que aquí ocurrirá, como ha ocurrido varias veces, es que vendrá una aplanadora con mezcla de asfalto y al poco tiempo volverá a abrirse”, nos dice un vecino que vive en la esquina de Santa Anita con el jirón San Patricio.
–La alameda San Marcos–
No es el único caso en Chorrillos. A la espalda de la avenida Santa Anita pasó algo similar a lo que este vecino nos cuenta y El Comercio fue testigo de ello. Ocurrió en la alameda San Marcos. Hace apenas dos semanas un equipo periodístico fue a grabar los enormes baches que había allí. Ese día les preguntamos a serenos y agentes de tránsito por qué hay tantos baches, y nos dijeron: “Solo parchan con brea, y por eso se abre de nuevo la pista”.
Días después de este episodio, un grupo de obreros de la Municipalidad de Chorrillos llegó para parchar la vía. Las huellas de brea aún se podían ver a los lados de la vía hasta ayer (último viernes). Sin embargo, a poco más de 10 días, ya se sienten nuevamente los desniveles en la vía cuando uno pasa en auto.
La alameda San Marcos está al costado del canal de Huatica –cuyas aguas suelen desbordarse y afectar el pavimento–; sin embargo, expertos consultados sostienen que un estudio de suelos previo a la rehabilitación permitiría que toda fuga de agua sea tolerada por el asfalto sin contratiempos.
Uno de ellos es Néstor Huamán, ingeniero experto en pavimentación, docente colegiado y autor del canal de You Tube Ingeniería Vial en Acción. Según Huamán, los pavimentos tienen una vida útil de hasta 20 años. Sin embargo, en Chorrillos y otras zonas de Lima los huecos se llegan a abrir apenas tres meses después de su rehabilitación.
“Se observa que toda esta zona de Chorrillos no ha sido rehabilitada, sino parchada y al corto tiempo se notará que hay fallas en el pavimento, como ondulaciones. Hay segregación de la mezcla asfáltica y son arreglos que no corresponden a una técnica correcta. Esa forma de asfaltar no dura. Hay vecinos que nos han dicho que esto ha sido rehabilitado 10 o 12 veces. No podemos hacer un mal gasto del dinero que tanto se necesita”, indica Néstor Huamán. Este experto detalla que los municipios solo suelen rellenar los baches con una mezcla asfáltica, sin componer las capas inferiores, haciendo que se abra nuevamente la vía en cuestión de días.
Luis Alberto Vega, gerente municipal de Chorrillos, explica que por las obras de rehabilitación en Defensores del Morro (antes Huaylas), una de las pocas vías de acceso al distrito, no se pueden cerrar todas las calles para pavimentarlas porque se generaría caos vehicular. No obstante, cabe indicar que las obras en Defensores del Morro empezaron en marzo de este año, y los baches en las calles de Chorrillos tienen mucho más tiempo.
El mal estado de las pistas daña los neumáticos de las unidades y genera congestión, sostienen especialistas en transporte y mecánica consultados por este Diario. Los vecinos también se quejan por el polvo y la suciedad que produce el paso de los vehículos. “Los pavimentos de concreto (similar al de la Vía Expresa de Paseo de la República) tienen una vida larga, en comparación con los de asfalto. Ambos pueden ser conservados si se les hace mantenimiento por medio de estudios”, dice Huamán, quien afirma haber observado este problema en al menos 10 distritos de la capital. El Comercio pudo ver una gran cantidad de baches en La Victoria, Breña, Surquillo, Rímac, Independencia y Villa María del Triunfo
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