Anualmente 1,25 millones de personas mueren en el mundo por accidentes de tránsito, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo al MTC, 2.826 de esas muertes se registraron el último año en el Perú. Sin embargo, esta cifra –por alarmante que parezca– es mucho mayor, según el estudio realizado por Bernd Fertig, especialista alemán en atención de emergencias médicas prehospitalarias.
—¿Cuál sería la cifra real?
Considero que hay 15 mil muertos anuales por accidentes de tránsito en el país.
—¿Cómo se explica una diferencia tan grande?
En el 2017 el Ministerio de Salud solicitó a mi facultad que realizara un estudio para mejorar el sistema de atención de emergencias médicas prehospitalarias. Llevamos un año analizando la situación y para nuestra sorpresa esos casi 2.900 muertos solo son quienes murieron en el lugar de la emergencia. La OMS dice que el Perú no acepta el tiempo de 30 días después del accidente que establecen ellos. Según las cifras mundiales, las víctimas que mueren en el lugar del accidente solo representan el 8% del total.
—Su estudio también revela que eso empeora si nos enfocamos solo en buses...
El Perú tiene la cifra más alta del mundo en accidentes de buses. Pero para mí esos no son accidentes, son irresponsabilidades, son actos criminales. Yo promovería que las empresas de buses estén obligadas a publicar en sus páginas web cuántas muertes y heridos han causado cada año. Hay empresas como Erick El Rojo que tienen dos buses y dos accidentes, uno de ellos con más de 20 muertos. Es inaceptable que el MTC admita eso. En el 2016, en el Perú hubo 1.736 accidentes de buses que dejaron 489 muertos.
—¿Quién es el principal responsable de todo esto?
El factor es principalmente humano. Pude ayudar en tres accidentes de buses en Cusco y Pisco, la mayoría no fueron causados por fallas mecánicas, sino por irresponsabilidad de choferes que se adelantan sin ver el otro carril, van a una velocidad alta, son imprudentes en las curvas o manejan cansados. Pero el segundo factor es el sistema de emergencias.
—Antes del segundo factor, el Estado permite que esas personas puedan manejar. También lo hace culpable.
Cuando estás en un taxi en Lima ves cómo corren a alta velocidad, no respetan a quienes quieren cruzar, ni las señales. En el Perú –no lo vean como una crítica sino como una recomendación– necesitan ser más responsables y respetuosos. Y la cultura de falta de respeto por la vida no solo se detecta en los choferes de buses, sino en todos los que intervienen en el tránsito. Eso lo debe cambiar la gente, no lo puede cambiar el Gobierno. Las personas no respetan ni las luces de emergencia de las ambulancias, por eso no se llega a tiempo para salvar vidas.
—¿Por qué el sistema de emergencias es otro factor?
Al 80% de mis misiones con los bomberos llegaron también ambulancias del SAMU porque escucharon por radio. Berlín tiene casi la misma cantidad de habitantes que Lima, allá tienen un sistema central que coordina a 230 ambulancias. En Lima existen 6 mil ambulancias entre hospitales, instituciones privadas, el SAMU y los bomberos, pero no hay comunicación entre ellos.
—¿Propone crear una central única de auxilio?
Estamos realizando un informe de 600 páginas con expertos de siete universidades de Alemania. En él decimos que en los 24 departamentos debe haber una central. Nosotros calculamos que en Lima solo se necesita una ambulancia por cada 50 mil habitantes. Y en todo el país demostramos que sería más efectivo implementar un sistema de helicópteros.
—Este año vimos a tres helicópteros aterrizar en la Av. Brasil porque no había un helipuerto. ¿Ve viable una red de helicópteros?
Un helicóptero no puede trabajar en Lima, es muy peligroso. En Lima hay suficientes ambulancias. Proponemos que el centro de operaciones esté en la base de Las Palmas, pero que no atienda emergencias de la ciudad. La mayoría de accidentes de buses, por ejemplo, se registran en la Panamericana, la Carretera Central o en la región de Áncash. La idea es enviar al helicóptero cuando haya al menos tres heridos graves y que tenga lo necesario para atender en el lugar. Eso implica contar con un médico, un paramédico, un supervisor financiado por el Gobierno Alemán y un asistente. La idea es tener mínimo 5 y máximo 19 bases en todo el país, cada una con un helicóptero con 200 km de rango de acción.
—¿Y eso es económicamente viable?
El costo es menor que tener ambulancias estacionadas. Nuestro estudio indica que en la región Cusco se necesitan 490 ambulancias para cubrir las emergencias, pero con un helicóptero se necesitarían solo 81 ambulancias.
Bernd Fertig
Experto en emergencias médicas
Nací en Karlsburg, Alemania, hace 62 años. He estudiado economía social y diversas especialidades en emergencias médicas. Soy jefe del Departamento de Emergencias Médicas Prehospitalarias en la Universidad Steinbeis de Berlín.