Ayer entró en vigencia la alerta epidemiológica emitida por el Ministerio de Salud (Minsa) luego de que se confirmaran casos de viruela del mono o monkeypox en países de Europa y Estados Unidos. Aunque a la fecha no hay pacientes sospechosos ni confirmados de esta enfermedad en el Perú, la alerta ayudará a mejorar la identificación, notificación e investigación de casos compatibles.
El Comercio conversó con los médicos César Munayco director ejecutivo de vigilancia en salud pública del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Minsa, Ángela Uyen, asesora en políticas de salud de Médicos sin Fronteras con sede en Bruselas, y Juan José Montenegro, infectólogo del Hospital Dos de Mayo, para resolver dudas sobre el tema.
1. ¿Es una enfermedad nueva?
No, la viruela del mono o monkeypox es una enfermedad viral reportada inicialmente en animales en 1958. El primer caso en humanos data de los años 70 y desde entonces se presentaron contagios limitados a África, principalmente en la zonas centrales y occidentales de la selva tropical.
“Es una zoonosis, una enfermedad que salta del animal al humano. En el 2017, había 11 países reportando casos y ahora han aparecido brotes pequeños afuera de África”, explica Uyen. Estos brotes se encuentran en Reino Unido, España, Portugal y Estados Unidos. Canadá, además, evalúa sospechosos de tener la enfermedad.
Para la especialista hay tres posibles elementos que han contribuido al aumento -aun pequeño- de los casos: la globalización y los viajes intensificados desde que se levantaron todas las restricciones de la pandemia de COVID-19, que las nuevas generaciones ya no estén vacunadas contra la viruela (fue oficialmente declarada erradicada por la Organización Mundial de la Salud-OMS en 1980) y “las actividades extractivistas en los bosques del centro y oeste de África”.
Aunque estamos lejos de hablar de una epidemia, Montenegro añade que las alertas en distintos países sirven para mejorar los mecanismos de seguimiento epidemiológico y evitar que los contagios incrementen. “Si hay una enfermedad circunscrita en una región específica y, de un momento a otro, abarca a otro continente, quiere decir que hay un mecanismo de transmisión que controlar”, explica.
2. ¿Cómo se contagia?
La médica Ángela Uyen explica que la transmisión entre humanos ocurre principalmente a través de gotículas respiratorias (distintas a los aerosoles) que necesitan estrecho contacto para ingresar a un cuerpo. “Las gotas son pesadas y tiene que haber un contacto muy cercano para que se transmitan. No es tan fácil de diseminar como el COVID-19″, indica.
El virus también puede transmitirse por contacto directo con sangre, fluidos corporales, lesiones de la piel o mucosas de una persona infectada.
De acuerdo con la OMS, en África también e han descrito infecciones humanas “resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados”. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus y un posible factor de riesgo es “la inadecuada cocción de la carne de animales infectados”.
3. ¿Qué síntomas tiene?
Fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía). Además, erupciones cutáneas que pueden afectar cara, palmas y plantas y otras zonas. Estas erupciones evolucionan desde maculopápulas (lesiones de base plana) a vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas y costras que pueden tardar en eliminarse hasta tres semanas.
Aunque Montenegro señala que la mayoría de casos son leves y la atención está destinada a atenuar los síntomas (no hay tratamiento específico), existe un pequeño porcentaje que podría complicarse. “La viruela de mono tiene una tasa de casos severos de 1 a 10%. Si tenemos 10 pacientes, uno podría ser severo, pero si tenemos 1.000 pacientes entonces serán 100 casos severos. Por eso es necesario que los contagios no suban”, explica el infectólogo.
4. ¿Puede derivar en una pandemia?
Uyen señala que, además de que el contagio requiera un contacto mucho más estrecho que el COVID-19, el virus se caracteriza por un periodo de incubación relativamente largo, de 5 a 21 días.
“Esto es positivo porque el contagio es mínimo o casi nulo durante el periodo de incubación a diferencia del covid, en el que los asintomáticos ya contagiaban”, explica.
De acuerdo con la OMS, infección puede dividirse en dos periodos: el primero invasión (entre los días 0 y 5) que se caracteriza por los síntomas de fiebre y dolores; el segundo periodo es de la erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre).
“Es contagiosa cuando es eruptiva y eso nos da tiempo para tranzar y aislar contactos, para poner la vacuna a tiempo a los que tienen post exposición y otros. Creo que está lejos de la realidad que se convierta en algo incontrolable o una pandemia”, añade la especialista.
5. ¿Cómo se previene?
El infectólogo Juan José Montenegro indica que el principal mecanismo de prevención de la viruela del mono es la higiene: “El lavado de manos con agua y jabón es la forma más segura de evitar todo tipo de infecciones. La ventilación también es necesaria”.
Otras recomendaciones que ha brindado la OMS tienen que ver con la reducción del riesgo de transmisión de los animales a las personas evitando el contacto con roedores y primates, y limitando la exposición directa a la sangre y la carne de estos animales.
6. ¿Existe una vacuna?
Uyen añade que la vacuna contra la viruela tiene un nivel de prevención del 85% y es útil post exposición, lo que resulta una ventaja para el personal médico.
Sin embargo, debido a que la viruela se declaró erradicada en 1980 las vacunas dejaron de incluirse en esquemas de vacunación. “Hay que volver a empujar la producción de la vacuna. Por mucho tiempo se ha considerado como una potencial arma biológica por lo cual países como Estados Unidos tienen un stock de vacunas, la cuestión es que se necesitará una mayor escala de producción y distribución”, indica.
7. ¿Para qué sirve la alerta epidemiológica?
Munayco explica que esta alerta busca preparar a los servicios de salud peruanos ante la posibilidad de que que algún caso ingrese al país.
“Estamos reuniéndonos con hospitales y centros de salud para explicarles la definición de casos, cuál es el flujo, qué muestras tienen que sacar, a dónde enviarlas. No hay casos sospechosos, por ahora es preparar a los servicios de salud”, explicó.
Según dijo, el personal que atiende a los pacientes será el que, si encuentra un caso que es compatible con la definición, notificará al epidemiólogo para que este realice el estudio necesario para confirmar el caso. Lo siguiente sería el trazado de contactos del paciente para reducir la posibilidad de transmisión.
Para esta enfermedad no se evalúa restricciones como cierre de fronteras por las características de la enfermedad. “La transmisión de persona a persona no es efectiva. Se requiere contacto cercano con secreciones o con lesiones. Lo que se ha visto en los brotes previos es que los casos se limitaban a familiares, personas relacionadas o personal médico”, añade.
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