Secuestro en Comas: todos los detalles del rapto de la hija de una empresaria frigorífica y la alarma por el incremento de casos

Los robos al paso y las extorsiones son dos de los delitos más comunes en el país, cuyos índices han aumentado notoriamente en el último tiempo. Sin embargo, existe otro tipo de hecho delictivo que viene abriéndose paso cada vez más y, al mismo tiempo, agrava la crisis de inseguridad que hay en las calles. Se trata del secuestro. El último de ellos se registró en el distrito de Comas, la mañana del martes.

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Lucero Trujillo Vargas, de 27 años, hija de una empresaria dedicada al rubro de frigoríficos y también productora avícola, fue secuestrada por un grupo de delincuentes tras ser interceptada en la cuadra 3 de la avenida Julio C. Tello. El hecho ocurrió justo en el frontis de local de propiedad del hombre de negocios, en el momento en que el personal descargaba productos de un camión.

Las cámaras de seguridad de la zona captaron el preciso instante en que una camioneta color guinda llega al sitio donde se encontraba la joven. De acuerdo a algunos testigos, fueron en total tres sujetos quienes estaban a bordo del vehículo, los cuales bajaron raudamente y se llevaron a la fuerza a Lucero. Los delincuentes tenían en su poder diferentes tipos de armamento, como mini uzi, metralleta y pistola.

De acuerdo a datos proporcionados por el Ministerio Público, las denuncias por el delito de secuestro, hechas en fiscalías provinciales penales y mixtas, vienen aumentando desde el 2020 a la fecha.

En el 2020, se registraron 1.698 denuncias por este tipo de delito; en el 2021 se reportaron 2.860; mientras que en el 2022 la cifra llegó a los 3.398. En tanto, a setiembre del 2023, las denuncias por este delito de secuestro alcanzan los 2.991.

Vale precisar que estos indicadores corresponden a denuncias hechas en las dependencias fiscales, a las cuales se les ha hecho seguimiento y han sido objeto de las investigaciones respectivas.

Dentro de estas denuncias de secuestros, se encuentran los denominados “secuestros al paso”. Esta modalidad ocurre cuando la víctima es retenida por un período corto de tiempo para despojarla de su dinero, objetos de valor o para obligarla a retirar distintos montos de sus cuentas bancarias. Luego de esto, por lo general, la persona es abandonada en un lugar lejano.

Por otro lado, la Policía Nacional brindó información sobre los casos de secuestros que sí se han llegado a producir a nivel nacional y en Lima. En el primer semestre de este 2023, solo en la capital se registraron un total de 99 secuestros. Las otras regiones del país con mayor cantidad de casos fueron: Arequipa (25), Lambayeque (24), Ica, (9), Piura (9), Cusco (9), Cajamarca (9), Tacna (5) y Ayacucho (5).

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En tanto, en el caso de Lima, los lugares con mayor incidencia de secuestros resultaron ser: Av. Javier Prado, Plaza Bolognesi, Óvalo Grau, Puente Primavera, Puente Atocongo y Av. Carlos Izaguirre con Panamericana Norte.

Los casos de secuestros que se han presentado en los últimos meses, principalmente, ha sido en agravio de empresarios o de algunos de sus seres queridos.

Según el artículo 152 de nuestro Código Penal, el delito de secuestro es castigado con una pena mínima de 20 años de prisión y una máxima de cadena perpetua.

Dicho apartado precisa que el sujeto será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de 20 ni mayor de 30 años cuando, “sin derecho, motivo ni facultad justificada, priva a otro de su libertad personal, cualquiera sea el móvil, el propósito, la modalidad o circunstancia o tiempo que el agraviado sufra la privación o restricción de su libertad”.

Asimismo, se brinda varias causales para que la pena sea no menor de 30 años. Algunas de estas son: 1) Se abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del agraviado. 2) Se causa lesiones leves al agraviado. 3) Es cometido por dos o más personas o se utiliza a menores de edad u otra persona inimputable. 4) El agraviado adolece de enfermedad grave. 5) La víctima se encuentra en estado de gestación. Entre otras.

En tanto, la pena será de cadena perpetua cuando: 1) El agraviado es menor de edad o mayor de 70 años. 2) El agraviado sufre discapacidad y el agente se aprovecha de ésta circunstancia. 3) Si se causa lesiones graves o muerte al agraviado durante el secuestro o como consecuencia.

En lo que respecta al secuestro ocurrido en Comas, los familiares de Lucero procedieron a alertar a la Policía Nacional de lo sucedido y pusieron la denuncia en la comisaría del sector. Al lugar llegaron agentes de la División de Investigación de Secuestros de la PNP para las investigaciones respectivas. Se conoce que existirían al menos dos cámaras de seguridad en la cuadra 3 de la avenida Julio C. Tello que vendrían siendo analizadas por las autoridades a fin de identificar a los delincuentes y así hallar su paradero.

Hasta el cierre de esta nota, los familiares de la víctima todavía no habían recibido alguna llamada u otro tipo de comunicación por parte de los secuestradores. Los vecinos de la zona indicaron que la joven secuestrada es una persona trabajadora y nunca había tenido inconvenientes. Se desconoce si ella o sus familiares recibían algún tipo de amenazas.

En tanto, la mañana de este miércoles, fue hallada la camioneta guinda, marca Toyota, usada por delincuentes paras secuestrar a la joven de 27 años. El vehículo fue encontrado por personal de Serenazgo en el cruce de las avenidas Copacabana y El Golfo, en el asentamiento Los Laureles, en el distrito de Ventanilla, Callao.

Tras llegar hasta dicho punto, la Policía Nacional constató de que se trataba efectivamente de la camioneta usada en el secuestro. Además, determinó que la unidad circulaba con una placa falsa, ya que la que portaba, H2S-082, era de cartón, y le pertenece a un vehículo de mismas características.

El mayor PNP Javier Guzmán indicó que la verdadera placa del vehículo es DOR-093. Este fue reportado como robado el pasado 5 de noviembre en Carabayllo. “Al hacer la comparación del vehículo con las imágenes de televisión pudimos establecer que es el vehículo que participó en el hecho del secuestro en Comas”, expresó.

El oficial detalló que de acuerdo a las cámaras de seguridad del lugar, la camioneta llegó hasta dicho punto junto con otro vehículo de color negro. Tras estacionarse, dos delincuentes descienden del primer auto y abordan el segundo. Fue en ese instante en que los sujetos arrojan un papel con algo escrito y una manta.

“La cámara de seguridad muestra que dos secuestradores bajan del auto rojo suben a un vehículo color negro e intentan quemar la camioneta abandonada. Incluso a uno de los criminales se le cae el gorro, regresa para recogerlo y lanza una nota a un terreno aledaño”, dijo Guzmán.

La nota decía lo siguiente: “La historia está ambientada principalmente en la serranía del departamento de La Libertad, en la región conocida como Puna, en una comunidad de indígenas”.

Pese a que el escrito no guardaría relación al secuestro, será inspeccionado por la policía a fin de analizar posibles huellas y dar con la identidad de al menos uno de los secuestradores. Como parte de las diligencia policiales, un grupo de agentes de criminalística también realizó las pericias respectivas para buscar huellas dactilares en la camioneta.

Tras el secuestro de Lucero Trujillo el último martes, en Comas, el Segundo Despacho de la Novena Fiscalía Penal Corporativa de Lima Norte abrió una investigación preliminar contra los que resulten responsables del presunto delito de secuestro en agravio de la joven.

Asimismo, el Ministerio Público dispuso la realización de pericias dactilográficas y exámenes al vehículo en el que se habría subido a la fuerza a la joven, la visualización de cámaras de seguridad de la zona, toma de declaraciones de familiares y testigos, entre otras acciones.

Uno de los últimos secuestros ocurrió el pasado lunes 23 de octubre. El empresario Iván Díaz Garrido, de 57 años, fue secuestrado en la cuadra 12 de la avenida Perú, en la ciudad de Trujillo (La Libertad). Delincuentes que usaban chalecos de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional irrumpieron en el local de la víctima y lo arrastraron por el suelo hasta subirlo a una camioneta negra.

Los secuestradores pidieron a la familia el pago de 200 mil dólares a cambio de la liberación de Díaz Garrido, en un plazo de 24 horas. Tras una semana y tres días, el empresario fue liberado en Laredo. Tenía al menos tres dedos cercenados y otros signos de haber sido torturado. La familia aseguró que no llegó a pagar el dinero que pedían los secuestradores.

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En tanto, en junio pasado, las cámaras de videovigilancia de Los Olivos registraron el preciso momento en que una madre de familia era secuestrada por un grupo de delincuentes en la puerta del colegio San Agustín, en el cruce de las avenida El Naranjal con Las Palmeras. La víctima fue obligada a bajar de una camioneta de color blanco por dos sujetos y, luego, ingresada a la fuerza a otro vehículo de color negro.

Tras emprender la huida, el vehículo color negro, con los secuestradores y la víctima a bordo, ingresa a la calle José Santos Chocano, pero se queda atascado debido al tráfico. Es en ese instante que el conductor de la unidad desciende rápidamente y huye abandonando a sus cómplices.

Finalmente, dos agentes de la Policía Nacional se acercaron al vehículo apuntando con sus armas de fuego y logran rescatar a la mujer. Tras ser liberada, la víctima conmovida y en llanto abrazó al teniente Perales de la Comisaría de Sol de Oro.

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Por último, otro caso fue el del empresario Jesús Acuña Giordano, quien fue secuestrado cuando estaba cerrando su tienda de repuestos ubicada en la cuadra 4 de la calle Las Prensas, en Independencia, el pasado 17 de marzo.

Cuatro días después de su rapto, el cuerpo de Acuña Giordano fue arrojado en la Panamericana Sur, a pocos metros del Pentagonito de San Borja. La causa de su muerte fue estrangulamiento por asfixia mecánica.