Si bien es importante implementar políticas para que más alumnos de secundaria accedan a la educación superior, no se debe reducir la calidad educativa, señalan los expertos. (Foto: Leandro Britto/GEC)
Si bien es importante implementar políticas para que más alumnos de secundaria accedan a la educación superior, no se debe reducir la calidad educativa, señalan los expertos. (Foto: Leandro Britto/GEC)
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Diego Suárez Bosleman

El Gobierno dio el primer paso para cumplir una de las propuestas más controversiales que hizo durante su campaña presidencial: aprobó el proyecto de ley que plantea el ingreso libre a la educación superior, ya sea en universidades estatales, institutos o escuelas técnicas y pedagógicas.

Ante este hecho, cabe preguntarse: ¿en qué consiste exactamente la iniciativa? ¿Cuán viable es? ¿Es el momento adecuado para priorizarla? El Comercio conversó con cuatro especialistas para resolver estas y otras dudas.

Aunque no hay información detallada sobre el proyecto de ley, que pasará ahora a manos del Congreso, Jorge Mori, Director del Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior, explica que la normativa no consiste en el ingreso directo a universidades públicas para todo estudiante de secundaria. “Se trata de una iniciativa focalizada y gradual que busca atender a los estudiantes de buen desempeño académico, pero de bajos recursos, que estén clasificados incluso por el Sistema de Focalización de Hogares”, detalló.

Asimismo, el especialista recalca que este tipo de ingreso funcionaría en paralelo a las otras formas de acceso a la educación superior, como el examen de admisión.

“Obviamente, una propuesta de esta naturaleza va a requerir financiamiento y un apoyo para su implementación, que no será sencilla. Un ingreso universal sí sería inviable, acá lo que se está planteando es una modalidad de admisión que ya aplican varias universidades privadas”, manifestó.

Para Daniel Alfaro, exministro de Educación y líder de educación de la iniciativa Propuestas del Bicentenario, es importante implementar políticas educativas que faciliten que más alumnos de secundaria accedan a la educación superior.

Antes de la pandemia teníamos un 35% de estudiantes que pasaba de la secundaria a la educación superior. Luego de la crisis de salud, este porcentaje cayó a 20%. Teniendo en cuenta eso, se debe mejorar aquel tránsito. Y es muy buena idea comenzar por aquellos alumnos que tienen buen rendimiento en la escuela pero que no han podido ingresar a la educación superior”, informó.

Sin embargo, puntualiza que la normativa propuesta del Gobierno no debe reducir la calidad educativa. Se tiene que estimar el número de vacantes que se van a abrir para esta nueva modalidad de ingreso, de tal manera que la inversión por estudiante no disminuya. Para eso, se tiene que invertir en la universidad”, señaló.

Alfaro agrega que no hay que olvidarse también de promover el ingreso a los institutos. “Creo que hay una oportunidad de mejora con la normativa para decir dos cosas. La primera, que los institutos están contemplados también y que se va a invertir más en estos, pues el mercado laboral está demandando en mayor proporción técnicos”, acotó.

Por su parte, Norma Correa, profesora e investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), opina que este proyecto no es prioritario. Ella sostiene que la educación superior no ha sido reactivada plenamente debido a la pandemia; por lo tanto, no es el momento adecuado para implementar una nueva modalidad de ingreso libre.

Hay otras prioridades en la agenda universitaria, como la recuperación de los aprendizajes como consecuencia de casi tres años de educación remota. Además, hay trabajo por hacer para fortalecer y renovar las planas docentes”, señaló.

Me parece que es una medida populista, que no está siendo adecuadamente pensada en el momento en el que se encuentra la educación peruana ni en el tipo de reto que enfrentarán las universidades al recibir a estudiantes que retomarán la presencialidad, que tienen una serie de aprendizajes por recuperar”, agregó.

Correa destacó que la educación superior ha regresado, luego de los momentos más críticos de la pandemia, de manera muy parcial y muy focalizada. “Hace poco se han abierto los campus universitarios, progresivamente a nivel nacional, y seguimos aplicando educación remota de emergencia. Las universidades van a estar en un proceso de adaptación muy complejo”, comentó.

Finalmente, Idel Vexler, maestro y exministro de Educación, dijo a este diario que tiene dudas sobre la forma en la que se escogería a los estudiantes de bajos recursos que ingresarían directamente a los centros de educación superior: “¿Cómo elegirían a los alumnos beneficiados? Hay que tener en cuenta que alrededor de 450.000 jóvenes de escuelas públicas egresan cada año quinto de secundaria”, dijo.

Para él, “no es el tiempo para aumentar cantidad, sino calidad” y recalca que la reforma universitaria no se ha completado todavía.

La reforma universitaria es amplia, admite mejores profesores e investigadores; admite mayor inversión en infraestructura y recursos educativos y tecnológicos. Por eso requiere una gestión moderna y eficaz. Esto todavía no se ha hecho en el Perú”, concluyó.

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