En nuestro país, cualquier vehículo que transporte gas licuado de petróleo (GLP), ya sea a granel o en cilindros, debe contar con una autorización expedida por la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem). Además, debe estar inscrito, de acuerdo con lo dispuesto por la normativa vigente, en el registro de hidrocarburos del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin). La norma no especifica que las motos y bicicletas (que no tienen placa de rodaje) puedan realizar este servicio. Tampoco lo prohíben expresamente.
Este vacío legal permite que las empresas distribuidoras formales envíen los balones de gas a las viviendas en estos vehículos menores. Según especialistas, esta práctica es un riesgo público.
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Además, el Decreto Supremo 27-94/EM, que regula el transporte de GLP, señala que los cilindros se deben trasladar bajo ciertas medidas de seguridad. Deben, por ejemplo, viajar siempre con las válvulas hacia arriba; es decir, deben trasladarse en forma vertical.
Sin embargo, en un recorrido por distintos puntos de la capital, El Comercio comprobó que es una práctica común llevar los cilindros en canastillas de metal improvisadas en bicicletas y motos. También hay repartidores que los colocan sobre el tubo superior de la bicicleta y manejan sin ponerse un casco de protección.
Cuando consultamos a Osinergmin, adscrito a la PCM, sobre esta situación, contestó que no tenía competencia para fiscalizar a vehículos menores, sino solo a “camiones y camionetas con baranda” y que la ley, específicamente, “no prohibía” el delivery de gas en motos ni en bicicletas. La entidad señaló al Ministerio de Transportes y Comunicaciones como el ente rector. Este, sin embargo, respondió lo mismo: que no era competente. El Minem quedó en responder hoy a este Diario.
Para saber a qué autoridad le compete la fiscalización de estos vehículos menores que transportan gas, consultamos al presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE) y alcalde de La Molina, Álvaro Paz de la Barra, quien explicó que en el ámbito municipal no las podían fiscalizar.
“Lo que hacemos en La Molina es agarrar otras ordenanzas sobre orden interno. Pero el Estado es absurdo. Hay que saber regular esto. Solo podemos hacer intervenciones respecto del traslado con el Ministerio de Trabajo por un tema de seguridad laboral”, explicó.
Para Mario Casaretto, jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, es peligroso que haya un traslado no fiscalizado de gas en vehículos menores. “Se hace abiertamente y sin control. Y la situación va a continuar hasta que vuele una moto”, alerta. Casaretto insiste: “Nadie busca controlar este tema y puede originar una desgracia”.
-Principales riesgos-
Volvamos al Decreto Supremo 27-94/EM. Este ordena que “en las operaciones de carga y descarga de cilindros de GLP en los vehículos de transporte deberá evitarse toda forma de impacto al cilindro”. Es decir, no se descargarán dejándolos caer directamente al piso.
Sin embargo, para Fernando Cabada, presidente de la Sociedad de GLP, en teoría un balón de gas está hecho para soportar golpes. “Está hecho de material especial con una lámina que resiste a las caídas de una moto. No tendría por qué reventar. Si lo lanzan de un edificio, es otra cosa. Tiene, además, un asa que da vuelta a la válvula y la protege”, dice.
Sí hay accidentes que se pueden derivar de prácticas relacionadas con la informalidad y la negligencia, como transportar el cilindro echado. “La válvula debe estar siempre hacia arriba para evitar fugas”, explica.
La mayoría de esos eventos ocurre por problemas en la válvula, sobre todo cuando se usan las que son del modelo antiguo. En caso de fuga o si el balón tuviera una abolladura, se debe retornar a la planta envasadora. Por ley, el distribuidor está obligado a recibirlo. 
También pueden ser causados por fallas en el regulador o en la manguera. “La manguera tiene una caducidad y algunos no lo saben. Además, hay personas que usan mangueras de agua en vez de mangueras de gas”, dice Cabada.
En las inspecciones hechas por Osinergmin en años anteriores, el 12% de los balones presentó fugas por las válvulas. El 21% tenía abolladuras o grietas. El 10% mostraba las asas y bases dobladas. En el 1% de los casos, los cilindros estaban deformados y hubo otros 1% cuyas válvulas no tenía dispositivo de seguridad.
-Sobre el almacenamiento-
Por ley, los locales donde se almacenan balones de gas deben cumplir ciertos requisitos: disponer de un área de ventilación y suficiente espacio para el almacenamiento con distancias mínimas a las paredes vecinas (esto va a depender de la capacidad de almacenamiento del local). Si los locales de venta son techados, no podrán almacenar más de 5.000 Kg. de GLP y no deben existir pisos superiores.
De no contarse con medios especiales para apilar los cilindros, estos se deben disponer en posición vertical y no se pueden formar torres de más de dos balones, siempre y cuando estos no sobrepasen los 15 Kg. La medida de seguridad es la misma estén los cilindros llenos o vacíos.
Asimismo, las instalaciones eléctricas deben estar alejadas de los balones y se tiene que contar con equipos de protección como extintores.
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