José Carlos Andrade, director general de Arcos Dorados, operadora de McDonald’s en el Perú, reconoció que una máquina expendedora de bebidas gaseosas instalada en uno de los locales de la empresa, en Pueblo Libre, presentaba una fuga de corriente eléctrica y que no se avisó a tiempo de esta falla al área de mantenimiento.
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“Hemos podido definir que por lo menos 24 horas antes ya se sabía que la máquina estaba presentando problemas y esa comunicación no escaló… se debió comunicar a la persona responsable del área de mantenimiento para que intervenga inmediatamente la máquina”, declaró Andrade en diálogo con Canal N. “Además, no se debió utilizar la máquina, debieron desconectarla”, añadió.
La mañana del pasado domingo, Carlos Gabriel Campos Zapata (19) y Alexandra Antonella Porras Inga (18), dos trabajadores de McDonald’s, fallecieron electrocutados al interior del local de comida rápida ubicado en el cruce de las avenidas Universitaria con La Marina. “Fue un accidente de trabajo que ocurrió en la empresa y vamos a asumir esa responsabilidad”, expresó Andrade a cinco días de la tragedia.
El ejecutivo reiteró que no hubo una comunicación interna adecuada sobre el problema técnico que ocurrió en este local. “La información, lamentablemente, de que la máquina estaba fallando y presentaba problemas, que estaba pasando corriente, se quedó en la esfera del equipo de gerentes del local y no escaló a otro nivel para que se tome acción inmediata”, afirmó.
Por su parte, el abogado de la franquicia, Claudio Cajina, descartó que existieron cables expuestos en la máquina expendedora de gaseosas. “Estas versiones de (que había) cables pelados responden a una manipulación que se habría generado en el proceso posterior. La transmisión de esta corriente pasa por una manguera cubierta (…) Al momento del accidente no había cables pelados”, señaló.
Respecto a las denuncias de los familiares de las víctimas, que aseguraron que no se permitió el ingreso de las autoridades al local donde ocurrió la tragedia, el director de Arcos Dorados aseguró que fue la empresa la que informó de lo ocurrido a la Policía Nacional y que fue esta institución la que tomó el control del lugar y quien determinó quién ingresaba y quién no. “Demoraron más o menos 20 a 25 minutos en llegar”, indicó.
-¿Trabajadores o colaboradores?-
José Carlos Andrade también fue consultado por el hecho de que en el primer comunicado emitido por la empresa con relación al accidente se refirieron a Campos y a Porras como “colaboradores”, no como trabajadores. “Si en algún momento hemos dicho colaboradores, créeme que no hay nada detrás de eso. No hay una intención detrás de esa palabra para definir algo”. No obstante, reconoció que hubiera sido mejor llamarlos trabajadores.