A mediados de marzo, en pleno pico de la segunda ola por COVID-19, el profesor Luis Rojas llegó por segunda vez a un centro de salud en el distrito de San Juan de Lurigancho. Su saturación bajaba y necesitaba que lo conectaran a un balón de oxígeno, pero le dijeron a su familia que estaban sobrecargados. La escasez y los altos costos hacían complicado conseguirle esta medicina. “Comprar un balón de oxígeno y recargarlo nos costaba entre S/4.000 y S/5.000. Hasta ahora pagamos deudas por eso”, asegura Rojas.
Según un informe de la Defensoría del Pueblo, realizado a mediados de la segunda ola, el país tenía un déficit de 30 toneladas de oxígeno por día, una cifra que, advertían, se estaba incrementando. Bajo ese escenario, los gobiernos locales decidieron contar con sus propias plantas de oxígeno. Sin embargo, los alcaldes que se preocuparon por este tema solo representan el 1% del total.
Poca preparación
La Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio revisó las contrataciones realizadas para COVID-19 y encontró que solo 17 de las más de 1.600 municipalidades distritales han adquirido plantas de oxígeno en pandemia.
En la capital, las municipalidades distritales de Ventanilla (Callao) y Comas (Lima) son las que más plantas adquirieron: tres y dos, respectivamente. Además, alquilan balones de oxígeno.
Según explicó el alcalde de Ventanilla, Pedro Spadaro, al ver que la pandemia se extendía, cientos de vecinos fallecían por el colapso en los hospitales y al reparar en la desesperación de los familiares por obtener esta medicina tan costosa; se buscó los mecanismos para administrar la distribución gratuita del oxígeno.
En Ventanilla, se han beneficiado 1.800 vecinos, que han recibido recarga de oxígeno. Cada una de estas plantas tiene una producción de 70 balones de oxígeno diarios. “Con la tercera planta de oxígeno vamos a poder recargar más de 210 balones diarios”, afirma a este Diario el alcalde chalaco.
En el caso de las municipalidades provinciales, solo el 12% invirtió en implementar estas plantas, entre ellas la de Nasca (Ica) con cuatro plantas adquiridas, y la Municipalidad Metropolitana de Lima, con tres.
En el caso de los gobiernos regionales, el 84% de estos cuenta con este recurso.
Trabas y presupuesto
Javier Peralta, secretario general de la Red de Municipalidades Urbanas y Rurales del Perú (Remurpe), resalta que varias municipalidades afrontan problemas presupuestales y burocráticos. Además, dice, los gobiernos regionales priorizan el abastecimiento de oxígeno a los hospitales.
“La mayoría de gobiernos regionales no ha puesto nada de dinero para las compras de las plantas que se han logrado adquirir. Pero sí han puesto trabas”, comenta. A fines del 2020, el alcalde de la Municipalidad de Contamana (Ucayali) compró una planta de oxígeno con ayuda de los ciudadanos. No obstante, fue Remurpe la que tuvo que realizar los lineamientos para autorizar esta compra, debido a que el gobierno regional no respondía a la solicitud de permiso.
Según Peralta, son los gobiernos regionales los que deben realizar estas compras y no los municipios, pero la falta de coordinación y las trabas burocráticas no han permitido que se concreten las compras.
Eden Galán, secretario del Interior en el Colegio Médico del Perú, menciona que se debe continuar con la mejora de la oferta de oxígeno ante la tercera ola. “Entre las lecciones más importantes que nos han dejado la primera y la segunda ola, está la necesidad de cerrar las brechas de oxígeno en el nivel hospitalario y ampliar el acceso a la oxigenación temprana en el primer nivel de atención”, dice el experto.
Si bien, es alentador el avance de la vacunación, a la fecha se ha alcanzado proteger (con dos dosis) a más de 4 millones de personas (aproximadamente un 16% de la población objetivo), aún se está lejos de la ansiada inmunidad de rebaño o manada, para la cual se requiere que el 70% de la población esté vacunada. Por ello, Galan explica que debemos estar preparados para una mayor contingencia ante una inminente tercera ola, que va a necesitar una mayor respuesta del sistema de salud, en recursos humanos, infraestructura e insumos, entre ellos, el oxígeno.
“Ninguna medida por sí sola es perfecta para prevenir la propagación del COVID19”, recalca. Y explica que las vacunas son muy valiosas y salvan vidas, todas las aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no se puede asumir que esta es la única estrategia. “Se deben seguir implementando plantas de oxígeno, centros de salud del primer nivel y se deben mantener las medidas preventivas”, recalca.
Hasta mediados de julio, la inversión total en adquisición de plantas de oxígeno, instalación, infraestructura e insumos ha sido de más de 114 millones de soles. Durante el Gobierno de Francisco Sagasti se triplicó la cantidad de plantas de oxígeno que dejó la gestión de Martín Vizcarra.
Durante la primera ola, que se dio entre junio y septiembre del 2020, se adquirieron 9 plantas, mientras que en la segunda ola (enero y mayo del 2021), entre gobiernos regionales y locales compraron 64 plantas. A la fecha se han adquirido 78 plantas de oxígeno medicinal.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Vacunación COVID-19: más de seis millones 940 mil peruanos ya fueron inmunizados
- COVID-19: las claves de la vacunación de menores de edad desde este fin de semana
- Vacunación COVID-19: más de seis millones 860 mil peruanos fueron inmunizados
- Bono 600: ¿Cómo consultar con DNI si soy beneficiario del subsidio y cuándo cobrarlo? Paso a paso
- COVID-19: Minsa reporta 37 decesos y 691 nuevos contagios, en las últimas 24 horas