Quedarse en casa para salvarse es la premisa que sostiene la cuarentena por COVID-19 en el país. Con un virus mortal de rápida transmisión, el aislamiento social obligatorio se ha hecho indispensable para reducir las posibilidades de contagio en la calle, mercados o cualquier espacio público. Sin embargo, la estrategia que convierte a la casa en el lugar más seguro tiene un lado adverso: miles de mujeres, adolescentes y niños víctimas de violencia han quedado encerrados con su agresor.
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Según información del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), se han atendido 1.733 casos de violencia física, sexual y psicológica entre el 16 marzo, día que inició la cuarentena, hasta el miércoles 22 abril. Además, el MIMP reporta 6 feminicidios y 125 violaciones sexuales en el mismo periodo.
En este contexto, hace una semana la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) abrió el albergue temporal la “Casa de la Mujer” para acoger a víctimas de violencia en este periodo de emergencia. Hoy se ha convertido en el refugio de siete mujeres y ocho menores de edad, entre ellos una adolescente en estado de gestación, que reciben apoyo psicológico, social y legal así como alimentación gracias a un restaurante privado.
Rosa María Pazos Saavedra, gerenta de la Mujer e Igualdad, explica que se trata de casos en los que la vida de la madre o niño corría grave peligro. Ellos fueron llevados al albergue tras denuncias realizadas a través del teléfono de emergencia que la comuna habilitó para tal fin (948 985 901), así como coordinación con la Línea 100 del MIMP.
“Desde que se inauguró la Casa de la Mujer y el alcalde [Jorge Muñoz] dio el teléfono estamos recibiendo unas 15 llamadas diarias. Muchos son vecinos que incluso nos mandan los videos de agresiones. Gracias a estas denuncias se han evitado feminicidios”, dice a El Comercio.
Antes de ingresar al albergue, que tiene capacidad para 22 personas, las mujeres y niños pasan por una prueba de descarte de COVID-19 y una evaluación a cargo de médicos de Sisol Salud. Además, son atendidos por dos equipos conformados cada uno por una psicóloga, una trabajadora social y una abogada. Ellas se turnan para que la atención sea permanente.
“Nuestro trabajo es más intenso porque las mujeres que son víctimas de violencia no solo traen la ansiedad y el miedo por la pareja que las agredía sino también que en esta coyuntura del COVID-19 no pueden trabajar y ese es uno de los factores por los que muchas veces las supedita a su pareja”, sostiene la psicóloga Patricia Torres.
Un camino para lograr esta independencia económica son los talleres que se les brinda para que, cuando puedan salir, tengan medios para generar sus propios recursos. “Hemos comenzado talleres de emprendimiento y autoestima, sobre cómo llevar relaciones armónicas porque todas son personas que vienen de entornos con algún tipo de violencia. Queremos que las señoras cuenten con alguna actividad económica que no las haga depender económicamente de nadie”, agrega Pazos.
El personal que trabaja en el albergue también tienen cubierta la alimentación, el transporte y los equipos de protección personal. Pese a que no hay casos de coronavirus dentro del refugio, todos utilizan mascarillas.
Solidaridad es la clave
¿Cómo identificar y reportar casos de violencia si las víctimas están encerradas las 24 horas con su agresor?
De acuerdo con la ministra Gloria Montenegro, estadísticamente, el 60% de agresiones sexuales ocurren en el hogar y son perpetrados por familiares o integrantes del entorno cercano de la víctima. “En el estado de emergencia, este dato se está comprobando de manera tal que remece nuestras conciencias y nos obliga, como sociedad, a redoblar esfuerzos por terminar con esta intolerable situación”, dijo en una columna de opinión publicada la semana pasada en el diario Perú 21.
En esa lucha, los aliados más importantes son los vecinos.
Pazos Saavedra enfatiza en que con la cuarentena hay mayores posibilidades de identificar si alguien de nuestro barrio o edificio está siendo víctima de violencia. Aunque las identidades de las mujeres que se encuentran en el albergue se mantienen en reserva, la funcionaria pone el ejemplo de una madre que escapó junto con sus dos hijos, de 9 meses y 3 años, cuando era golpeada por su esposo y fue ayudada por una vecina que se contactó con la gerencia de la Mujer. Sin este apoyo, su historia sería otra.
“Al estar en casa te vas percatando de lo que pasa a tu alrededor y crece la solidaridad porque si no denuncias te vuelves cómplice de la agresión. Este tipo de violencia afecta a toda la sociedad no solo a las víctimas”, agregó a este Diario.
Aunque el albergue temporal ha sido implementado para el periodo de cuarentena, la gerenta de la Mujer indica que hay planes para que este refugio funcione de forma permanente. Las mujeres y sus hijos que son atendidos actualmente continuarán en el lugar hasta que se ubique redes familiares o amicales seguras para ellas. Volver al lugar donde eran víctimas de violencia no es una opción.
Números de ayuda
Cualquier persona que sea víctima o testigo de un caso de violencia familiar puede comunicarse con la Gerencia de la Mujer al 948 985 901, asimismo existe un registro virtual a través de este enlace https://www.descubrelima.pe/servicios/#denuncia-violencia-mujer
Además, la Línea 100 del MIMP atiende de forma gratuita las 24 horas del día, los 7 días de la semana, desde un teléfono fijo, celular o público.
La funcionaria municipal explica que también está disponible el formulario Aliados por la igualdad https://www.descubrelima.pe/servicios/#aliados-por-igualdad con el cual se busca hacer partícipes a los hombres de la lucha contra la violencia familiar. “Pueden llenar la encuesta y si vemos que hay peligros de que puedan tener rasgos violentos se les invita a participar en grupos virtuales. Ya hemos tenido dos sesiones”, cuenta.
Finalmente, quienes quieran brindar donaciones para las familias del albergue temporal pueden escribir al donaciones@fundacionlima.org.pe. “Personas solidarias nos apoyan con juguetes, jabones, pañales, toallas, cunas, lavadoras. Eso nos ayuda muchísimo y nos anima a seguir”, agrega Pazos.
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el COVID-19.
En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.
¿Qué es el COVID-19?
El COVID-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.
El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.
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