El Ministerio de Salud (Minsa) reportó este jueves 418 muertes oficiales por COVID-19 en el Perú, una de las cifras diarias más altas (la máxima fue de 433 el 18 de abril). Esto ocurre en un contexto en el que, después de varias semanas en las que la segunda ola de la pandemia golpeó con fuerza al país, los números empezaron a mostrar una tendencia distinta.
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Hasta el pasado 10 de mayo, y durante un mes seguido, había disminuido el número diario de fallecimientos por toda causa en el país, según los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef). Esta cifra, de acuerdo con los expertos, refleja el impacto de la pandemia y la gravedad de la crisis sanitaria.
Tendencias y curvas
El pasado 13 de abril, el Sinadef reportó 1.182 decesos por toda causa en un día dentro del territorio nacional. El lunes último (10 de mayo), el número se redujo a 952, es decir, el indicador cayó un 19,5% en casi treinta días.
Esta tendencia también se mostró en la curva de fallecimientos por COVID-19 registrados en el Sinadef, que incluyen las muertes confirmadas, sospechosas y compatibles con el virus. Del 22 de abril al 10 de mayo, el promedio diario disminuyó en un 19,7%.
Respecto a los decesos confirmados de la pandemia (pacientes que perdieron la vida con un diagnóstico por laboratorio de la infección), la dinámica fue similar. Al 23 de abril, el Minsa reportaba 378 fallecimientos al día, pero el 10 de mayo el número quedó en 288. Una caída del 24% en apenas 17 días.
Pero la curva de fallecimientos refleja, en mayor medida, la dinámica en Lima Metropolitana (donde se han registrado cerca del 40% de los decesos del país). En otras regiones como Apurímac, Arequipa, Ica, Pasco, Puno y San Martín la tendencia a la baja no es tan clara.
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”Sin triunfalismos”
Para Juan Carlos Carbajal, miembro de OpenCovid-Perú, es “muy notoria” la reducción de fallecimientos por toda causa y por COVID-19 en el contexto de la segunda ola, por lo que podríamos estar presenciando el final de este evento epidemiológico. Aunque advirtió que esto dependerá de que el Estado Peruano mantenga las medidas de bioseguridad y vigilancia genómica.
“Nada quita que, en este largo camino, se presente un rebrote de casos y este se traduzca luego en un aumento de fallecimientos. La curva que hoy está en descenso se puede estancar. Se requiere que el Gobierno continúe con el proceso de vacunación y que el Instituto Nacional de Salud vigile la posible llegada de la variante india”, dijo.
Percy Mayta-Tristán, médico investigador y director de Gestión de Proyectos y Promoción de la Investigación de la Universidad Científica del Sur, recordó que la cifra del Sinadef aún se mantiene tan alta como en el pico de la primera ola. Por ello, recomendó que no caigamos en “triunfalismos”.
“La segunda ola está en descenso, pero nadie puede decir que ya se acabó. El rebrote siempre es posible, al igual que una tercera ola. Este es el momento para que el Minsa realice un estudio de seroprevalencia, a fin de evaluar el impacto. De ninguna manera se pueden reabrir más actividades aún”, concluyó.