Lima es la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto luego de El Cairo, con la diferencia de que el río Nilo tiene un caudal promedio de 2.830 metros cúbicos por segundo y el río Rímac tan solo 26 m3/s.
Los malos hábitos de consumo de la población limeña ocasionan que muchos usuarios lleguen a consumir hasta 250 litros al día, cuando, según la Organización Mundial de la Salud, no debería superarse los 100 litros diarios. Esto incluye alimentación, aseo personal, cocción de alimentos, entre otras necesidades básicas.
Según el Estudio de Huella Hídrica Directa de los Usuarios de Agua de Lima Metropolitana, elaborado por Aquafondo con el apoyo de la Cooperación Alemana GIZ, en San Isidro y Santiago de Surco el consumo de agua per cápita supera los 300 litros por día. En Ventanilla y Lurigancho-Chosica es de apenas 30 litros.
En agosto, Aquafondo lanzó la campaña denominada Aquagol “compitiendo por el agua”, dirigida a estudiantes de 6° grado de primaria y 5° grado de secundaria de colegios públicos del Cercado de Lima, Ate, El Agustino y Surco. A través de esta, los alumnos se convirtieron en guardianes del agua y promovieron la reducción de su consumo en sus escuelas.
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