¿Por qué el domingo? La respuesta parece tener cierta lógica si, como señala el Gobierno, las reuniones familiares y amicales han sido los principales focos de los últimos contagios. Según el primer ministro Walter Martos, la recomendación vino del grupo Prospectiva que realizó un estudio al respecto.
¿Pero estas reuniones solo se producen los domingos? ¿Y si se trasladan a los sábados? ¿Restringir el tránsito no generará más aglomeraciones en los mercados, las tiendas, los paraderos?
Pese a las palabras del presidente, el primer ministro y la ministra de Salud, el regreso a las restricciones dominicales no ha sido bien explicado. En todo caso, no se ha mostrado evidencia suficiente que lo justifique.
De lo que tampoco no se ha hablado, más allá de algunas referencias vagas, es por qué no se ejecutan las recomendaciones de los epidemiólogos para cercar al virus: rastreo de casos y aislamiento de infectados y sospechosos. Aquí la razón probablemente sea más dramática: falta de recursos humanos y materiales para hacerlo. ¿O es que esta restricción por tres semanas es para ganar tiempo e ir preparando a un ejército de rastreadores? Cuesta creer que sea ese el motivo si hasta el momento no han resuelto otros temas urgentes como la escasez de oxígeno.
Lo único que queda claro es que la situación sigue siendo crítica y la estrategia para controlar la pandemia está lejos de ser clara. Pareciera que el Gobierno solo estuviera buscando alargar la agonía.