La réplica de una pistola Sig Sauer, un machete, un par de cuchillos ceremoniales y una amoladora con la hoja puesta y oxidada. Lo que podría ser la utilería para la producción de una película de terror es en realidad un recuento de las cosas más extravagantes que decenas de viajeros quisieron llevar consigo en un vuelo, pero fueron impedidos al pasar por el área de seguridad del aeropuerto internacional Jorge Chávez. La lista descrita se queda corta.
Así como las armas de fuego y armas blancas están prohibidas, lo mismo sucede con las réplicas. Las partes de un arma (excepto miras) y las armas de aire comprimido y su munición tampoco pueden ser llevadas con el equipaje de mano. Fotos: Hugo Pérez/GEC
No son pocos los artículos de cocina que están prohibidos de llevar en cabina. Trinches, accesorios de repostería y rodillos de amasar también fueron identificados.
Equipos a batería o eléctricos usados para la construcción suelen ser considerados como artículos peligrosos. Lo mismo sucede con herramientas comunes, como martillos, destornilladores y otros, que pueden ser empleados para agredir físicamente a alguien.
En el aeropuerto de Lima, el personal de Lima Airport Partners (LAP), la empresa que administra el terminal, impide cada día que múltiples pasajeros ingresen al avión con una serie de elementos que son considerados como potenciales riesgos, siendo la principal causa el descuido y el desconocimiento de los usuarios. Pese a que la lista de objetos prohibidos en el equipaje de mano es anunciada constantemente, esto no ha impedido que varias personas intenten ingresar a su vuelo con martillos, trinches de parrilla, artículos de defensa personal y hasta taladros.
Llevar un conteo de cuántos accesorios son negados por día es algo difícil, pues es una acción recurrente durante las 24 horas de operación diaria. Rosa Gamarra, líder de Atención al Cliente de LAP, refirió que cuando un viajante es impedido de continuar con su abordaje por llevar un objeto que pueda atentar contra la seguridad del vuelo, solo existen dos opciones. La primera es que el usuario retorne al área pública del aeropuerto y deje el artículo con una persona de confianza, o converse con la aerolínea para que pueda ingresarlo al equipaje de bodega. Esto último, siempre y cuando sea un artículo permitido para ser transportado en bodega y considerando que la demora podría derivar a la pérdida del vuelo.
Todos los objetos prohibidos corresponden a lo descrito en las Regulaciones Aeronáuticas del Perú (RAP):
- Dispositivos que puedan lanzar un proyectil o causar lesión (armas de fuego, hondas, arcos), o parezca poder hacerlo (réplicas, armas de fogueo, armas de aire comprimido)
- Dispositivos concebidos específicamente para paralizar o inmovilizar (grilletes, tásers)
- Artículos que puedan ser utilizados como armas, objetos puntiagudos, con borde peligroso o filoso que pueda provocar lesiones (cuchillos, navajas, destornilladores, llanas)
- Artículos contundentes o romos que puedan provocar lesiones (martillos, pesas)
- Sustancias químicas o tóxicas que constituyan un riesgo para la salud de los pasajeros y la tripulación, así como para la seguridad de la aeronave y los bienes (termómetros de mercurio, lejía, cloro)
- Sustancias explosivas o inflamables que constituyan un riesgo para la salud de los pasajeros y la tripulación, así como la seguridad de la aeronave y sus bienes (gasolina, balones de gas, pirotécnicos)
- Objetos gaseosos, sustancias diversas que puedan ser utilizados como para llevar a cabo un acto de interferencia ilícita (desodorantes, gas pimienta)
- Cualquier otro artículo fabricado o adaptado para causar una lesión o incapacitar a una persona, o para destruir o dañar instalaciones físicas (varas de seguridad, manoplas)
La segunda opción, y la más común, es que la persona deseche su artículo en una de las cajas transparentes que dispone LAP para este fin. “Conforme se van llenando, que normalmente son entre quince a veinte días, pasan al proceso de desecho”, contó Gamarra a El Comercio. Una vez ingresado en el baúl, no hay forma que el usuario pueda recuperar los objetos. Tampoco se llena un registro del usuario ni del elemento. De hecho, una vez que los tachos completan su capacidad, el contenido es tratado como residuo y es desechado por medio de una empresa autorizada. Solo los objetos más extraños son guardados para las campañas de concientización que realiza la empresa.
Dicho esto, Gamarra resaltó que LAP “no decomisa los artículos”, sino que son desechados por decisión del usuario. Detectada la situación, “se le indica al pasajero que debe desecharlo, aunque a veces solicita ayuda y es el personal de seguridad quien toma el artículo y lo desecha”, precisó. Respecto a la lista, la vocera explicó que es reglamentada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y se hace con base en el Programa Nacional de Seguridad. Precisamente, el listado está descrito en la Regulación Aeronáutica del Perú 107.
Objetos olvidados
La historia es diferente cuando los usuarios pierden artículos durante su pase por el terminal, ya sea de salida, de llegada o una escala rápida en suelo limeño. En tales escenarios, los objetos son reportados por el área de seguridad y pasan a ser custodiados por el personal de Atención al Cliente de Lima Airport Partners. Desde pasaportes y computadoras, hasta parlantes y tablas de surf han pasado por el equipo encargado de codificar y resguardar estos artículos hasta por un plazo de sesenta días hábiles.
Una vez concluido este plazo de sesenta días hábiles, los objetos son enviados a un almacén para luego ser entregados a la Sociedad de Beneficencia del Callao. Entre enero y mediados de julio de este año, LAP ha registrado cerca de diez mil bienes reportados como perdidos. Dicho esto, reportaron que alrededor de 3.500 de estos artículos fueron devueltos a sus dueños. “Los artículos que llegan son los que se han olvidado dentro del terminal, no implica a la aeronave. Si el pasajero ha olvidado algo dentro del avión, deberá comunicarse con la aerolínea”, detalló Gamarra.
La vocera refirió que la mayoría de los artículos son reportados en el área de control de seguridad. Es en este espacio donde los viajantes deben colocar sus pertenencias en bandejas para pasar por las máquinas de rayos-x. “A veces, por el apuro, porque están contra el tiempo, los pasajeros suelen olvidarse estos elementos, como laptops, al momento del control”. Dentro de las oficinas donde se guardan estos bienes hay decenas computadoras portátiles acumuladas, documentos de todo tipo, mochilas, maletines y hasta un parlante.
Para recuperar un objeto perdido en el aeropuerto, los usuarios pueden ingresar a la página web de LAP (www.lima-airport.com) y hacer clic en la opción de ‘Consultas y Reclamos’, ubicada en la parte inferior. Una vez allí, puede acceder a ‘Objetos Perdidos’ para leer las instrucciones del proceso de reclamo y llenar el formulario respectivo. De esta forma, podrá conocer si el objeto sustraído fue reportado y se encuentra bajo custodia. El proceso es gratuito.
Dicho esto, cabe precisar que no todos los objetos encontrados son custodiados por la empresa. Perecibles, envases que contienen líquidos, transportadores de mascotas y artículos usados para almacenar alimentos no son resguardados por el riesgo biológico que implican. Asimismo, artículos que atenten contra la seguridad -como punzocortantes o combustibles-, prendas de vestir, maletas vacías, paraguas y cojines también integran esta lista. Por último, artículos sobredimensionados, linternas, tarjetas, cheques y USB o tókenes digitales, tampoco son recibidos. Sin embargo, el dinero en efectivo que es encontrado dentro de otro bien -como billeteras, mochilas, etc.- sí es guardado, siendo entregado a la Municipalidad del Callao en caso de no ser solicitado.