Cada día la inseguridad ciudadana va en aumento. Si bien hay zonas con un mayor índice de denuncias y delitos que otras, en general, la población no percibe que puede sentirse realmente segura en ningún distrito. Adicional a esto, parece ser que la Policía Nacional no se da abasto para enfrentar la creciente ola de criminalidad.
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En este contexto, este jueves, el Congreso de la República aprobó por mayoría (78 votos a favor, 12 en contra y 7 abstenciones) la iniciativa legislativa 01337, la cual modifica la Ley 31297 (Ley del Servicio de Serenazgo Municipal) y que el uso de ‘armas no letales’ al personal de serenazgo durante el ejercicio de su trabajo. Dicho dictamen proviene de la Comisión de Defensa Nacional.
El congresista Américo Gonza (Perú Libre), autor de la iniciativa, indicó que los serenos son los primeros en acudir y llegar a las emergencias, enfrentándose en muchas ocasiones a los delincuentes, aún sin tener un arma u otro tipo de defensa.
“Esta reforma permite que el serenazgo tenga un solo uniforme, un seguro de vida contra accidentes, profesionalizarlos, capacitarlos, darles una línea de carrera, de tal manera que el Estado invierta en su capacitación y pueda construir un proyecto de vida para que puedan mantener a su familia”, señaló.
Por su parte, el presidente de la comisión de Defensa, Diego Bazán, sustentó la propuesta y recordó que la seguridad ciudadana reviste carácter urgente, en virtud de que el índice de criminalidad está aumentando de manera alarmante. En esa línea, resaltó la necesidad de fortalecer al serenazgo municipal como representantes del Estado y el cuerpo local más cercano a la ciudadanía, así como en apoyo a la labor que realiza la Policía Nacional.
“Las municipalidades, a través del servicio de serenazgo, cumplen un rol fundamental por su cercanía con la ciudadanía. Ya el Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre el resguardo de la seguridad ciudadana y del orden interno, considerando que no es solo una tarea de la Policía Nacional, sino también de las municipalidades.”, dijo.
La iniciativa aprobada estipula también que las municipalidades, de acuerdo a su disponibilidad presupuestal, proveerán de los recursos respectivos para el equipamiento, la capacitación y las evaluaciones psicológicas periódicas a los serenos.
¿Qué tipo de armas utilizarían los serenos?
El dictamen estipula que, según la modalidad de servicio que brindan, los serenos deben contar con el equipamiento necesario para cumplir con sus funciones. Este consta de lo siguiente: grilletes de seguridad, bastón tonfa, aerosoles de pimienta y escopetas con cartuchos de perdigones de goma. Además, los municipios les deben proporcionar chalecos antibalas como indumentaria de protección.
El citado documento refiere que este equipamiento tiene como finalidad “prevenir y disuadir la comisión de delitos y faltas que atenten contra la seguridad ciudadana, respetando los derechos fundamentales de las personas”.
Opinión de los expertos
A fin de recoger sus opiniones tras la aprobación de esta medida por el Congreso, El Comercio dialogó con el extitular del Ministerio del Interior (Mininter) Carlos Basombrío, así como los exviceministros de Seguridad Pública Nicolás Zevallos y Ricardo Valdés.
Los tres coincidieron en que hay un error de concepto en el dictamen, pues no existe en realidad el término ‘arma no letal’. Señalaron que cualquier objeto o arma, si se utiliza sin tener la capacitación o entrenamiento adecuado y constante, puede resultar muy lesivo y hasta letal. Precisaron que lo que existe son las ‘armas menos letales’.
“Un bastón tonfa es una barra de plástico relleno de tierra. Un golpe fuerte con eso puede generar una contusión o un traumatismo encéfalo craneano, una hemorragia interna y luego la muerte. Si el golpe es en la costilla puede perforar un pulmón. Si te roció pimienta en el rostro, sin saber que sufres de asma, es posible que termines teniendo un episodio bronquial agudo. Del mismo modo, si te disparo una munición de goma a una distancia cercana es posible que te dañe irremediablemente un ojo”, explicó Zevallos.
Agregó que el uso de estos elementos implica una capacitación y entrenamiento continuo, ya que involucra técnicas muy complejas y mecanismos para no originar consecuencias fatales.
“El sereno va a tener que asumir la responsabilidad del uso de este tipo de armas con un periodo corto de preparación. Lo peligroso es que un arma menos letal en un cuerpo de seguridad que no tiene el entrenamiento debido ni la formación mínima requerida es sin duda una bomba de tiempo”, sostuvo Zevallos.
Con él coincide Valdés, quien opina que “es un gran riesgo” pretender poner en las manos de serenos este tipo de herramientas, pues esto terminaría con atribuirle la responsabilidad de la seguridad ciudadana y de combatir el delito en el distrito. En esa línea, subrayó que la función del sereno, como siempre ha sido reconocida, es la de ser un agente preventivo de la seguridad aparte de otras funciones que tiene de acuerdo a la ley.
Para el experto, esta medida se trataría de un “populismo político”, sin un estudio concienzudo, profundo, y un diagnóstico real de cómo se encuentran los más de 1.800 distritos que hay en el Perú. Pareciera ser, añadió, que es una norma pensada solo para las capitales de regiones o para los distritos más acomodados, lo que conllevaría a otro riesgo.
“El suelo no está parejo a nivel distrital. Hay muchísimos distritos que no tienen recursos para el serenazgo, es allí donde se debería enviar a personal policial. El riesgo es que el Gobierno central deslinde el problema de la seguridad a los municipios distritales y no asuma su responsabilidad”, dijo.
Valdés dijo que el problema también radica en que al final se terminaría por crear situaciones que expongan al sereno a un mayor riesgo, contrario a lo que pretendería la norma. Es decir, para el uso de este tipo de elementos, como el bastón tonfa, el gas pimienta y los grilletes es necesario que el sereno y el presunto delincuente estén a pocos metros, muy cerca el uno del otro.
“Podría resultar lastimado si es que el delincuente lleva una pistola o un cuchillo. El rol del sereno es solo preventivo, socorrer a las víctimas y dar aviso inmediatamente a la policía. No puede sustituir la labor del policía, no está permitido por la Constitución. Esta labor está restringida a un cuerpo oficial, que depende de un Ejecutivo, un ministro y un comandante general, no de un alcalde”, detalló.
Por su parte, Basombrío dijo sí estar de acuerdo en que los serenos usen armas menos letales. Para ello, consideró que es indispensable que estén bien entrenados, que existan protocolos muy claramente establecidos y que quienes les entreguen las armas, es decir, los municipios, asuman las responsabilidades del caso.
“Un revolver es un arma letal, pero puede usarse sin necesidad de matar a nadie. A la vez, hay armas menos letales que pueden ocasionar la muerte de alguien sin son mal usadas. Por eso es importante que se los capacite bien. Si no son bien preparados esas armas pueden convertirse en letales”, comentó.
¿Cómo debería ser la capacitación?
En el dictamen también se menciona que, previo convenio interinstitucional, el serenazgo recibirá capacitación por parte de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en las escuelas técnico superiores ubicadas en las respectivas provincias o en las unidades de las regiones policiales y militares.
Asimismo, ambas instituciones deberán brindar capacitación básica, especializada y entrenamiento permanente a los serenos municipales, orientada a la adquisición de conocimientos, uso de armas no letales autorizadas y perfeccionamiento de habilidades necesarias para el adecuado desempeño de sus funciones.
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Sobre este punto, Zevallos mostró su sorpresa sobre lo estipulado en el texto de la norma, pues dijo que se trata de implementos que no son de uso militar, sino policial, por lo que el cuerpo que está entrenado en todo caso y a quien le correspondería brindar una capacitación sería el de la Policía Nacional.
“Sin embargo, en el escenario actual habría que preguntarse cuánta capacidad tiene la policía para capacitarse a sí misma en el uso de esas armas. Tal vez le estamos pidiendo a una entidad que requiere mejorar estas actividades de entrenamiento que entrene a otros, lo cual significa una sobrecarga muy compleja. Estamos reforzando nuestra desconfianza sobre la policía, cuando lo que deberíamos hacer es todo lo contrario, ayudar a que tenga más y mejores capacidades para el control de la seguridad ”, señaló.
Defensoría rechaza aprobación de dictamen
Percy Castillo, adjunto para los Derechos Humanos y las Personas con Discapacidad de la Defensoría, dijo a este Diario que hay que tener presente que todo uso de armas exige un alto nivel de capacitación y nivel de profesionalismo. Asimismo, se deben superar exámenes psicológicos y de habilidad, ya que cualquiera de estos elementos puede causar un daño si no se utiliza bien, resaltó.
“No solo lo decimos nosotros como Defensoría, lo señala también las propias Naciones Unidas. Hasta que no tengamos un servicio de serenazgo realmente fuerte y consolidado no se debería permitir el uso de armas menos letales. Vemos que incluso en la policía, cuyos agentes están preparados, se originan resultados no deseados”, indicó.
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En tanto, agregó que la dotación de implementos no son iguales para todos los lugares donde hay presencia de serenazgo. Dijo que esto puede ser muy riesgoso, pues no existe una homogeneidad sobre quiénes son las personas que vayan a utilizar las armas y tampoco los elementos que se vayan a adquirir.
Asimismo, en noviembre del año pasado, la Defensoría del Pueblo emitió su opinión técnica sobre esta propuesta, advirtiendo su preocupación debido a que el equipamiento “esté condicionado a la disponibilidad presupuestal de las municipalidades”.