A las 5:27 de la mañana de ayer, un sismo de magnitud 5.6 sacudió Lima con una intensidad de nivel V y VI. El epicentro del movimiento se ubicó a 19 km al noreste de Lima, en Lurigancho, según informó el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP, explicó que, aunque el sismo tuvo una profundidad de 116 km, se sintió con fuerza porque se registró en la parte continental. “La característica de este evento es que el epicentro ha ocurrido debajo de nuestros pies. Es como si sacudieran una cama desde abajo hacia arriba. El movimiento ha sido vertical”, dijo.
Hasta el momento, no se han reportado muertos, pero sí nueve heridos - uno de ellos por la caída desde un tercer piso -, deslizamiento de rocas en carreteras y varias viviendas afectadas.
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Daños en SJL
San Juan de Lurigancho ha sido uno de los distritos más afectados en Lima. Las viviendas que más daños han sufrido se encuentran en las zonas altas del distrito, la mayoría construida sobre pirca y con materiales prefabricados como calamina. Ante la inestabilidad de estas edificaciones, muchas han colapsado por el derrumbe de piedras.
En el asentamiento humano Nuevo Peru, en la segunda etapa, una casa donde vivían tres personas sufrió grandes daños luego de que todas las piedras de alrededor cayeran al interior del domicilio. Desde las 7 a.m. el escuadrón de rescate estuvo removiendo los escombros, pero el municipio aseguró que será muy difícil que las personas vuelvan a vivir ahí. Además, mencionó que los tres adultos serán reubicados.
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Sin embargo, los sismos no son lo único que puede generar una catástrofe en estas zonas. Si una piedra cede, las casas se pueden venir abajo por la informalidad en las construcciones y la falta de estabilidad. “La seguridad es mínima. No es seguro. Están encima de unas rocas que han levantado y no es firme”, explicó Jorge Candelario López de 72 años, vecino de la zona quien estaba en su casa durante el temblor.
En el Asentamiento Humano Cruz de Motupe, el sismo también ha dejado sin casa a otra familia. Una enorme piedra cayó sobre la casa de Ana de la Torre Gutierrez quien vivía con su madre, hijos, hermana y cuñado. A pesar del grave daño en el domicilio, no hubo heridos.
“Toda la casa se aplastó. Casi tapa a mi mamá y mis hijos, pero había unos roperos que lo sostuvieron. Todavía hay piedras que quieren seguir cayendo”, indicó Ana de la Torre. Agregó que la municipalidad les ha dado algunos alimentos y agua, pero necesitan un lugar para pasar la noche, pues no tienen donde dormir.
El gerente de la municipalidad de SJL, Luis Marill del Águila, sostuvo que desde la mañana el municipio está removiendo escombros por diversas zonas del distrito. Además, el personal de riesgo y desastre, así como de seguridad ciudadana, están peinando el área para ver cuáles son los daños y las necesidades de los vecinos afectados.
Peligro latente
El sismo volvió a poner en evidencia la vulnerabilidad ante un sismo de gran magnitud de miles de personas que viven en terrenos inestables o viviendas autoconstruidas.
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Según el último informe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), de diciembre del 2020, solo en Lima y Callao el 76% de la población, unas 7′073.121 personas está en nivel de riesgo muy alto ante un sismo de magnitud 8.8, como el que ocurriría si se rompe el silencio sísmico de 275 años. Si solo se consideran viviendas son 226.894 con riesgo muy alto en el Callao y 1′752.970 en Lima, principalmente en San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Comas, Ate y el Callao.
El riesgo está vinculado a factores sociales, tipo de vivienda y de suelo. De acuerdo con Cismid, aquellos de tipo arenoso o arcilloso son los más peligrosos.