El jueves fue particularmente violento en Ate. En la madrugada, dos hombres asesinaron a una familia entera, compuesta por una madre y dos de sus hijos, en su hogar en Huaycán. Por la mañana, el personal del serenazgo halló sin vida a un hombre en la zona de Santa Cecilia. Horas más tarde, otros dos hombres fueron asesinados por sicarios en una cevichería de la Avenida Metropolitana. Estos seis homicidios ocurrieron en un solo día y en pleno estado de emergencia.
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Lamentablemente, los casos representan casi la mitad de los asesinatos ocurridos en Ate desde el el 27 de septiembre, cuando se instauró el estado de emergencia por el Ejecutivo. Adicional a los seis, se han contabilizado siete asesinatos, destacándose el hallazgo de un cuerpo sin vida dentro de una maleta en la Carretera Central, junto a otros casos de sicariato, incluido el asesinato de un profesor en el colegio Julio C. Tello.
El alcalde del distrito, Franco Vidal, ha criticado la inacción del Gobierno ante esta situación y ha solicitado la renuncia del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, afirmando que el estado de emergencia ha fracasado en Ate y en el país, evidenciado por el aumento de la criminalidad.
¿Qué pasa en Ate?
A pesar de contar con cinco comisarías para la seguridad de los 701,504 habitantes de Ate y estar bajo un régimen de excepción, la inseguridad sigue siendo un grave problema. Según un conteo realizado por El Comercio, al menos 40 personas han sido asesinadas desde que se implementó el estado de emergencia en 13 distitos de Lima y uno en el Callao, de las cuales 13 han ocurrido en Ate.
Respecto a los crímenes recientes, el coronel PNP Ricardo Espinoza, jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri, explicó que el móvil detrás del asesinato de la familia fue una venganza por parte de vecinos. En cuanto al ataque en la cevichería, indicó que se trataba de una disputa entre bandas criminales por el control territorial para delinquir.
“Es un acto de sicariato que la policía lo tenía previsto porque al derrotar a la principal banda de Ate están saliendo otras, definitivamente por el problema que tenemos de la extorsión”, declaró en relación al caso de la cevichería y a la desarticulación previa a una banda criminal grande llamada ‘Los Gallegos’. Esta contaba con sicarios que operaban en Ate, Santa Anita y Chosica, extorsionando a trabajadores de construcción civil, mototaxistas y emprendedores, y se les atribuyen al menos 15 asesinatos en la zona este de la capital.
Fuentes policiales de El Comercio, quienes han laborado en la zona este de Lima, resaltaron que actualmente una mayoría de los crímenes por sicariato en el distrito responden a una lucha entre bandas criminales. Además, que estos grupos se dedican al cobro de cupos, la extorsión, tráfico de terrenos, comercialización de droga, entre otros delitos.
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Nicolás Zevallos, director de Asuntos Públicos del Instituto de Criminología, propuso que un control más riguroso del porte de armas de fuego podría ser una medida inmediata para contrarrestar la extorsión y el sicariato que afectan a la ciudad.
“Esto no significa que no se emitan licencias, sino que Sucamec debe tener la capacidad para garantizar que quienes posean un arma sean personas idóneas”, argumentó.
Asimismo, explicó que es necesario el patrullaje en zonas de alta incidencia donde se concentran los homicidios. “Los homicidios en ciudades como Lima no se despliegan de forma heterogénea”, explicó el experto.