Desde el 2019, y con miras al bicentenario de la independencia del Perú, la Municipal de Lima (a través de Prolima) se trazó la meta de intervenir las 91 piezas escultóricas del Centro Histórico de Lima, que se encontraban deterioradas en su totalidad. El 20% de ellas estaba en muy mal estado a pesar de tener categoría de Patrimonio Cultural de la Nación.
Se comenzó con la estatua de La Libertad, en la plaza Francia, y la farola de Las Tres Gracias, en la plaza San Martín, que eran las más afectadas. Ambas fueron recuperadas y entregadas a la ciudad en noviembre del año pasado.
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Ahora el reto de Prolima es conservarlas. Así que todas las semanas deben revisar si las palomas han ensuciado el patrimonio y estar alerta de los borrachos que merodean la plaza. “No falta quien quiera miccionar sobre los monumentos”, dicen.
La estatua del Mariscal Ramón Castilla, frente a la iglesia de La Merced, en el jirón de La Unión, y el monumento a Antonio Raimondi, en la plaza Italia, son los siguientes. En el caso del primero, su proceso de curación y conservación ya se encuentra avanzado en un 70%. En el segundo ya se ha trabajado un 45%. De acuerdo con los restauradores de Prolima, ambas piezas habían sufrido deterioro por la humedad, los animales de la zona y por las autoridades de turno que habían mandado a pintarlas.
El monumento a Raimondi es obra del artista Tancredi Pozzi y se inauguró en agosto de 1910. Mide 7,5 metros de alto y está compuesto por la figura de Raimondi, un pedestal y una base piramidal.
La figura y el pedestal son de bronce, aunque durante alguna gestión municipal se les mandó cubrir con pintura negra. La base es de granito rojo de Bávena.
La pieza que rememora a Castilla es obra del artista nacional David Lozano. Fue fundida en 1910 y colocada en 1915 en la plazuela de La Merced. Inicialmente se consideró colocar el monumento en Chorrillos, en una pequeña plaza que llevaba su nombre.
La escultura de Ramón Castilla tiene 2.10 m de altura y tiene una base cuadrada de bronce que sirve de enlace con el pedestal.
La figura solía llevar unas correas que unían la vaina del sable con el cinto. También tenía unas borlas en el fajín de mariscal. Pero ambas han desaparecido.
El monumento a San Martín
El monumento al general José de San Martín, en la plaza que lleva su nombre, también está considerado entre los próximos a ser restaurado. Actualmente, el personal de Prolima viene tomando muestras para elaborar un diagnóstico."En cuanto tengamos el expediente técnico listo se lanzará a concurso público para su restauración", indica Saldarriaga.
Lo primero que hicieron los especialistas de Prolima fue tomar fotos con un dron del monumento y la plaza. Los arquitectos tomaron las medidas de las piezas que componen la obra, los historiadores cotejaron fotografías antiguas y los restauradores hicieron un mapa preliminar del estado de conservación del monumento. Ahora, con un microscopio, fotografían al detalle el estado de corrosión u oxidación.
Debajo de la figura del libertador se encuentra la representación de la Nación, que está hecha de mármol. A alguien, sin embargo, se le ocurrió pintarla de blanco. Quienes restauren el monumento deberán retirar esas capas.
También deberán retirar los grafitis pintarrajeados en el pedestal de cuarzo y reparar la base de mármol, que se ha ido rajando con el paso de los años y las protestas, que suelen acabar en esta plaza del centro de Lima.
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