Se estima que hay 1,8 millones de automóviles solo en Lima Metropolitana y, aunque el porcentaje de población que utiliza uno propio para desplazarse es aún menor (11,2% para trabajar y 7.9% para estudiar), existe un aumento en la demanda de estacionamientos que se refleja en los resultados de la última encuesta del observatorio Lima Cómo Vamos. El 51.1% de los encuestados de Lima y Callao considera que es necesario incrementar la cantidad de estacionamientos en la vía pública para facilitar la vida de los conductores, porcentaje que sube al 70.1% solo en el sector socioeconómico A.
Esto se contrasta con un 45.6% que opina que los estacionamientos en vías públicas deberían reducirse para disminuir la congestión vehicular. ¿Cuál es la solución más eficaz?
Adrián Revilla, gerente general de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), sostiene que es posible ampliar estacionamientos en la vía pública, siempre que esto sea parte de un plan integral de tránsito. Como ejemplo, el también presidente de la Asociación Cruzada Vial explica que en ciudades como Madrid y Londres, con un parque automotor mucho mayor que el de Lima, se permite aparcar en las calles en el marco de estrategias de gestión de espacios. “No se trata de favorecer a unos en perjuicio de otros. Cuando tienes una política integral, el estacionamiento en las calles puede favorecer a la creación de zonas de tránsito calmado. La congestión en Lima no está dada por el número de vehículos sino por el mal diseño, mala semaforización, mala señalización y porque no hay un transporte público eficiente”, indica.
En diálogo con este Diario, Revilla añade que además, de los parqueos en las calles, una opción es la creación de playas públicas concesionadas a privados, pero, reitera, dentro de un plan integral. “En otros países se promueven estacionamientos que tiene un costo (para el propietario del auto), pero con la alternativa de un buen transporte público”, indica.
Mariana Alegre, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, coincide en que se trata de un problema de gestión de espacios. En su opinión, es viable mejorar la disponibilidad de estacionamientos públicos a través del uso rotativo para favorecer zonas comerciales y con un costo acorde al mercado. “El uso de estacionamiento como almacenamiento no es deseable porque un solo auto ocupa espacio por 8 o 10 horas y se va. Cuando es rotativo, el dinero que los municipios recaudan puede reinvertirlo en áreas verdes, parques y jardines, etc. Así se recupera fondos del uso vehicular”, indica.
Para Alegre, la mala gestión de estos espacios está sostenida en que en la construcción de nuevos edificios contempla un “mínimo” de estacionamientos cuando debería pedirse un “máximo”. “El error es ver la necesidad de parqueo desde una perspectiva de parámetros mínimos. La normativa urbana te pide un mínimo de parqueos por edificio cuando en otros países el modelo es del máximo.”, explica.
Situación actual en distritos
El Comercio consultó a cuatro municipios del sector con mayor interés en aumentar el número de aparcamientos en calles y avenidas sobre la situación actual de estacionamientos públicos. Distritos de Miraflores, San Borja, Surco y San Isidro cuenta cada uno con entre 1.200 y 4.500 -en algunos casos- estacionamientos públicos para uso de residentes y visitantes, especialmente en zonas comerciales. Es decir, estas cuatro jurisdicciones tienen solo hasta 12.000 espacios de aparcamiento público. Sin embargo, además de soportar un importante carga vehicular, alberga importantes centro comerciales.
En el caso de Miraflores, donde se estima que cada día transitan en el distrito 40.000 vehículos livianos (de vecinos y visitantes), tiene 1.266 casilleros de estacionamientos públicos. La comuna distrital precisó a este Diario que están pendientes de implementar 24 zonas o 829 espacios públicos propuestos para estacionamientos rotativos como parte del Plan de Implementación de Estacionamientos Rotativo (Ordenanza 514-2019/MM) que disponía un total de 2.095 casilleros en 70 zonas.
El horario máximo permitido de permanencia de un vehículo es de 2 horas, de lunes a sábado entre las 9:00 a. m. y 9:00 p. m. (horario regular), y un máximo de 10 horas entre las 9:00 p. m. y 9:00 a. m. (horario extendido). A diferencia de otros distritos, Miraflores no cobra una tasa en estos lugares. “Todo cobro en estacionamiento público dentro del distrito es ilegal. Desde la comuna se realizan operativos para erradicar a lavacarros y otras personas que realizan estos actos de manera informal”, añadieron. Además, el parqueo vehicular no autorizado en la vía pública se multa con hasta 515 soles.
Para el 2024, la gestión del alcalde Carlos Canales ha proyectado una ampliación de 500 nuevos casilleros de estacionamientos públicos.
En Santiago de Surco, Pedro Calderón, subgerente de Tránsito, añade que en su distrito se han habilitado un aproximado de 4.500 estacionamientos públicos, de los cuales unos 3.000 están situados en las zonas comerciales. De estos, solo en 2.550 se ha establecido el pago de una tasa de 50 céntimos por cada 30 minutos, con una tolerancia de 10 minutos. “Con este cobro de parqueo queremos garantizar la rotación y que no sean usados como estacionamientos privados para quienes trabajan en oficinas. El vecino de Surco tiene 30 minutos libres y el vecino que paga puntual los arbitrios, 1 hora libre”, explica.
Aunque reconoce que existe una gran demanda de estacionamientos, fomentada por el aumento de la densidad poblacional, el funcionario explica que realizan trabajo junto a participación vecinal para habilitar nuevos espacios en zonas específicas sin que esto implique transgredir el uso del peatón y áreas verdes. “Lo que hacemos es mejorar algunas zonas, pero no hay un proyecto para masificar los estacionamientos públicos porque iría contra de la política de promover la movilidad alternativa como bicicleta y el transporte público”, dice.
Una alternativa que trabajan es la construcción de una playa de estacionamiento con tarifas especiales para los vecinos y convenios con playas privadas en los alrededores de la futura “supermanzana” que se ejecutará en el centro histórico de Surco, proyecto que implicará la peatonalización total de este sector. “Es una zona muy antigua con una planificación de hace más de 50 años cuando las casas no tenían estacionamientos porque no había tantos vehículos. Como ahora es más fácil tener uno o dos por familia, las calles fueron tomadas (por los autos)”, explica Calderón.
Por otro lado, en el distrito de San Isidro, donde en el 2017 se realizó un reordenamiento del parqueo vehicular, existen 2.572 cajones para el estacionamiento público vehicular, de los cuales 914 tienen un cobro de uso de 50 céntimos por cada media hora. Las avenidas República de Panamá, Conquistadores, Cavenecia, Pardo y Aliaga, Camino Real y Álvarez Calderón, así como las calles Los Petirrojos, Alfredo Salazar, José del Llano Zapata y Lord Cochrane en las que se han habilitado estos espacios.
Mientras que en el distrito de San Borja se han habilitado 3.800 espacios público, de los cuáles 1.122 están ubicados en zonas comerciales. Para racionar su uso, la municipalidad ha dispuesto una rotación de 3 horas para visitantes y 4 horas para los vecinos que no residan en la zona comercial. Quienes sí residen en el área comercial no tienen restricción alguna.
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