¿Cómo reorganizar el transporte público en el Centro de Lima? Una propuesta de la Municipalidad de Lima es poner coches jalados por caballos. Así se señala en el proceso de licitación para el “Servicio de transporte y traslado de personas en el Centro Histórico de Lima a través de coches tipo calesa tirado por caballos, a cargo de Prolima”, que fue lanzado en marzo pasado por un monto de 12′999.000 soles.
El objetivo de la licitación, según los términos de referencia del requerimiento, es “potenciar los desplazamientos peatonales, reorganizar el transporte público y preservación del valor de paisaje urbano histórico del Centro Histórico de Lima”. También incrementar los desplazamientos no motorizados, mejorar las condiciones de habitabilidad y reducir contaminación ambiental.
De acuerdo con las bases del concurso público, el contrato incluiría el servicio de 12 caballos y 12 coches (cuya entrega se haría en cuatro etapas con tres caballos por cada una) por un plazo de 1.095 días calendario (3 años) o “hasta agotar el monto contratado”. El monto aproximado mensual asciende a más de S/361.000. Los requerimientos técnicos precisan que los caballos tengan entre 7 y 16 años, mientras que las calesas deben tener una capacidad de sobrecarga mínima de 400 kg.
Se trata de un servicio que consiste en trasladar a turistas peruanos y extranjeros por dos rutas de entre 2 km y 7 km en el Centro Histórico. El tiempo de viaje varía entre 15 min a 01 hora aproximadamente, con la Plaza de Armas como paradero inicial y final, y en el horario de 10:00 am a 06:00 pm durante 6 días a la semana.
“El contratista deberá considerar la provisión de los bienes necesarios, materiales, indumentaria, equipos, mantenimiento, suministros, entre otros para el desarrollo de la prestación en general, de modo tal que esta no se vea interrumpida por ningún factor, siendo responsabilidad del contratista asegurar su normal ejecución”, se lee en el requerimiento a que El Comercio tuvo acceso.
La empresa ganadora de la licitación se encargará del plan integral de salud de los caballos y de los horarios de descanso, alimentación y limpieza que “no interrumpan las jornadas establecidas para el desarrollo de las rutas”. Según la convocatoria, el municipio metropolitano “no se responsabiliza ante cualquier accidente o siniestro que pueda ocurrir durante la ejecución de la prestación, siendo el contratista quien asuma toda responsabilidad”. Luego de culminado el plazo total del servicio (3 años), los caballos y carruajes serán entregados a la comuna.
Aunque el proceso fue lanzado en marzo, el 12 de abril el comité de selección no admitió a las dos primeras empresas participantes en el concurso público. Dicho comité declaró desierto el procedimiento y solicitó realizar las indagaciones de los motivos para que sean remitidas al área usuaria “conjuntamente con el pedido de ratificación de la necesidad”.
Prolima confirmó a este Diario que el proceso de licitación se encuentra en la etapa de actos preparativos para la segunda convocatoria. “El proceso de selección se llevará a cabo conforme las disposiciones de la Ley de contrataciones del Estado, siendo que se procederá a publicar la segunda convocatoria en los próximos días”, indicaron.
Nuevo proceso
El uso de carruajes jalados por caballos en el centro Histórico no es nuevo. Sin embargo, esta vez será la comuna la que gestione el servicio que hasta ahora se encuentra a cargo de la empresa Sabrina Carruajes a través de una autorización comercial.
“El servicio de calesas que ofrece la empresa en cuestión es una iniciativa privada que no funciona bajo la modalidad de contrato, sino a través de una autorización comercial para usos especiales en el espacio público. Esta autorización es renovada periódicamente a través de la Gerencia de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Lima. La ruta que la empresa sigue corresponde al perímetro de la plaza de Armas de Lima”, precisó Prolima en una comunicación escrita con El Comercio.
El objetivo es que la empresa se encargue de la operatividad durante 3 años y luego los bienes sean entregados al municipio. Además, la recaudación del pasaje estará a cargo de la comuna metropolitana, a través de una tasa TUPA.
De las dos rutas propuestas, se iniciarán con la que recorre Plazuela de Santo Domingo, plazuela San Agustín, plazuela del Teatro, plazuela San Pedro y plazuela San Francisco durante 30 minutos. El plan es que la ruta B de 70 minutos (que llega hasta Barrios Altos) se implemente posteriormente “conforme se vaya concretando la reducción del tránsito vehicular en las calles que la componen”.
Según la entidad, el servicio que buscan contratar se sustenta en el Plan Maestro para la recuperación del Centro Histórico de Lima que “establece una serie de lineamientos respecto a la movilidad urbana en esta área de la ciudad, orientados a reducir la congestión vehicular y la contaminación atmosférica, así como mejorar las condiciones de accesibilidad y habitabilidad para vecinos y visitantes”.
“La presente contratación del servicio tiene por finalidad incrementar los desplazamientos no motorizados y a su vez promover el turismo —tanto interno como externo— a través de coches tirados por caballos, que potencien la experiencia de visita en el Centro Histórico y fortalezcan las rutas turísticas en esta área de la ciudad. De esta manera, se busca preservar (e incentivar entre la ciudadanía la preservación de) nuestro paisaje urbano-histórico, la integración de los espacios públicos, la mejora de las condiciones de habitabilidad y la transitabilidad peatonal, y la reducción de la contaminación ambiental y afectación al patrimonio”, añadieron.
Advierten maltrato a caballos
Heidi Paiva, directora del Proyecto Libertad, advierte que la promoción de este tipo de actividades desde la municipalidad sería contrario a la Ley Nº 30407, Ley de Protección y Bienestar Animal. “El tener ese tipo de atracciones solo normaliza la crueldad con los animales. Detrás de las carretas jaladas por caballos hay un sufrimiento permanente para ellos. Los caballos no están acostumbrados a pisar el pavimento, sufren inflamaciones. Legalmente, crueldad animal es cuando se les inflige cualquier tipo de dolor”, dice a El Comercio.
Paiva recordó el incidente ocurrido el 27 de junio del 2016, cuando un caballo que llevaba un carruaje con pasajeros se salió de control y embistió a varias personas en Jirón de la Unión, dejando dos heridos. “Los incidentes ocurren cuando los caballos están muy estresados y sufren cuando están sometidos a una situación natural para ellos, como lo es jalar una carreta en el Centro de Lima, con autos, gente y ruidos”, añade.
El incidente del 2016 también motivó a que distintas organizaciones animalistas cuestionaran dicho servicio y recordaron que, incluso antes de la Ley N°30407, existe la Ordenanza Municipal 1855 del 2015, que establece el Régimen de Protección Animal en la Provincia de Lima. “Este negocio de calesas cuenta con tres caballos que trabajan diariamente durante todo el día, todos los días de la semana, bajo el sol del verano o el frío del invierno, jalando más de media tonelada que pesa la calesa y además el peso de las personas que se suben, durante horas”, indica la Asociación Animales Libres de Crueldad y Opresión (Alco), que inició una campaña para prohibir esta práctica en el Centro de Lima.
Al respecto, Prolima mencionó que, en el marco de la Ley N° 30407, establecieron condiciones para la contratación del servicio de calesas que incluyen “la ejecución de un plan integral de salud equina, un monitoreo constante del estado de los caballos y una alimentación suficiente y adecuada. Asimismo, se asegurará una infraestructura estratégica, el ambiente adecuado y las condiciones mínimas sanitarias”.
De igual manera, la entidad municipal precisó que las rutas por donde se desplazarán las calesas “son autorizadas y acondicionadas, cumpliendo con las medidas necesarias para su desplazamiento y seguridad, para prevenir accidentes en las personas o en los animales”.
Sin embargo, Paiva hizo un llamado a la comuna a pensar en “formas más creativas para generar atracciones turísticas para el centro” que no incluyan maltrato animal.
Una propuesta para fomentar el turismo y el ordenamiento del Centro Histórico es la habilitación de buses eléctricos para el traslado de pasajeros por circuitos turísticos. De acuerdo con Ángel Mendoza Aguirre, gerente general de la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano (ACTU), ese tipo de buses cuesta aproximadamente 350 mil dólares o 1 millón 300 mil soles. El monto propuesto por el municipio para los coches jalados por caballos alcanzaría para una flota. “Las municipalidades no tienen competencia para regular el transporte, pero dentro de sus jurisdicciones pueden fomentar servicios gratuitos para vecinos y turistas. Un ejemplo son los buses eléctricos de San Isidro”, indica.