Parecía que alguien hubiera rescatado un viejo video de los noventa para colocarlo en horario estelar. Pero ni Nolberto Solano ni Pablo Zegarra son más esos futbolistas veinteañeros, a quienes veíamos hacer maravillas sobre el césped, para luego volverlos a ver por las noches haciendo otro tipo de diabluras en los programas de espectáculos.
- Nolberto Solano tras intervención por incumplimiento de cuarentena: “Los que no se pueden juntar son los infectados”
- Coronavirus EN VIVO: últimas noticias, infectados y muertos por Covid-19 en el mundo
Ayer ambos fueron sorprendidos cometiendo un delito. Porque el aislamiento social decretado por el Gobierno, ante la amenaza real del COVID-19, prohíbe el derecho de reunión, así Ñol insista en que solo estaba en casa de una vecina y no participando en una fiestecita.
¿Quién le explica al asistente de Ricardo Gareca que el problema no es si salió en tal o cual programa de televisión, sino que lo que hizo está prohibido? ¿Quién le dice que el aislamiento social está diseñado para evitar los contagios a fin de que la enfermedad no se propague, que él mismo y sus amigos quizás la tengan ya y no se hayan dado cuenta?
Lo grave, sin embargo, es que lo que piensan Solano y Zegarra es lo mismo que otros miles en el país. Creen que estamos de vacaciones, que el Gobierno exagera y no les va a pasar nada.
Hasta que la realidad les dé un portazo allí donde más les duele.