Oficialmente, el verano terminó el 21 de marzo pasado, pero para algunos limeños seguirá por lo menos hasta Semana Santa. Si bien ha disminuido la afluencia de gente a las playas del sur de Lima, El Comercio comprobó ayer que balnearios como El Silencio y Punta Hermosa continúan recibiendo bañistas y surfistas.
Algunos veraneantes aseguraron a este Diario que prefieren visitar las playas del sur en estas épocas porque encuentran menos gente, pues la mayoría de familias –argumentan– se queda en casa preparando a los chicos para asistir al colegio.
“Por lo tanto, encontramos más mesas, sombrillas y sillas, y más espacio para bañarnos en el mar. La playa se pone más bonita”, dijo un bañista.
Las playas del sur también siguen recibiendo turistas. Un surfista brasileño contó que viene todos los veranos y que estaba despidiendo su recorrido con su tabla en Punta Hermosa. “Esta playa tiene olas largas y muy buenas”, manifestó.
El Comercio observó que se formaron grandes colas en el peaje de Villa, donde los vendedores ambulantes seguían ofreciendo flotadores y sombrillas.
Los restaurantes siguen atendiendo los fines de semana hasta las seis de la tarde, pero reconocieron que sus ventas han bajado hasta en un 25% y que terminarán en Semana Santa, cuando lleguen los últimos veraneantes a levantar carpas y encender fogatas.
SIN PREVENCIÓN EN EL SILENCIO
Bañistas de El Silencio dijeron que ignoraban por dónde evacuar la playa en caso de un tsunami. El Comercio comprobó que en ese balneario del distrito de Punta Hermosa no existe señalización de ruta de evacuación alguna.
Incluso, un bañista manifestó que si viene un tsunami, dejaría la orilla rápidamente en su cuatrimoto.
En cambio, la playa Punta Hermosa, que colinda con el malecón, sí cuenta con croquis visibles que señalan rutas de evacuación