Supo que tenía cáncer de cuello uterino en un examen de rutina, hace ya casi un año. Enterada del diagnóstico, a sus entonces 40 años, Cynthia Fuchs Canalle pensaba que era muy pronto para que la vida se le acabe, porque tenía varias razones para seguir aquí: dos hijos adolescentes y un esposo que la ama.
“Se te vienen muchas cosas a la cabeza –cuenta Cynthia–. Yo ya estaba pensando en dejarles cartas a mis hijos para el día que se graduaran de la universidad, para cuando se casen y tengan hijos. No quería desaparecer de sus vidas”.
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Pasaron apenas días desde el diagnóstico hasta que entró al quirófano. Su cáncer era pequeño (apenas de un centímetro) y fue erradicado del todo. Se salvó. Viviendo en un país en el que, en promedio, todos los días seis mujeres mueren por esta enfermedad, se puede decir que ella tuvo mucha suerte de ser diagnosticada y operada a tiempo
En el caso de Cynthia Fuchs, el cáncer no lo causó el VPH (Virus del Papiloma Humano); fue un caso atípico. Sin embargo, la mayoría de mujeres que sufren esta enfermedad han contraído este virus que es complemente prevenible con una vacuna y superable si se detecta en sus primeros estadios. Que en el Perú mueran tantas mujeres por este tipo de cáncer revela o –mejor dicho– confirma el fracaso de nuestro sistema sanitario.
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Enfermedad prevenible
Durante el 2020, según la Liga de Lucha contra el Cáncer, se registraron 4.270 nuevos casos de mujeres con cáncer de cuello uterino y 2.288 muertes. Gran parte de estos fueron detectados en estadios avanzados y, por eso, esta enfermedad es la segunda causa de muerte de mujeres en el país. Esto pese a los esfuerzos de la última década que se han visto afectados por la pandemia del coronavirus.
El sistema de salud peruano incluyó en el 2011 la vacuna contra el VPH dentro del esquema nacional de vacunación. Según el Ministerio de Salud, esta se aplica a niñas de entre 9 y 13 años, que están cursando el quinto grado de educación primaria.
La pandemia ha causado serios problemas en esta estrategia sanitaria, pues los escolares no han acudido a sus colegios desde diciembre del 2019 y la estrategia de inmunización de las niñas se realizaba a través de las escuelas (con consentimiento de sus padres).
Para el 2019, el Ministerio de Salud había proyectado vacunar a 269.316 niñas. Se logró inmunizar al 87% (234.535) en primera dosis y al 78% (211.339) en segunda dosis. Fue un año con una buena cobertura.
El Comercio intentó conocer la meta del Gobierno del 2020 y del 2021, pero el Minsa no respondió pese a insistir a lo largo de dos semanas con el área de prensa. Solo indicaron que se había avanzado, pero que había una brecha generada por la pandemia. No dieron más detalles. Quedan algunas preguntas pendientes como ¿hay peligro de que se pierdan las vacunas por vencimiento? ¿Cuántas niñas han sido vacunadas durante la pandemia?
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Cambio de estrategia
Según el médico ginecólogo oncólogo Gino Venegas, exjefe de la Dirección de Prevención y Control de Cáncer, del Ministerio de Salud, es necesario que el Minsa reformule su estrategia de vacunación para aplicar los lotes de vacunas adquiridos por el Estado.
Venegas plantea varias alternativas. Se podría aumentar el grado de escolaridad considerado para inmunizar a las niñas y de esa formar vacunar a las rezagadas, se podría citar de forma programada a las menores para que vayan al colegio a recibir la vacuna, o se podrían aplicar la dosis en los mismos vacunatorios habilitados para el COVID-19.
Según explica este médico, que atiende en la clínica Anglo Americana, la vacuna que se aplica en Perú es efectiva para evitar lesiones premalignas de cuello uterino y con altos niveles para evitar la infección de este virus.
El otro aspecto que debe seguir reforzándose en la prevención a través de un diagnóstico temprano. Venegas explica que el Perú ya está dejando atrás el papanicolao (que es poco efectivo para detectar el VPH) y se está empezando a aplicar una prueba PCR que tiene mejores resultados de diagnóstico.
“Se está incorporando esta prueba en el país. Se ha empezado por Loreto, Junín y en las cuatro Diris de Lima”, explicó. Con la generalización de esta prueba –agrega– se va a garantizar la detección temprana de las mujeres que potencialmente podrían hacer lesiones premalignas o cáncer de cuello uterino. Eso equivale a salvarles la vida.
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Más sobre la enfermedad
El virus que causa el cáncer de cuello uterino en mujeres está en el 80% de la población mundial que ya ha iniciado su vida sexual. De todas estas personas, en el 85% de casos el virus desaparecerá a los dos años de contraído; sin embargo, en el 15% este ocasionará lesiones premalignas y luego cáncer.
Desde que se contrae el virus hasta hacer una neoplasia pueden pasar 10 o 15 años. En todos esos años, no hay dolor ni ningún tipo de síntoma. El virus es asintomático.
El médico Venegas explica que en todo ese tiempo el sistema de salud debería ser capaz de identificar a mujeres con lesiones premalignas antes de que estas se conviertan en un cáncer. Por eso, afirma que “cada caso de cáncer de cuello uterino es un fracaso del sistema” que pudo evitarse.
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