La soleada mañana del miércoles, decenas de ronderos que llegaron a Lima desde distintas regiones del país formaban un círculo en la plaza San Martín, frente al monumento al libertador. Con sus chicotes en las manos, oían –atentos y en disciplinado silencio– las intervenciones de sus líderes y dirigentes.
“El enemigo es único: las mafias, la indiferencia, la corrupción. […] La gente honesta, con plata o sin plata, tiene que escribir las páginas de la historia para poner en alto a nuestro país”, exclamaba con un micrófono inalámbrico en las manos Santos Saavedra Vásquez, presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas (Cunarc).
Saavedra Vásquez dijo a El Comercio que la Cunarc tiene bases en 22 regiones del país y que esta semana se espera la llegada de representantes de al menos 15 de estas.
El objetivo de la movilización –añadió– se resume en una idea: “cuidar el voto del pueblo”. Santos Saavedra hizo referencia a la decisión de Fuerza Popular de solicitar a la Oficina Nacional de Procesos Electores (ONPE) una auditoría informática del proceso de digitalización de las actas de la segunda vuelta.
“Vamos a quedarnos [en la capital] hasta que esto [los resultados de la elección] se resuelva”, aseguró el líder de la Cunarc.
Los dirigentes de la central de rondas campesinas empezaron a llegar a Lima esta semana. Han instalado comisiones encargadas de encontrarles hospedaje, distribuir sus alimentos, entre otras actividades.
El miércoles, los ronderos recibieron como donación dos cajones de plátanos y mandarinas, además de baldes con avena y leche, y bolsas de panes. Ordenados en dos filas, compartieron el refrigerio antes de marchar a la sede del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), ubicada a menos de 100 metros de distancia.
–Rostros del Perú–
“Jurado, escucha, el pueblo te vigila”, “Si no hay solución, huelga nacional”, repetían los representantes de sindicatos de maestros y frentes de defensa regionales apostados frente al edificio del JNE. Una reja de metal colocada en la berma central de la avenida Nicolás de Piérola los separaba de la policía.
Milcíades Rivas Viguria, titular del Frente de Defensa de los Intereses de Apurímac (Freddiapu), dijo a El Comercio que él y voceros de otras regiones están en Lima desde hace nueve días y permanecerán en la ciudad por un período “todavía indefinido”.
“Esperamos que se proclame al candidato Pedro Castillo [...] En esta marcha nacional estamos solo dirigentes nacionales”, aseguró.
Aunque los resultados de la ONPE al 100% ratificaron una ventaja de más de 44 mil votos a favor de Castillo, el Jurado Nacional de Elecciones continúa resolviendo las apelaciones de actas observadas y los pedidos de nulidad.
Rivas Viguria contó también que los integrantes del Fredipa que viajaron a la capital han acondicionado el sótano de una cochera del jirón Cailloma para descansar por las noches. Durante el día, permanecen en la Plaza de la Democracia a la espera de que concluya este largo y complejo proceso electoral.
En el lugar también hay presencia de organizaciones de Puno, Tumbes, Barranca y la mayoría de regiones del Perú, además de delegaciones de algunos distritos limeños como Villa María del Triunfo.
Gracias a la colaboración de sus paisanos apurimenses que residen en la capital –indicó Rivas Viguria–, él y sus colegas pueden alimentarse y cubrir algunas de sus necesidades básicas.
“Los residentes de Apurímac en Lima hacemos una colecta para apoyarlos. Hoy hemos entregado unas 250 raciones de aguadito, ayer fueron 250 platos de tallarines. Mañana no sabremos qué tocará”, comentó el abogado andahuaylino Jesús Cruz Galván, encargado de repartir la comida en su camioneta.