En 10 distritos de Lima Metropolitana no hay ni siquiera un agente de serenazgo por cada 1.000 habitantes. Además, 16 jurisdicciones de la capital cuentan con un vehículo motorizado –camionetas, autos y motos– o menos por km2 de territorio. En cuanto a cámaras de vigilancia, otra herramienta importante para la seguridad ciudadana, 13 distritos poseen una o menos por cada km2 de área.
Para elaborar esta muestra, ECData solicitó a través de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública datos sobre seguridad ciudadana a cada uno de los 43 municipios de la capital. Al cierre de este suplemento, 10 distritos no habían respondido, a pesar de que la ley lo exige.
Ahora bien, el caso de Santa María –así como el de otros balnearios– no es representativo, puesto que se trata de poblaciones muy pequeñas.
César Bazán Seminario, investigador en seguridad ciudadana, explica que el serenazgo es uno de los actores clave en el combate contra la inseguridad. “Su función es preventiva, disuasiva y de inteligencia, de provisión de información a la policía. También apoya las intervenciones policiales”, detalló a El Comercio.
“Los distritos con más recursos no son necesariamente los que más seguridad necesitan. [...] Pero también hay ineficiencia: hay autoridades que tienen poco interés en ofrecer servicios de seguridad de calidad para su población”, explica el experto.
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En el segundo trimestre del año pasado, San Juan de Lurigancho fue el distrito con más denuncias por delitos contra el patrimonio, según la policía (5.261). En la lista también figuran Cercado de Lima (4.351), Surco (2.378), Comas (2.374), Los Olivos (2.290), San Martín de Porres (2.011), Villa María del Triunfo (1.895), Ate (1.789), Independencia (1.686) y San Juan de Miraflores (1.619).
De esos 10 municipios, al menos cinco distritos tienen, en promedio, un efectivo de serenazgo o menos por cada 1.000 habitantes. Estos son: San Juan de Lurigancho, Comas, Villa María del Triunfo, Independencia y San Juan de Miraflores. Ni Los Olivos ni Ate ni San Martín de Porres respondieron la solicitud de información pública.
En cuanto a presencia policial, las diferencias entre distritos son similares. En el 2021, en San Isidro había 3.707 efectivos, mientras que en San Juan de Lurigancho, 1.872. El Comercio solicitó las cifras actuales a la PNP, pero no hubo respuesta.
Problema estructural
El panorama es similar en cuanto a cámaras de vigilancia y vehículos motorizados. Estos son fundamentales para persecuciones de delincuentes o posteriores investigaciones policiales de delitos ya consumados, entre otras acciones.
“Muchas veces, los gerentes de seguridad distrital hacen sus planes de forma independiente. No hay planificación y conexión con la policía ni con los otros municipios. Si cada uno trabaja aislado, no hay resultados positivos”, opina Eduardo Pérez Rocha, exdirector de la PNP y exministro del Interior.
Noam López Villanes, investigador principal de Pulso, de la PUCP, remarca que en municipios de gran extensión, como Carabayllo –el distrito más extenso de Lima, con 346,89 km2– o San Juan de Lurigancho –el más poblado de la ciudad, con más de 1′200.000 habitantes– deben priorizarse acciones concretas de seguridad y orden público, pues de lo contrario, nunca habrá recursos suficientes.
“Si tu población es muy grande, debes centrarte en lo urgente, porque abarcar todo es muy difícil. Si tenemos un grupo pequeño de serenos, se debe priorizar las emergencias y urgencias en casos que impliquen violencia y criminalidad”, manifestó.
La seguridad ciudadana es un asunto complejo en el que intervienen muchos factores de distintos niveles de gobierno. El municipal es el más cercano a los ciudadanos y el diagnóstico actual no es alentador.