Nueve años después del homicidio de su madre, Myriam Fefer, Eva Bracamonte pudo escuchar que era declarada inocente en un segundo juicio en el que era acusada de parricidio por lucro.
El asesinato de la empresaria ocurrió el 15 de agosto del 2006 y, desde entonces, Eva Bracamonte tuvo que afrontar dos largos juicios en los que se le responsabilizaba de haber contratado a un sicario colombiano, Alejandro Trujillo Ospina, para ejecutar el crimen.
Eva Bracamonte fue hallada culpable en un primer juicio y condenada a 30 años de prisión, mientras que su entonces pareja sentimental, Liliana Castro Manarelli, fue absuelta. La lectura de sentencia, en octubre de 2012, determinó que el sicario colombiano fuera condenado a 35 años.
La inculpada apeló y Eva Bracamonte tuvo que afrontar un nuevo proceso durante los últimos 20 meses. Con idas y vueltas, hoy fue realizada la lectura de sentencia en el juicio en el que se la acusaba por parricidio por lucro y donde se presentaron nuevas pruebas.
Según la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel, no se ha podido demostrar un vínculo entre Eva Bracamonte y el sicario Alejandro Trujillo Ospina, ni la motivación económica por parte de la acusada. Con esto se pone fin a un proceso larguísimo que estuvo en el ojo público durante años.
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— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) diciembre 29, 2015
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