El 28 de abril del 2013, un globo aerostático de la empresa Globos Perú S.A.C. cayó con siete ocupantes al mar a la altura del kilómetro 110 de la Panamericana Sur, en Cañete. Murieron el piloto Juan Fernández Moncada (42) y Aldo Torres del Pino (26), uno de los pasajeros. En tanto, cinco mujeres sobrevivieron nueve horas en el mar tras precipitarse a unos 3,6 kilómetros de la orilla.
Posteriormente se supo que la empresa no tenía licencia para comercializar sus vuelos y que el globo no contaba con chalecos salvavidas ni GPS, porque no estaba obligada, según la regulación vigente. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones denunció a la compañía ante la fiscalía, pero también se indicó que funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil podrían ser incluidos en la denuncia por el presunto delito de omisión de funciones al no realizar una correcta fiscalización.
A un año y cuatro meses de lo ocurrido, “Cuarto Poder” refirió que información extraoficial del Ministerio Público da cuenta de que el caso podría ser archivado por la Fiscalía Provincial Penal Corporativa. Esto ha preocupado al padre de Torres y a las sobrevivientes.
“Es duro para nosotras. Es duro que no estén haciendo nada. Es duro que haya personas que han fallecido y por estas personas al menos hacer algo. Y no lo están haciendo. Nos sentimos aisladas, desprotegidas. ¿Qué están esperando, que vuelva a pasar algo así nuevamente?”, manifestó Lissette Contreras, quien acotó que aparentemente, las autoridades policiales estarían responsabilizando al clima de entonces.
“No les importó nada arriesgar la integridad física de todos los ocupantes. Y tenía que suceder, lamentablemente con la vida de mi hijo. Yo quisiera que se haga justicia más que todo para que no vuelvan a ocurrir estas cosas”, dijo por su parte Sergio Torres, padre del pasajero fallecido.
Leonardo Caparrós, abogado de cuatro de las sobrevivientes, considera que hay tres responsables del hecho. “La empresa Globos Perú, en general no hubo ninguna planificación de vuelo. En segundo nivel es Grupón, la empresa que comercializa servicios y su imagen y prestigio se pone en el medio para convencer al consumidor. Y, finalmente, el MTC por dar una licencia para actividades deportivas y no fiscalizar, porque estas actividades eran públicas, lo hacían en una playa conocida de Lima, no era el primer vuelo y el MTC no hizo ninguna fiscalización”, refirió.