La semana pasada, la ciudad de Nueva Delhi anunció que va a restringir el uso de autos para reducir la contaminación del aire. Según el diario “The New York Times”, la ciudad va a permitir circular a los autos solamente en días específicos, excluyendo domingos. Nueva Delhi, con más de 16 millones de habitantes, fue declarada la ciudad más contaminada del mundo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2014. En dicho año llegó a 153 miligramos de partículas finas (PM 2,5) por metro cúbico, en comparación con los 38 miligramos por metro cúbico de Lima.
Si bien nuestro aire es mucho mejor que el de Nueva Delhi, el mismo estudio encontró que Lima es la ciudad con el nivel de contaminación de aire más alto en las Américas, resultado que fue cuestionado por el Ministerio del Ambiente en ese momento. Hay que tomar nota que otras ciudades con niveles de contaminación elevada como México D.F., Los Ángeles y Santiago de Chile están respondiendo al problema de manera más exitosa que Lima.
En 1992, México D.F. era la ciudad más contaminada del mundo, según el Programa Ambiental de las Naciones Unidas. Hace 25 años, esa ciudad introdujo restricciones para los autos con el programa Hoy No Circula: a cada placa de auto se le asignó un día en el que no podía circular. Varias ciudades, como Santiago de Chile, Bogotá, Sao Paulo, Medellín, Beijing y Quito, introdujeron sistemas similares.
Según un estudio publicado en el “Journal of Public Economics” sobre el caso de México D.F., restringir la circulación de autos solo tuvo un efecto positivo en los dos primeros meses.
Otras soluciones exitosas fueron la introducción del sistema del Metrobús (un transporte público masivo con bajas emisiones) y la eliminación del plomo del combustible. Con estas medidas, México D.F. ha reducido su contaminación a la mitad desde 1992, según el Programa Ambiental de las Naciones Unidas.
Los Ángeles también tuvo éxito en mejorar la calidad de su aire en los últimos 20 años. Allí, el nivel de partículas finas se ha reducido en un 47%, durante este tiempo, mientras que la población se ha incrementado en un 30%, el tráfico vehicular en un 38% y el PBI de la ciudad en un 66%, según un estudio de la University of Southern California.
A partir de 1990 la ciudad ha implementado una serie de políticas para controlar las emisiones de los vehículos. Se han incluido políticas para asegurar que el combustible utilizado sea de una mejor calidad, para regular las emisiones de camiones, buses y autos. Otras iniciativas incluyen la integración del sistema de semáforos a un centro de control, y la promoción de transporte más sostenible como ‘carpools’ (varias personas comparten viajes en un solo auto), bicicletas y viajes a pie.
Lima también ha tenido algunos avances en la calidad de su aire, pero a partir del 2014 estamos perdiendo terreno con respecto a las otras ciudades en la región. Una mirada a algunos casos exitosos nos proporciona una idea de la importancia de factores como la calidad del combustible, la necesidad de implementar la reforma del transporte y de una eventual eliminación de motores contaminantes, para que la próxima vez no seamos los últimos del ránking.