LUIS SILVA NOLE / @Lucho_Silva
Redactor de Sociedad
Emma Maqueira Quiroz, de 73 años, es, literalmente, pura risa. Sentada o parada, quieta o bailando, siempre es lo mismo: su rostro trigueño iluminado por la luz de su sonrisa, salpicando entusiasmo hacia los cuatro puntos cardinales del salón, replicando felicidad, contagiando alegría, inyectando vida.
Ella encuentra gracia en lo más mínimo. Una palabra, un apretón de manos, un saludo, el estribillo de una canción. Todo tiene su lado positivo. Esa es su filosofía. A mal tiempo buena cara, y a buen tiempo, más felicidad aun. Por eso es la más elocuente del nuevo taller Risa y Salud que la Municipalidad de Miraflores imparte a sus vecinos adultos mayores.
Las clases son gratuitas y se dan los miércoles, de 3 p.m. a 4 p.m., en la Casa Armendáriz del Adulto Mayor, que por ahora funciona en el local que los Scouts del Perú tienen en la cuadra 51 de la Av. Arequipa.
Emma siempre está feliz pase lo que pase. Acá contenta en su clase de Risa y Salud, de la Municipalidad de Miraflores. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)
Por sus gestos, da la impresión de que siempre la carcajada está a punto de salir de sus labios, de que nada doblega su ánimo. “Hay que vivir con alegría. Así lo hice siempre, desde niña. Y en este taller vuelvo a ser niña y a compartir con los demás, como lo he hecho en toda mi vida”, dice Emma.
El taller Risa y Salud, dictado por psicólogos, busca liberar de ataduras a la persona adulta mayor para que, a través de la risa, pueda pisotear el estrés y tomar deportivamente las realidades adversas de la tercera edad, como ciertos achaques o la falta de agilidad en el cuerpo.
APTITUD HISTRIÓNICA
La actriz Ana María Sarabia Marroquín dirige el taller de Risoterapia y aclarar que lo suyo no se trata de rutinas de clauns. “También soy adulta mayor y no busco hallar actrices u oradores. Lo que busco es, a través de dinámicas de grupo, siempre con un matiz cómico, hilarante, jocoso, lleno de bromas, es provocar la risa, pero también despertar la memoria y la creatividad entre mi auditorio”, dice Ana María, cuyo taller se dicta en la misma casa los jueves, de 3 p.m. a 5 p.m.
Experiencia similar es el Taller de la Alegría, dirigido por Luis Gamboa, experto en dinámicas para perder la timidez. Son sesiones eventuales y también gratuitas que da el área de Cultura del concejo en el parque Reducto. Ahí las caracterizaciones, los juegos, las muecas y las risas son infaltables. “Amo a toda la gente y siempre veo el lado bueno de todo”, dice Nilda Garski, de 79 años,una de las alumnas de ese feliz taller.
En el Taller de la Alegría de Miraflores, las parodias son comunes. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)
OPINIÓN ESPECIALIZADA
La psicóloga Claudia Adauto Zárate, de la Municipalidad de Miraflores, sostiene que la risa activa de manera positiva al organismo, y actúa de una forma particular entre las personas adultas mayores, muchas de las cuales tienden a deprimirse por situaciones tan comunes como el tener a los hijos en el extranjero o el haber perdido a su pareja de toda la vida.
"Si estas personas se integran a grupos sociales, como es el caso de los talleres de risoterapia y afines, pueden expresar lo que sienten a través de la risa. Es decir, pueden dar rienda suelta a emociones naturales, que fluirán solas, pero viendo el lado positivo o esperanzador de cada situación. La actitud positiva, traducida en sonrisas, les genera bienestar y les evita padecer de depresión", dice Adauto.
"En las terapias de risa o en los talleres de alegría y felicidad, las personas dejan que salga el niño o la niña que tienen dentro. Sin temor al ridículo, asumen actitudes graciosas que les producen alegría, la cual contagian a los demás", asegura.
Dice que se les enseña a disfrutar de las situaciones de la vejez. "Además, si una persona ríe y expresa felicidad, de seguro que está bien de salud, físicamente hablando. En cambio, si está triste, se debilita su sistema inmunológico, y más si se está en la vejez. De ahí la importancia de la risa en esa etapa de vida", finaliza la psicóloga.