Los tiempos han cambiado y esto se ve reflejado en el hogar debido a los nuevos métodos de crianza que van apareciendo. Las interacciones entre padre, madre e hijos no son los mismas que se percibían en las familias de antaño, de acuerdo a la especialista en inteligencia emocional y crianza Kary Pintos.
Pintos manifestó, en una entrevista para el diario El Clarín de Argentina, que se debe de dejar atrás la creencia de que todos en la familia están en el mismo nivel. Por el contrario, es fundamental establecer límites con los pequeños del hogar, pero sin llegar a perder su confianza.
En esa línea, la también psicóloga y escritora consideró que que “para que sean sanos, los vínculos con hijos e hijas deben ser un 80% asimétricos y un 20% simétricos”. “¿Padres-amigos sin diferenciación de roles? ¿Madres-amigas de sus hijos e hijas? ¿Padres y madres ausentes, lejanos, autoritarios, infranqueables? Ninguno de los dos extremos”, aseguró.
Por tal motivo, la asimetría de roles es un punto complejo pero fundamental a la hora de la maternidad y la paternidad. Para conseguirlo, se debe lograr esa sinergia del 80-20. “Para amigos y pares tienen a todo el resto de la humanidad. Para amigos y pares tienen a todo el resto de la humanidad, para vínculos con criadores sólo con quienes crían”, continuó.
La experta indicó que, hoy por hoy, pasamos del autoritarismo adulto a reforzar la tiranía de los niños, “del adultocentrismo al niñocentrismo”. De acuerdo a su experiencia como psicóloga, la sociedad se encuentra en un momento complejo para criar porque están cambiando muchos preconceptos, y como muchas veces pasa, esas transformaciones son pendulares hasta que, finalmente y en el ejercicio, se alcanza un equilibrio.
“Pasamos de ‘en esta casa se hace lo que yo digo’ a consensuar, debatir, preguntar, convencer a los niños de todo, de igual a igual. Pasamos de ‘usted cállese porque es un pebete y acá hablan los adultos’ a vivir en simetría de roles, donde no hay diferenciación de lugares de niños y de adultos: se le exige al niño que piense como adulto y a su vez los adultos hacen berrinches cual niños pequeños. Pasamos de los castigos a que no se les pueda decir nada a los niños y niñas”, ejemplificó.
La experta hizo hincapié en que, si bien se trata de un tema difícil, requiere esfuerzo, trabajo y paciencia. “Los ‘no’ son necesariamente estructurantes y, entre muchas otras cosas, cuando son recibidos en la infancia en un marco de respeto, amor y contención, son las formas de aprender a tolerar la frustración”, aseveró.
Elementos para la construcción de la autoridad
Kary Pintos brindó pautas para que padres y madres logren una adecuada construcción de la autoridad, desde el amor, respeto y confianza.
- La autoridad debe “ser ejercida a partir de conectar con la individualidad de las necesidades afectivas, emocionales, fisiológicas de cada hijo o hija en particular”.
- El vínculo “debe ser empático, de conexión amorosa y respetuosa”.
- Pensar y elaborar las decisiones en función de la subjetividad del niño o niña, desde un rol adulto y de búsqueda de recursos cuando los propios no bastan.