Los elogios son importantes durante los primeros años de vida, ya que reconocen los méritos y cualidades de las niñas y niños, y utilizar los adecuados puede contribuir satisfactoriamente en el autoestima, inteligencia y disposición para asumir nuevos retos de los menores.
Especialistas recuerdan que los elogios deben realizarse ante cualquier avance de los infantes, es decir, cuando los logros son pequeños, medianos o grandes.
“Gracias por poner de tu esfuerzo”, “lo estás haciendo muy bien”, “gracias por poner atención”, “gracias por permanecer en silencio”, “gracias por portarte bien con la visita”, entre otros, pueden ser las frases que se empleen para felicitar a los pequeños.
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Es importante que estas palabras vengan acompañadas de afecto físico, así el niño lo siente genuino y real. Otro punto fundamental es que el elogio debe hacerse al momento de la acción o la tarea y no después.
¿Cómo influyen en el desarrollo?
Los elogios impactan de forma positiva en los y las pequeñas, pero también se puede tener un objetivo contrario si se utilizan los incorrectos, por ejemplo, si estos solo se asocian a la inteligencia.
Cuando constantemente se repite “eres tan inteligente”, los niños pueden llegar a asociar su identidad con el esfuerzo, es decir, creen que es algo con lo que han nacido y no lo consideran una habilidad que se puede aprender y construir.
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Cuando esto pasa, los infantes pueden llegar a percibir que todos sus errores son un fracaso, lo que los hace sentir incapaces.
Pero esto cambia cuando los niños reciben elogios por sus esfuerzos, ya que les hace pensar que la perseverancia es el camino hacia el éxito.
Consejos para realizar un buen elogio
- Sé sincero.
- Hablar en primera persona.
- Siempre emplea un lenguaje positivo.
- Hazlo en el momento adecuado, si se puede durante la misma actividad celebrada.
- Sé constante con los elogios.