Si vives con niños y un cigarro no te lleva más que a otro cigarro, ¡ten cuidado! El humo del tabaco puede ser perjudicial para ellos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 65 mil infantes fallecen cada año por enfermedades causadas por el llamado humo de segunda mano.
Este humo es aquel que convierte al niño en un fumador pasivo, ya que lo inhala de forma involuntaria de las personas que fuman cerca de él y del propio cigarrillo mientras se consume. Sin embargo, por culpa de los padres o apoderados, un niño se pueda volver un fumador activo sin la necesidad de probar un solo cigarro.
“Si el pequeño huele y respira el humo del tabaco solo por 30 minutos, es como si estuviera fumándose el cigarrillo directamente”, explicó el pediatra Roberto Somocurcio a Hogar&Familia en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, celebrado todos los 31 de mayo con el fin de dimensionar los riesgos asociados a fumar.
¿Cómo afecta el humo del tabaco a mi hijo?
Los efectos del tabaquismo en niños aumentan las posibilidades de que sufra enfermedades respiratorias, infecciones del oído medio, problemas cardíacos y varios tipos de cáncer con el pasar de los años.
Sin la necesidad de fumar, el pequeño que huele el humo del tabaco no solo recibe nicotina, sino que aspira unas 4 mil sustancias químicas, muchas de ellas cancerígenas. El impacto directo e inmediato de convivir con este humo se ve en el desarrollo de sus pulmones.
“El humo del cigarro tiene componentes que paralizan la función protectora del aparato respiratorio, porque perjudica a los cilios, que son barreras que sobresalen de las células que recubren las vías respiratorias, barreras que nos defienden”, explicó el pediatra.
No fumar durante el embarazo
Este panorama se agrava si se fuma durante el embarazo, o si las personas que viven con la gestante lo hacen. En esos casos existe el riesgo de muerte súbita en el lactante y bajo peso del feto.
Diferentes estudios aseguran que, si la madre es fumadora, la nicotina pasa al niño a través de la leche materna, por ello, los hijos de padres que fuman tienen más posibilidades de ser fumadores activos en el futuro y cada vez se adelanta más el inicio en el hábito de fumar.
Asimismo, Somocurcio explicó que los efectos de la nicotina son tan fuertes en el genoma que también puede modificar los genes de tal manera que les da una predilección a desarrollar enfermedades alérgicas, ya sea asma, rinitis y dermatitis. Además de neumonía y bronquitis.
“Incluso, hay investigaciones que indican que nietas tienen asma por culpa de la adicción de la abuela. ¿Dónde está la relación? En que la abuela fumaba cuando estaba embarazada de su hija. Ese feto, ya tiene los ovocitos u ovogonias, que son los óvulos que posteriormente van a ser la nieta de esa abuela fumadora”, precisó.
Consejos para evitar que mi hijo aspire humo de segunda mano
Fumar es peligroso para la persona que lo hace, para la familia y para la comunidad en general. Por tal motivo, para evitar que un niño sea fumador pasivo, e inclusive activo, es importante tomar medidas para reducir su exposición al humo del cigarrillo.
Entorno libre de humo
No fumes, ni permitas que fumen, dentro de casa ni en ningún espacio cerrado donde el niño pase tiempo. Esto incluye evitar fumar en el automóvil cuando tu hijo esté presente. Incluso, no intentes fumar cerca de una ventana, no tiene sentido, el humo siempre va a entrar.
Explica los peligros del tabaco
Enséñale sobre los efectos perjudiciales que puede tener en su salud y ayúdale a entender por qué es importante evitar la exposición al humo. “Hacer conciencia de por qué una persona fuma. Fumar no es una moda, lo único que traduce es la necesidad de esa persona por calmar problemas no resueltos”, dijo el pediatra.
Sé el ejemplo
El ejemplo que brindes como adulto tiene un impacto significativo en el niño. Si no puedes dejar de fumar, al menos, evita fumar cerca del niño y en su entorno.
“Si un padre fuma frecuentemente, es porque tiene un nivel de ansiedad, depresión o estrés altísimo. Entonces, todos esos problemas ya van a generar un ambiente tóxico para el niño. Al final, el cigarro termina siendo tóxico por ambos lados: por la toxicidad directa y por la toxicidad que genera tener una familia con problemas sin resolver para un niño”, explicó Somocurcio.