El 29 de abril es la fecha ideal para resaltar los beneficios que puede traer la danza a la vida de una persona, sobre todo de los más pequeños. El Día Internacional de la Danza es la ocasión perfecta para recordar cómo el arte nos permite expresarnos, conocernos mejor y llegar a los demás. Por ello, es fundamental tener en cuenta cómo el baile puede ser la mejor -y primera- herramienta para que un niño se adentre en sí mismo y sea consciente de sus capacidades.
En esta ocasión, en Hogar&Familia El Comercio, conversamos con Denisse Dibos y el equipo de Preludio, quienes, desde 1997, tienen la labor de formar a niños, jóvenes y adultos a nivel artístico. Ellos, desde su vocación artística, nos compartieron los múltiples beneficios que pueden obtener los niños al practicar la danza desde jóvenes, tanto como las artes escénicas en general.
“El arte es un gran apoyo para el desarrollo personal de los niños. En esa línea, la danza nos permite conectar con nuestro cuerpo y buscar nuestra propia libertad. A través del baile, los niños pueden descubrir su verdadero valor, sus fortalezas y aceptarse tal y como son”, estableció Denisse Dibos, directora de Directora de Preludio Asociación Cultural.
La danza como herramienta de autoconocimiento
Según Karla Valer, profesora de baile para el Teatro Musical en Preludio, a través del baile, los niños podrán reconocer su propio cuerpo. “La danza los ayudará a mejorar el control de su cuerpo. En clase, podemos observar cómo los niños empiezan a identificar cada parte de ellos mismos. Asimismo, gracias a esto, potencian su coordinación, el equilibrio y el ritmo, además de desarrollar múltiples habilidades motrices”, agregó la maestra.
En ese sentido, Juan Pablo Lostannau, Director Coreográfico de Preludio recalcó que la danza permite la autopercepción de los niños. En palabras de Lostannau, es de suma importancia que los niños comprendan y conozcan la herramienta con la que van a vivir toda su vida: su propio cuerpo. Por ello, la danza y el arte en sí pueden ser la forma perfecta para hacerlo en un ambiente libre y seguro.
Por otro lado, en el autoconocimiento, también está la autoaceptación. “Al practicar la danza, conocen que todos tenemos habilidades distintas y que cada cuerpo es distinto. El arte les permite entender a los niños que no hay mejor ni peor, solo hay personas diferentes”, enfatizó Macarena Goglino, profesora de tap en los talleres ‘Apasionados’ de Preludio
La danza los ayuda a crecer como personas
En tanto al trato con los demás, a través de la danza, los niños aprenden a ser tolerantes, solidarios, responsables y empáticos. Esto se debe a que, según Denisse Dibos, un bailarín debe ser considerado con los cuerpos que se encuentran a su alrededor y respetarlos.
De acuerdo con la profesora de baile Karla Valer, según las experiencias que tiene día a día en sus clases, los niños son felices al entrar al salón. “La danza es una herramienta ideal para potenciar la autoestima. Una clase de baile, o de cualquier rama artística, es un espacio seguro para ellos. No serán juzgados, pues somos conscientes de que todos somos únicos y eso es algo que debemos apreciar al máximo”, añadió.
Con relación a eso, de la mano de la autoconfianza, un niño podrá vencer su timidez. Así, lograrán derrotar sus miedos y saber de lo que son capaces. “Gracias a la danza, los niños pueden conocer su cuerpo, tanto sus habilidades como sus puntos débiles, y, en base a ello, generar mayor seguridad en sí mismos”, agregó Macarena Goglino, maestra en Preludio.
¿Por qué un niño debería aventurarse a explorar el mundo de la danza?
Todos los miembros del equipo de Preludio Asociación Cultural son conscientes de que el temor a lo desconocido puede estar muy presente en los más pequeños. Sin embargo, resaltan la importancia de arriesgarse y aprovechar los beneficios que el arte puede llevar a sus vidas. “A veces las inseguridades nos hacen dar un paso atrás y tener miedo es completamente normal”, resaltó Lostannau.
“Los padres deben ver a la danza como una oportunidad para que sus niños tomen el riesgo y se enfrenten a nuevos retos. El arte es maravilloso y, cuando somos pequeños, corre por cuenta de los adultos motivarlos a no ponerse esos límites”, recalcó la profesora Macarena Goglino.
Para concluir, Karla Valer hizo hincapié en que ‘no hay nada como bailar y ser uno mismo sin que nadie te juzgue’. “Ese es el mensaje que tenemos que transmitirle a los más pequeños”, finalizó.