¿La fiebre realmente es una situación de emergencia? Para responder esta pregunta, es fundamental saber por qué es que la temperatura se eleva, pues todo lo que sucede en nuestro organismo tiene una función específica. Por lo tanto, en Hogar&Familia, conversamos con la Dra. Tracy Lim, pediatra de Cleveland Clinic, y el Dr. Gustavo Rivara, pediatra neonatólogo de la Clínica Delgado AUNA y autor del libro ‘Los secretos de la abuela: 100 mitos sobre la salud infantil analizados con respeto, afecto y ciencia’, quienes nos ayudaron a responder algunas dudas en relación a la fiebre en niños y cómo regularla.
“La fiebre es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones y enfermedades. Se produce cuando el sistema inmunitario libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo, lo que eleva la temperatura corporal para combatir las infecciones bacterianas o virales. Otras causas pueden incluir infecciones gastrointestinales, infecciones del tracto urinario, reacciones a ciertos medicamentos y vacunas, y enfermedades autoinmunes”, estableció la Dra. Lim.
¡Mi hijo tiene fiebre! ¿Debo ir a urgencias inmediatamente?
Como se mencionó, la fiebre es una respuesta de nuestro organismo para defendernos de los virus y las bacterias. “El sistema inmune eleva la temperatura de nuestro cuerpo para defendernos de algún agente infeccioso. De esta manera, la replicación del virus o bacteria en nuestro organismo es más lenta. Obviamente, la fiebre hace que nos sintamos mal y lo único que queremos es que la temperatura baje de una vez”, aclaró el Dr. Rivara.
Cabe afirmar que, según la Clínica de la Universidad de Navarra, la causa más frecuente, en el 90%, es por infecciones víricas, por lo que la temperatura debería regularse en, como máximo, cinco días.
En otras palabras, la fiebre es un proceso completamente normal. Por ello, si el aumento de temperatura es leve (menos de 104°F o 40°C) y dura menos de cinco días sin afectar significativamente el comportamiento del niño, generalmente se puede manejar en casa. Sin embargo, sí existen algunos casos en los que la infección puede avanzar y requerir una revisión adicional.
“Se debe buscar atención médica si la fiebre dura más de cinco días no baja con medicamentos, es superior a 40°, o si el niño muestra signos de deshidratación, dificultad para despertar, no está tomando suficientes líquidos, o no está actuando como de costumbre”, especificó la experta de Cleveland Clinic.
De todas formas, el Dr. Rivara hizo hincapié en que la fiebre sí debe ser tratada como urgencia inmediata en el caso de los bebés menores a seis meses. “En el caso de los bebés, puede tratarse de una bacteria oculta o de la combinación de más de un solo virus, por lo que una visita a urgencias pediátricas será vital”, enfatizó.
¿Qué hacer si mi hijo tiene fiebre?
Es sumamente importante dejar en claro que no siempre es necesario bajar la fiebre, puesto que esta tiene la función de ayudar al cuerpo a combatir la infección. No obstante, si el niño está incómodo, se pueden utilizar ciertos medicamentos para regularla, como el ibuprofeno y/o el paracetamol, siempre bajo la supervisión de su pediatra de confianza. “Además, se recomienda mantener al niño hidratado, ofrecerle líquidos como agua, sopas o paletas heladas, y utilizar compresas frías o un baño tibio. Es importante no abrigar demasiado al niño, incluso si tiene escalofríos, ya que esto puede aumentar la temperatura corporal”, agregó la pediatra de Cleveland Clinic.
La Dra. Tracy Lim hizo énfasis en que uno de los principales mitos en relación a la fiebre infantil es que los niños deben mantenerse abrigados para combatir los escalofríos, lo cual es totalmente incorrecto. “Esto puede elevar aún más la temperatura corporal. Asimismo, la idea de que la fiebre en sí misma puede causar daño cerebral es un mito. La temperatura alta debe ser monitoreada, pero no siempre es perjudicial por sí misma”, destacó la especialista.
En esa línea, la Clínica de la Universidad de Navarra brinda las siguientes recomendaciones:
- Desabrigar al niño y dejarlo con la menor ropa posible. Procure que en la habitación no haga excesivo calor.
- Si el niño tiene temblores y escalofríos se le puede tapar, pero siempre con ropa ligera.
- Se le pueden poner algunas compresas frías en brazos, piernas y tórax.
- Hidratar frecuentemente al niño con líquidos frescos y en pocas cantidades.
- Si la temperatura del niño es mayor de 38ºC, se le debe administrar un antitérmico, siempre con la supervisión de su pediatra. Los antitérmicos más utilizados -y conocidos- son el paracetamol y el ibuprofeno. Es preciso explicar que los antitérmicos no alcanzan su máxima eficacia inmediatamente, si no hacia la media hora de su administración.
¿Qué puedo hacer para regular la temperatura de mi hijo?
Si tu hijo se siente incómodo debido a la fiebre, existen ciertos métodos para poder disminuir su temperatura y controlar la situación. “Muchos creen que la fiebre se baja con agua fría, más no es así. Del mismo modo, muchos padres llegan a consulta creyendo que el alcohol y/o la vinagre son útiles en situaciones así y tampoco es cierto”, comentó el autor de ‘Los secretos de la abuela: 100 mitos sobre la salud infantil analizados con respeto, afecto y ciencia’.
En ese sentido, para desmentir aquellos mitos, el Dr. Rivara resaltó que el mejor método para bajar la fiebre es la evaporación. “Este es el mecanismo natural que nuestro cuerpo utiliza para enfriarse. Cuando sudas, tu piel se moja con sudor tibio, pero al evaporarse, tu piel se enfría y el cuerpo también”, explicó el doctor de la Clínica Delgado AUNA. Para efectuar esta técnica, aconsejó lo siguiente:
- Sienta a tu pequeño en una tina pequeña con agua tibia (5 o 6 cm de alto de agua) con una temperatura que esté entre 29 y 32 grados.
- Con una jarrita, ve echándole esa agua a lo largo de todo el cuerpo, comenzando desde la cabeza, para así refrescarlo.
- Cuando el agua tibia se evapore, enfriará su cuerpo lentamente.
“Este es un método natural y a tu bebé le gustará y lo hará sentirse mejor. El baño debe durar alrededor de 15 o 30 minutos. Debes hacerlo en una habitación a temperatura templada. Una vez que hayas terminado el baño debes secar adecuadamente al bebé y ponerle ropa ligera, como prendas de algodón, para que el calor se libere”, recomendó el experto de la Clínica AUNA.
¿Qué hacer si han pasado cinco días y mi hijo sigue con fiebre?
Si la fiebre de tu pequeño persiste por más de cinco días, será crucial contactar a un pediatra para elaborar una evaluación más profunda. “Esto puede indicar una infección subyacente que necesita tratamiento específico o una condición médica que requiere atención adicional”, recalcó la Dra. Tracy Lim.
“La fiebre puede ser un signo de diversas afecciones, desde infecciones comunes hasta enfermedades más serias. Además, en algunos casos, la fiebre alta puede desencadenar convulsiones febriles en niños pequeños, que, aunque suelen ser inofensivas y durar menos de cinco minutos, requieren atención médica si son prolongadas o recurrentes”, agregó la doctora de Cleveland Clinic.
Conforma a los expertos de Mayo Clinic, una convulsión febril es una convulsión en un niño provocada por una fiebre, la cual suele ser ocasionada por una infección. Incluso, las convulsiones febriles pueden ocurrir en niños pequeños con buen estado de salud, que tienen un desarrollo normal y que no han tenido síntomas neurológicos. A un niño que tiene una convulsión febril le puede suceder lo siguiente:
- Tener más de 100,4 °F (38,0 °C) de fiebre
- Perder el conocimiento
- Presentar temblores o sacudones en los brazos y las piernas
“Las convulsiones febriles se producen con mayor frecuencia dentro de las 24 horas posteriores al inicio de la fiebre y pueden ser el primer signo de que el niño está enfermo. Consulta con el médico de tu hijo lo más pronto posible después de la primera convulsión febril de tu hijo, incluso si solamente dura unos pocos segundos. Si la convulsión dura más de cinco minutos y/o los síntomas incluyen vómitos, rigidez en el cuello, problemas respiratorios y somnolencia extrema, la atención médica debe ser urgente.”, publicó Mayo Clinic.
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