En la actualidad, las preocupaciones sobre los problemas de conducta en niños son apremiantes. Según un estudio de UNICEF de 2020, 3 de cada 10 niños en diversas etapas escolares experimentan problemas emocionales y de conducta en el Perú, una realidad que resuena en los corredores de las instituciones educativas y en los hogares.
Los problemas de conducta en niños pueden ser definidos como alteraciones del comportamiento que causan disrupciones en su funcionamiento normal, con impactos negativos en el entorno escolar y familiar, especialmente en los ámbitos académico y social, explicó Rosa Cornejo, psicóloga del Servicio Psicopedagógico de la Universidad de Piura a Hogar&Familia.
“Los desafíos de conducta deben abordarse desde una perspectiva integral del proceso de enseñanza-aprendizaje”, señala Daniel Abad, profesor de la carrera de Psicología de la UPC, lo que implica una mirada detallada hacia aspectos personales del estudiante, pero también las metodologías pedagógicas, habilidades sociales del docente, el ambiente familiar y estilos de crianza.
¿Cuál es el rol de la familia en una mejor conducta del niño?
“Cuando abordamos al entorno familiar, nos encontramos con diferentes estilos de crianza. Tenemos padres ausentes que no están para colocar límites o reglas, no conversan con sus hijos ni les dan atención, entonces la forma que el niño tiene de manifestar esa este estilo de crianza inadecuado es cometiendo actos que perturban el entorno social, sobre todo en la escuela.”
Ambos expertos resaltan la importancia de establecer una comunicación efectiva con los niños y adolescentes. Cornejo aconseja preguntarle al niño qué está pasando para lograr una comunicación efectiva. “Hay que conectarse con ellos emocionalmente”, establece la experta. Por su parte, Daniel Abad enfatiza en la necesidad de adoptar un estilo de crianza democrático, establecer límites claros y ofrecer una corrección constructiva.
¿Cómo la escuela y la familia pueden trabajar en conjunto?
La conexión entre la familia y la escuela es vital para abordar los problemas de conducta. Los docentes, al detectar cambios en el rendimiento y comportamiento de un estudiante, deben explorar junto con los padres las posibles causas en el entorno familiar, estilos de crianza y dinámicas hogareñas que podrían estar influenciando.
Además, un elemento crítico es que los padres estén dispuestos a revisar y ajustar su estilo y dinámica familiar.
Muchas veces los padres creen que el problema es exclusivo del niño, cuando lo que no está funcionando es la dinámica familiar. Lamentablemente no todos los padres están dispuestos a cambiar esa dinámica.
Rosa Cornejo, psicóloga
Cornejo y Abad concuerdan en que es esencial criar a niños independientes y con una buena autoestima para evitar problemas de conducta y rendimiento académico deficiente. Abad destaca la coherencia entre los padres y ofrecer amor también a través de la atención y el apoyo diario, mientras que Cornejo apunta hacia un enfoque de crianza que balancee adecuadamente la disciplina y el cariño, y promueva normas y límites claros.
Afrontar los problemas de conducta en niños y adolescentes es, sin duda, un viaje que demanda la participación activa y sincronizada de la familia y la escuela, y quizás, un cambio en la crianza y la educación, proponiendo un modelo en el cual la empatía, la comunicación y el entendimiento mutuo sean los pilares de la formación de los pequeños.
¿Cómo ayudar a mi hijo con problemas de conducta en la escuela?
Abad proporciona cinco estrategias para asistir a tu hijo si este encara dificultades de comportamiento en la escuela:
- Examinar el método de crianza: Implementar una táctica de crianza democrática, que fundamenta su eficacia en una conexión afectiva sana, diálogo asertivo y disciplina sin violencia, fortalece la relación parental y fomenta un clima de confianza.
- Fijar límites definidos: Es crucial establecer límites precisos y consistentes para que los niños entiendan las expectativas y las conductas adecuadas en variados entornos.
- Disciplina constructiva: El empleo de un método correctivo que evite la agresión es una valiosa herramienta para dirigir a los niños hacia conductas apropiadas y alterar comportamientos problemáticos.
- Consistencia entre los padres: Mantener un canal de comunicación abierto y alcanzar consensos acerca de los métodos de crianza entre los padres previene inconsistencias y aporta a un ambiente más homogéneo y estructurado para el niño.
- Brindar amor y responsabilidad: El amor no sólo se demuestra mediante el cariño físico, sino también mediante el compromiso y la atención. Manifestar amor a través del soporte y atención diaria forja una fuerte conexión entre padres e hijos.