Mantener el orden en el hogar puede llegar a ser una tarea retadora, sobre todo si durante el día no pasas mucho tiempo en casa. Ello conlleva muchas veces a encontrar nuestro espacio de descanso hecho un caos y más aún si se tienen niños pequeños. Esto puede cambiar si incluyes pequeños hábitos de organización. ¡Toma nota!
Todo se guarda una vez que haya sido usado
“Después lo guardo”. Esta es una frase que debes retirar de tu vocabulario. Sí, resulta complicado sobre todo cuando has tenido un día ajetreado. Procura que cada vez que termines de hacer uso de algo, lo guardes inmediatamente en su lugar, de este modo también evitarás que se pierdan los objetos.
Si tienes niños, enséñales que ni bien terminen de jugar, lleven sus juguetes a su sitio. Puedes incentivarlos comprando módulos de almacenaje de sus colores favoritos.
Organiza las compras de la comida
Distribuye los alimentos por categorías y coloca estratégicamente los insumos que vas a utilizar –como los aderezos y las especias– cerca del espacio que usas para preparar los alimentos. Para mantener el orden en tu despensa y cocina, emplea organizadores acrílicos. Así ahorrarás tiempo y evitarás que los restos de salsa o semillas ensucies el artefacto o la almacena.
Mantén limpio el baño
Las manchas de pasta dental en el lavadero o de sarro en el water dan una apariencia desordenada. Una vez terminado el día, pasa un trapito con desinfectante al lavamanos y coloca un chorrito de lejía en el retrete para mantenerlo limpio.
Después de darte una ducha, deja seco y limpio el piso para que no se forme barro. Seca el espejo con un trapito para quitar los restos de vapor.
Lava los servicios mientras cocinas
Cosa que usas, cosa que lavas. Así una vez que termines de cocinar, no te encuentras con un cerro de ollas y utensilios. De igual manera, pasa un trapito húmedo con limpiador especial de cocina para quitar las manchas de la encimera y que no se formen texturas con olor desagradable.
No acumules ropa por lavar
Si dejas que tu cesto se replete de prendas por lavar, tendrás cerros de ropa por meter a la lavadora y no tendrás cuando acabar. Lo ideal es que lo hagas al menos dos veces por semana (tres veces si tienes niños). Cuando haya secado todo, recógelo, plancha y devuélvelo a su lugar. No sabes cuánto tiempo ahorrarás a la hora de buscar qué ponerte.
Haz una lista de tareas y divide las funciones
El trabajo en equipo debe primar. Si lo haces todo tú sola, pasarás varias horas entre escobas y recogedores y te restará lugar a realizar otras actividades. Distribuye las tareas considerando el nivel de dificultad: los adultos pueden dedicarse de los espacios grandes y los niños a sus habitaciones y áreas de juego. Utiliza incentivos para motivar a los pequeños.
Utiliza aromatizantes
Un olor rico en tus estancias genera armonía. Emplea aromas suaves y relajantes en las áreas de descanso y cítricos (que generan energía) en los espacios sociales y de estudio.