Octógonos en fórmulas infantiles: ¿Qué ingredientes poco saludables destacan en las bebidas para bebés?

De acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS), el Perú posee la tasa más alta de obesidad infantil en Sudamérica, puesto que se estima que al menos 3 de cada 10 niños y adolescentes de entre 5 y 19 años viven con sobrepeso. Lamentablemente, muchas veces esta situación es el resultado de la desinformación por parte de la población en relación a ciertos productos alimenticios, como es el caso de los sucedáneos de la leche materna o fórmulas infantiles, los cuales ponen en riesgo la vida de los niños por su alto contenido de compuestos, como sodio, grasas trans, grasas saturadas y principalmente, azúcar, motivo por el que los octógonos se convierten en una valiosa información nutricional para todos los padres.

¿Cuál es el propósito de utilizar los octógonos en las fórmulas infantiles?

El principal objetivo que establece la Ley de Alimentación Saludable a través del uso de los octógonos nutricionales, es informar al consumidor sobre qué es lo que contiene el producto que está comprando. Básicamente, con estos elementos se pretende garantizar el derecho a la información por medio de un lenguaje sencillo, rápido y accesible en la parte delantera de las fórmulas infantiles, lo que les proporciona a los padres de familia un mayor conocimiento, causando así un impacto en la toma de decisiones, refirió la pediatra.

“Es sumamente necesario que, las fórmulas maternizadas cuenten con los octógonos, pues cuando observamos el contenido de la lata, es tan pequeña la letra, los símbolos son complejos, además de que se colocan términos científicos que la gran mayoría de la población no comprende. En cambio, con ellos, estos datos se traducen de forma sencilla para el consumidor, lo que en cierta medida puede ayudar a aplacar el serio problema de malnutrición en los niños”.

¿Qué ingredientes o características específicas se destacan en los octógonos de las fórmulas infantiles?

Aunque cada fórmula posee diferentes componentes, el más preocupante es el azúcar y se suele presentar, como jarabe de maíz. Como destacó Karyn Reyna, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma, esto es altamente inflamatorio para los niños, es por esta razón que, diversos estudios avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que tanto el azúcar como la sal no deben formar parte de la alimentación de los infantes menores de un año. Asimismo, se ha demostrado que su consumo excesivo en niños de entre uno y cinco años, puede repercutir en la salud a largo plazo, es decir, posiblemente de adultos padezcan de hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, entre otras.

“Definitivamente, es muy importante que controlemos la cantidad de azúcar, pues de por sí, todas las fórmulas sin importar la marca y la publicidad que se realice bajo mensajes, como “es ideal para tu hijo” o “tu hijo crecerá más sano y fuerte”, contienen este peligroso ingrediente. Por ello, es esencial que siempre miremos el etiquetado nutricional, pero no nos enfoquemos en las calorías, sino en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, que no contengan grasas trans, seguido del sodio, el cual debe ser menor de 300 miligramos y, por último, deben tener menos de 5 gramos de azúcar por 100 mililitros”.

¿Cuáles son los beneficios y desafíos asociados con el uso de los octógonos en las fórmulas infantiles?

Ciertamente, el principal beneficio de los octógonos en las fórmulas maternizadas es el derecho a la información, puesto que, gracias a ellos, los padres pueden identificar fácilmente los productos que tienen un perfil nutricional más adecuado, en otras palabras, menos azúcares, grasas y sodio, además de ayudarlos a tomar mejores decisiones sobre la alimentación de sus hijos. Igualmente, al contar con la información nutricional destacada en los octógonos, pueden comparar fácilmente las diferentes fórmulas infantiles y evaluar cuál se ajusta a sus preferencias y requisitos nutricionales, precisó la nutricionista.

“Por otro lado, creo que uno de desafíos y que influye en la decisión de consumo de un determinado producto, es la falta conocimiento respecto a ciertos temas de nutrición y salud. Por consiguiente, sería pertinente que se les enseñe en el colegio a los niños desde una edad temprana sobre cómo leer un etiquetado y la importancia de la información nutricional, cuestión que, sin duda, mejoraría la problemática de salud actual, ya que se estarían formando futuros adultos más saludables y conscientes sobre los alimentos que están ingiriendo y la calidad de los mismos”.

¿Las fórmulas infantiles son el mejor reemplazo para la leche materna?

Hoy en día, uno de los principales problemas en la alimentación de los infantes es que muchos padres han apostado- por diversas razones- por las fórmulas artificiales y han dejado de lado la lactancia materna. No obstante, como recalcó la especialista en nutrición, la leche materna es excelente y la mejor opción, pues al ser natural, posee la cantidad de nutrientes específicos para los bebés, además que, a través de esta, se les transmiten células vivas y no células inertes.

“En realidad, no existe una mejor fuente de alimento que la leche materna, ciertamente, el 98% o 99% de las mujeres tienen todas las posibilidades de dar de lactar a sus hijos, siempre y cuando, cuenten con una adecuada orientación. Actualmente, existen consejeras de lactancia que pueden ayudarlas a solucionar diversas dificultades. Sin embargo, hay algunos casos que están medicamente indicadas las fórmulas maternizadas, como en madres con VIH o cáncer de mama, por lo que estos productos deben ser prescritos por un profesional de la salud. Por esta razón, los octógonos son esenciales, pues lo ideal en estos casos es que, los progenitores puedan elegir la opción más nutritiva, garantizando así la salud de los niños”, enfatizó la neonatóloga de la Clínica Ricardo Palma

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