Después de la tormenta, llega la calma. En la historia, el arcoíris representa la oportunidad de un nuevo comienzo luego de la tempestad. Para mamá y papá, un bebé arco iris es símbolo de esperanza y alegría tras haber tenido que experimentar la pesadilla más grande de cualquier pareja que espera o tiene hijos: la muerte.
El término “bebé arcoíris” se utiliza para representar a los pequeños que nacieron después de que sus padres enfrentaron el fallecimiento de su antecesor, ya sea por muerte infantil, muerte fetal, muerte neonatal o por causa de un aborto espontáneo. El pequeño que logra nacer sano, da a sus progenitores la oportunidad de volver a empezar y volver a sonreír.
El duelo y la nueva llegada
Despedir a un ser querido es una experiencia traumática y desgarradora. Y si la persona que se va es nuestro hijo, el dolor es inexplicable e inconmensurable. Aunque como en todo duelo, no se olvida, pero sí se aprende a vivir con ello. Cuando le toca a una madre, esta desarrolla secuelas emocionales que muchas veces se pueden ver reflejadas en la llegada del nuevo bebé.
Existen casos que, tras un episodio de pérdida –sobre todo las que no llegaron a conocer a su pequeño o a concretar su gestación– le es difícil conectar significativamente con el nuevo embarazo. El miedo de volver a pasar por una tragedia le impide desarrollar ilusión por su estado: evita encariñarse, tomarse fotos o comunicar a sus familiares y amigos que está en la dulce espera.
Asimismo, extrema cuidados y los chequeos de rutina se vuelven la experiencia más aterradora de todas, pues temen que el médico les comunique una noticia desafortunada. Todo el cúmulo de emociones impactan negativamente en el periodo gestacional y ocasiona que los nueve meses sean eternos y difíciles de llevar. Además, como mencionamos líneas arriba, evita crear el vínculo más importante: el de mamá y futuro bebé.
Tiempo adecuado
Por ello, desde el punto de vista perinatal, el tiempo adecuado para volver a quedar embarazada es en promedio seis meses, o lo que le tome a los padres sobrellevar el tema. Esto se debe a que durante los primeros cinco meses, existe una alta posibilidad de desarrollar duelo patológico –trastorno depresivo mayor–, que puede poner en riesgo la salud de la madre y el neonato.
Además, señalan los expertos, respetar este periodo permite que los papás asimilen la situación con calma y realmente deseen un embarazo, mas no busquen llenar un vacío. Recordemos que esta vida debe llegar sin ataduras ni responsabilidades.
Elección del nombre
Antiguamente, tras la muerte de un niño, la madre era limitada a expresar sus sentimientos y de inmediato se buscaba que volviera a encargar un niño. Incluso si eran del mismo sexo llevaban el mismo nombre.
No se recomienda seguir estas prácticas ya que refleja un anhelo de sustitución, y el nuevo bebé no viene para ser un reemplazo. El bebé arcoíris es una nueva vida y posee su propia historia.
Tanto mamá como papá deben estar preparados a nivel emocional para recibirlo y brindarle todo el amor y atención que merece. Desde una óptica espiritual, éstos pequeños suelen ser muy especiales y desarrollan una personalidad y sensibilidad bastante particular cuando son grandes.
¿Mamá, tuve un hermanito(a)?
Cuando el menor crezca y conforme vaya entendiendo las cosas, los especialistas recomiendan comentarle sobre el hermanito predecesor. Explicarle, en su lenguaje, que ahora está en otro plano, pero que siempre está presente en el corazón de toda la familia.
Ayuda de un especialista
Si estás en la dulce espera tras haber tenido una pérdida, lo más adecuado es recibir acompañamiento psicológico para poder afrontar éste comienzo con optimismo y sin perder la ilusión en el pre y el post parto. El apoyo y comprensión de la pareja, la familia y los amigos jugará un factor importante para que el proceso sea aún más llevadero.