CATHERINE CONTRERAS

Entre Surquillo y La Victoria se sazona algo muy bueno. Historias de tres ganadores que asumieron el reto de concursar en el ‘reality’ “Ceviche con sentimiento”, de Plus TV. Este domingo, uno de ellos ganará el premio que entregará la alianza “Juntos para transformar”, de Gastón Acurio y Telefónica.

El cebichero veloz Ronald Abad tiene 31 años y se convirtió en cebichero por necesidad. Estudiaba contabilidad pero no pudo seguir pagando sus estudios. Por eso entró a trabajar a una cebichería y cuando nació su hijita, hace cinco años, decidió montar su carretilla.

Es curioso cómo el emprendimiento de Ronald es reflejo de aquel libro que lo inspiró: “Los ojos de mi princesa”, donde el mexicano Carlos Cuauhtémoc anima a superar las limitaciones buscando ser mejores personas. Ronald se sintió tan motivado que de esta historia tomó el nombre de su hija Sheccid, por quien empezó a trabajar en la esquina de García Naranjo y José Gálvez, en La Victoria.

Ronald es una bala. Un día de semana sirve 120 cebiches (sábado y domingo sube a 160). Y aunque se apoya en tres personas más, él mismo asume cada preparación. Como la primera vez, un nuevo motivo lo anima hoy, Litzy, la bebe que su esposa Edith tuvo hace siete meses.

Muy cerca de allí están Juana Tuya Zúñiga y José Tantaruna, felices porque hace unos días les obsequiaron un módulo nuevo. Es una carretilla ‘oficial’ para la venta en las calles de La Victoria, pero es más pequeña que el carrito en el que venden cebiche desde hace más de 20 años.

Con pena, dejarán de usar el viejo módulo que heredaron en la cuadra 8 de Av. Iquitos (esquina con Sebastián Barranca). Entonces, ella vendía cebiche y él trabajaba en un concesionario de alimentos en una fábrica, hasta que una enfermedad llevó a Juana a alejarse del negocio.

José entró a reemplazarla, y sobre la marcha aprendió el oficio. “Le pedí al Señor que me ayudara, que estas manos hicieran algo bueno para que sus clientes no se vayan”, cuenta el cebichero trabajador, y así fue.

La pareja mantuvo y ganó clientes, como Rosa y Juan Salmón, una pareja de adultos mayores que dos veces por semana llegan a pedir su cebiche hecho al momento, eso sí, con su potente chilcano de cortesía.

José Tantaruna usa cabrilla, perico o camotito que compra en el mercado San Pablo, pero también conchas negras y pota, que prepara en chicharrón.

Del Tico a la carretilla Marcos ‘Bam Bam’ Medrano agradece a su mamá Hilda el haber regresado a Surquillo, pues cuando ella falleció y fue encomendado por la familia para estar más cerca de su padre, instaló su carretilla cebichera atrás del Mercado Nº 1 de Surquillo.

‘Bam Bam’ estudió mecánica en el Senati y vive en Chorrillos. Madruga todos los días para ir al terminal de Villa María del Triunfo a bordo de su Tico amarillo, un micromodelo al que el fornido cebichero está bien adaptado después de dedicarse 14 años a enseñar manejo en el circuito alterno al Touring de la Panamericana Sur.

En Surquillo inició su emprendimiento cebichero hace casi tres años, primero con una carreta chica y luego con una grande que él mismo construyó, con espacios para cada insumo.

Atento con sus comensales, tiene la costumbre (inusual en carretillas) de organizar los pedidos en comandas y servir en platos grandes de restaurante.

De hecho, desde que empezó a salir en “Ceviche con sentimiento”, tuvo que ganar espacio y ampliar su oferta. Ahora alquila un rincón adyacente del mercado.